Por: Lic. Jenissa Bojos, Maestra de Nivel Inicial
Colegio Bilingüe New Horizons Santiago

¿Cuántas veces nos hemos molestado cuando intentamos hablar con una amiga y su hijo interrumpe una y otra vez, y aún más si su madre le hace caso? ¿Y qué tal si es nuestro hijo el que nos avergüenza frente a los demás?

Nuestra casa puede convertirse en un verdadero caos si en los juegos entre hermanos no consiguen esperar a que el otro termine de usar el juguete, si pelean por el canal que quieren ver en la TV o si sencillamente tumban de la silla al que está sentado porque esa es la que quieren usar.

Si su hijo no tiene hermanitos y no comparte con otros niños en su presencia, quizás no se haya dado cuenta si a su pequeño le cuesta esperar turnos, ya que en casa todo le pertenece y tiene la oportunidad de hablar libre y espontáneamente sin que aparezca otra persona con quien deba turnarse, y es cuando lo llaman del colegio para hablar sobre su impaciencia cuando usted se entera de que este comportamiento le afecta en otros ambientes.

La paciencia es una de las grandes virtudes que podemos cultivar en nuestros hijos con juegos y acciones muy sencillas, que sólo requerirán de nosotros un poco de tiempo y adivinen qué: ¡paciencia! (Valga la redundancia)

Según el reconocido pedagogo Jean Piaget, los niños entre los 2 y los 6 años se encuentran en la etapa del egocentrismo, en la que entienden que son el centro del universo, por lo que esperan que sus reclamos sean atendidos de inmediato, pudiendo incluso llegar a actuar como pequeños tiranos. Algunas personas, pasada esta edad, continúan durante mucho tiempo, incluso durante toda su vida, haciendo las cosas que quieren en el momento que les parezca.

La Lic. Jenissa Bojos, Maestra de Nivel Inicial del Colegio Bilingüe New Horizons Santiago, presenta algunas recomendaciones para ayudarlos a ser pacientes:

– Juegos de mesa. Las cartas, dominós, juegos con dados, carreras de relevo, entre otros, son muy útiles para desarrollar la paciencia durante la espera.
– Conversaciones de sobremesa. A la hora en que la familia se junta a comer es conveniente tratar temas de interés para todos, a fin de que no sólo deba esperar su turno para hablar, sino que tenga que escuchar lo que los demás opinen para hilar la conversación.
– No permita que lo interrumpa cuando está ocupado. Si está charlando por teléfono y su hijo demanda su atención inmediata por algo que usted sabe que no es urgente, hágalo esperar. Explíquele que está ocupado y luego lo atenderá. Aproveche para enseñarle a pedir permiso.
– Dele un reloj de arena o un cronómetro para que él mismo lleve el control del tiempo. Así, cuando salgan de paseo, se evitarán que pregunte cada tres segundos cuándo van a llegar.
– Pídale que haga la fila en lugares como el supermercado o la panadería mientras usted busca los artículos que le faltan, manteniéndose a una distancia desde donde pueda observarlo.
– No acepte chantajes. No se han reportado casos de niños que se hayan traumatizado porque no pudieron esperar a que su mamá saliera del baño para buscar un juguete perdido.
– Dé el ejemplo. Si al conducir usted suele cruzarse por la vía contraria, adelantándose a todos los que estaban esperando en su carril o interrumpe cuando otros hablan, no espere que su hijo aguarde pacientemente su turno.

Una vez que su hijo note que no puede salirse con la suya cuando intenta interponer sus exigencias y logre entender que las personas con las que comparte tienen el mismo derecho de ser atendidas y escuchadas, empezará a utilizar estrategias de común acuerdo para ser escuchados, tales como levantar la mano para pedir la palabra, esperar una pausa en la conversación para pedir permiso, hacer filas, sortearse y negociar los turnos, calcular el tiempo que le falta para obtener lo que espera, etc.