Por Milagros Pérez/Especial para Acento.com.do
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Cerca de 85 mil personas menores de 19 años tienen algún tipo de discapacidad en República Dominicana, según datos suministrados por Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
La cifra divulgada por la organización, incluye a los niños autistas: un grupo de jóvenes que viven con esta discapacidad neurológica compleja, que de manera general permanece durante el transcurso de sus vidas.
Jóvenes como Francisco Cordero y Douglas Tavárez, de 14 y 21 años respectivamente, diagnosticados con autismo. Ambos son parte de la creciente cantidad de niños que se suman a las aulas para recibir docencia, un número que según el Ministerio de Educación (MINERD), para el período 2013-2014, ya había alcanzado los 406. En 2012, la cantidad de niños con autismo escolarizados era de 70.
El autismo es parte de un grupo de trastornos conocidos como trastornos del espectro autista (TEA) y que se define por la conducta. No es una enfermedad, es un síntoma conductual y cuyos rasgos esenciales implican alteraciones en el desarrollo, respuestas a estímulos sensoriales, el habla, el lenguaje, las capacidades cognitivas y la capacidad de relacionarse con personas, sucesos y objetos.
Francisco llegó a la Fundación Dominicana de Autismo con apenas 4 años, sin pronunciar palabras. Con el transcurrir de los meses, Francisco – quien actualmente se encuentra a la espera de iniciar el quinto grado -, empezó a pronunciar palabras.
Su madre cuenta que tras visitar hospitales e instituciones como el Robert Reíd, una psicóloga recomendó visitar la fundación. Desde ese momento, Francisco ha desarrollado su vida educativa en el Centro de Atención Especializada para Niños con Autismo (CAEPNA), una entidad especializada en la formación de jóvenes que manifiestan el referido trastorno de la conducta.
“Él nunca ha salido solo de casa, ha asistido a universidades, programas de televisión y Congreso. También asistió a los paseos y actividades que organiza la institución, como la Feria del Libro, el zoológico, el acuario”, expresa Justina, la madre del adolescente.
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Actualmente se diagnostica con autismo a 1 de cada 68 individuos y a 1 de cada 42 niños varones combinados. Es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas. Los síntomas pueden oscilar desde leves hasta muy severos.
Los trastornos del espectro autista se pueden diagnosticar formalmente a la edad de 3 años, aunque nuevas investigaciones están retrocediendo la edad de diagnóstico a 6 meses. Es comprensible que las personas con autismo sean propensas a las rabietas y ataques de pánico.
Asperger, el mundo desde una perspectiva diferente
El Asperger es un Trastorno del desarrollo caracterizado por un buen nivel de funcionamiento cognitivo, desarrollo normal del lenguaje pero con problemas pragmáticos, con importantes dificultades en las relaciones y habilidades sociales. Presenta además problemas de adaptación escolar, intereses obsesivos e inflexibilidad.
El niño que padece de Asperger tiene un aspecto externo normal, suele ser inteligente y no tiene retraso en la adquisición del habla. Sin embargo, presenta problemas para relacionarse con los demás y en ocasiones presentan comportamientos inadecuados. Su lenguaje normalmente solo se ve alterado cuando es utilizada con fines comunicativos.
Manuela de 25 años, estudiante universitaria en término, tiene su negocio, y amistades, fue diagnosticada recientemente con Asperger.
Siempre le ha costado comunicarse con las demás personas y desarrollarse en el ámbito social, pero aun así rompe las barreras y se acerca a veces, interactúa con las personas.
Así como también se aísla y no entiende mucho de bromas y chistes. En funerales le cuesta mucho manejar las emociones y le afecta más que a las demás personas. No le gusta que le repitan mucho las cosas, porque eso la altera. Y sufrió acoso escolar (bullying) y rechazo social durante la adolescencia.
La persona con síndrome de Asperger (SA) puede ser conocida por decir siempre lo que piensa, ser muy directa y honesta, encontrando mucha dificultad para mentir, por su elevado sentido de la justicia social. Puede también buscar la soledad porque se siente mejor que cuando tiene que relacionarse con los demás.
“La gente se ríe de mi porque soy diferente, yo me rió de ellos porque no saben que todos somos iguales”, afirma segura a reporteros de Acento.com.do
Tony Attwood, psicólogo inglés, sostiene, tras más de veinticinco años de experiencia práctica con personas con este síndrome, que no es una discapacidad, o una deficiencia, sino una diferencia.
Resalta la enorme dificultad que presentan las personas con SA a la hora de manejar y expresar sus emociones, y reconoce la existencia de altos niveles de ansiedad, tristeza o ira que pueden indicar un trastorno del ánimo secundario.
Así mismo, tienen problemas para expresar el amor y el cariño que los demás esperan de ellos, en el momento que lo esperan.
Los expertos expresan que el Asperger no es algo que está de moda, ni una excusa que se inventa para los berrinches o para no catalogar a una persona como antisocial. Debido a la necesidad innata de etiquetar, encajar, medir y encasillar casi todo, la severidad con la que los TEA inciden en las capacidades globales de la persona no es una excepción.
“A pesar de que el Autismo es un trastorno del desarrollo, muchas familias no lo ven así, están dictando a su niño como con un problema mental, es por una falta de conciencia”, indica la directora interina del CAEPNA, Virginia Bello.
Explica que también como un ser antisocial, cuando la respuesta es otra, lo que ocurre por la falta de conocimiento de algunos padres y de la sociedad.
En el país existen diversas instituciones para personas con discapacidad, entre ellas la Fundación Dominicana de Autismo, la Fundación Manos Unidas por Autismo, y el Centro de Atención a Personas con Autismo y Discapacidad (CENAUDI).
Estos centros ofrecen programas de capacitación, inserción y estabilidad emocional, así como intercambio de conocimientos a familiares, y programas residenciales.