LA PAZ, Bolivia.- El papa Francisco llega hoy a La Paz a las 16.15 hora local (20.15 GMT) procedente de Ecuador, en la que será su segunda etapa de su visita a Latinoamérica, y cómo primer acto tiene un encuentro con el presidente boliviano, Evo Morales.

Debido a la altura, La Paz se encuentra a 3.600 metros, Francisco permanecerá sólo cuatro horas en la capital boliviana y después viajará a Santa Cruz, donde se realizarán el resto de los actos previstos en este país.

En el aeropuerto de El Alto, Francisco será recibido por Morales y pronunciarán sendos discursos antes de trasladarse al palacio presidencial.

En el camino, Francisco tiene previsto ir al lugar donde se encontró el cadáver del sacerdote jesuita español Luis Espinal Camps, después de haber sido secuestrado y torturado por los hombres del régimen, y para el que ahora piden que se abra un proceso de beatificación.

El papa se detendrá algunos minutos para una oración en este lugar, que era el kilómetro 8 de la carretera a Chacaltaya, y que ahora es la autopista La Paz.

La llegada del pontífice a "El Quemado" esta prevista a las 18:00 hora local (22.00 GMT).

El presidente boliviano dará la bienvenida al pontífice en la entrada principal y lo acompañará en el gran salón en la planta baja, donde se producirán las presentaciones del gabinete del Gobierno y la delegación papal y después habrá una reunión privada entre ambos.

Al termino, el tradicional intercambio de regalos y la presentación de la familia del presidente y autoridades.

Al final, el presidente y el séquito papal hacen su camino a la Catedral para la reunión con las autoridades civiles.

Tras esta ceremonia, Jorge Bergoglio regresará al aeropuerto para ir a Santa Cruz, donde se alojara en la residencia del arzobispo emerito de esta localidad, Julio Terrazas.

Unidad, integración y defensa de naturaleza

En Ecuador, el papa Francisco lanzó mensajes para la unidad, la integración y la defensa de la naturaleza en toda la región durante una multitudinaria misa en el parque del Bicentenario de Quito ante más de un millón de personas.

En su homilía, Francisco unió el "grito" de quienes se revelaron a la opresión y dieron lugar a la independencia de Hispanoamérica y el "grito" de la necesidad de evangelizar.

"Eso es evangelizar, esa es nuestra revolución, porque nuestra fe siempre es revolucionaria, ese es nuestro más profundo y constante grito", dijo Francisco.

Recordó, además, la necesidad "de luchar por la inclusión a todos los niveles, evitando egoísmos, promoviendo la comunicación y el diálogo, incentivando la colaboración".

En su discurso en la Iglesia de San Francisco, el templo católico más antiguo de Latinoamérica, donde encontró a la sociedad civil también instó a Ecuador y Latinoamérica a entablar un diálogo con "cada una de las fuerzas sociales, los grupos indígenas, los afroecuatorianos, las mujeres, las agrupaciones ciudadanas y cuantos trabajan por la comunidad en los servicios públicos".

En esta ocasión, el papa argentino exhortó a los gobernantes de Ecuador y Latinoamérica a que "las normas y las leyes, así como los proyectos de la comunidad civil, han de procurar la inclusión, abrir espacios de diálogo, de encuentro y así dejar en el doloroso recuerdo cualquier tipo de represión, el control desmedido y la merma de libertades".

El papa dedicó también en sus discursos amplios espacios a la defensa del medioambiente, el tema que centra su reciente encíclica "Laudato si".

"La explotación de los recursos naturales en Ecuador no debe buscar el beneficio inmediato", señaló el papa.

Y agregó que no se puede administrar esta riqueza "sin un adecuado cuidado del medioambiente, sin una conciencia de gratuidad que brota de la contemplación del mundo creado".

En el encuentro con la sociedad civil, Francisco se refirió a los pueblos originarios provenientes de la Amazonía ecuatoriana y pidió "un cuidado particular por su enorme importancia para el ecosistema mundial".

"Tienen una biodiversidad con una enorme complejidad, casi imposible de reconocer integralmente, pero cuando son quemadas o arrasadas para desarrollar cultivos, en pocos años se pierden innumerables especies, cuando no se convierten en áridos desiertos", lamentó.

Exhortó así a Ecuador, junto a los otros países con zonas amazónicas, a "ejercer la pedagogía de una ecología integral".