Durante esta época del año es común el consumo de alimentos altos en grasas, azúcares y energía en compañía de la ingesta de bebidas alcohólicas en grandes cantidades.

Con ello también aumentan las posibilidades de que se generen enfermedades transmitidas por alimentos y bebidas, mejor conocidas como intoxicación alimenticia.

Náusea, vómitos, diarrea, fiebre, dolores y calambres abdominales son de los síntomas más frecuentes cuando una persona está intoxicada y los signos pueden presentarse una hora después de haber ingerido el alimento o bebida.

Para prevenir este tipo de enfermedad la Organización Mundial de la Salud recomienda tomar en cuenta cinco orientaciones para la inocuidad de los alimentos. Estas son:

  1. Mantener la higiene durante la preparación, servicio e ingesta de los alimentos.
  2. Separar los alimentos crudos de los cocidos para prevenir la transferencia de microbios y así evitar la contaminación cruzada.
  3. Cocinar los alimentos completamente (especialmente carnes y huevos).
  4. Mantener los alimentos a temperaturas seguras (muy fríos o muy calientes).
  5. Usar agua potable y alimentos que no estén contaminados.

Los alimentos con los que más precaución se debe tener son las carnes crudas o poco cocinadas, pescados y mariscos, huevos, comida refrigerada, carnes enlatadas, jugos, sidras, leche y productos lácteos no pasteurizados.

El año pasado, el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) reportó que durante las festividades navideñas un total de 96 personas fallecieron por intoxicación por alcohol y 36 por intoxicación alimentaria.