SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Fulgencio Severino el doctor Fulgencio Severino resaltó la ardua labor que realizan los médiocs en el país, al tiempo a que hizo un llamado a celebrar este día “con la honra de nuestro digno ejercicio para que los inescrupulosos sepan que no nos desviaran nuestros principios éticos”.

Instó a los galenos a “no hacer caso a nuestros detractores. Debemos seguir como gigantes evitando muertes, entregando lo mejor que tenemos durante nuestra vida útil aunque cuando nos enfermemos y lleguemos a viejo, nuestros detractores nos abandonen…”.

Lea íntegro el artículo del doctor Fulgencio Severino

Celebremos el día del médico con la honra de nuestro digno ejercicio para que los inescrupulosos sepan que no nos desviaran nuestros principios éticos.

Al conmerarse el día del médico es necesario resaltar la ardua labor que este realiza, que con nuestro conocimiento y esfuerzo logramos devolver en las mayorías de las ocasiones el bienestar y la vida a los enfermos.

Por eso no debemos hacer caso a nuestros detractores. Debemos seguir como gigantes evitando muertes, entregando lo mejor que tenemos durante nuestra vida útil aunque cuando nos enfermemos y lleguemos a viejo, nuestros detractores nos abandonen, como ocurre con los médicos y medicas pensionados que le pagan el 50% de su salario en vida y le quitan el seguro para ser asistido en un centro de salud.

Con la fuerza que nos da el conocimiento y la razón debemos sobreponernos a esta campaña de descredito que desde el gobierno se financia por una miseria de reajuste que le ha solicitado el Colegio Médico Dominicano, si por nueve mil pesos que es la propuesto de 30% adicional se han lanzado a una campaña contra nuestro ejercicio.

Debemos entender que hacen eso porque no son nuestros pacientes, ellos tienen seguros internacionales, relaciones y poder suficiente para ir a otro país a ser atendido por simple que sean sus dolencias. Y saben quién paga eso , el pueblo con sus impuestos, nosotros con nuestros impuestos.

Hemos estado y deberemos estar para asistir a los millones de dominicanos y dominicanas que no tienen otra opción que nosotros, con ellos es nuestro compromiso y aunque el gobierno gestiona recursos de los impuesto que pagan ese pueblo y hoy por una miseria de reajuste que debía hacer sin necesidad de confrontación, pretende echar a la basura las miles de horas que sin importar si es dia de fiesta o laboral, si la hora es nocturna, de madrugada o vespertina o matutina, dedicamos a nuestros enfermos.

Los hombres en el poder cambian aun estando en vida, nosotros siempre estaremos aquí y veremos ir y venir a detractores nuestro, que por ser políticos, con menos preparación antes y ahora que nosotros, por haber acumulado fortuna por vía muchas veces inescrupulosas con las cuales financian campañas, lo hacen merecedor de funciones públicas bien pagadas aunque no tengan que trabajar de noche, días de fiestas, fines de semanas y otros con funciones públicas en exterior pasean por nuestras calles como si no tuvieran responsabilidades en el exterior.

Somos más de 16 mil médicos y medicas dedicadas a la labor publica y 7 mil a la práctica privada, con horario que superan 80 horas a las semanas como ocurre con más de 3,500 residentes, otros van a su casa cada 30 días por un fin de semana como ocurre con más de 1,700 médicos pasantes, otros trabajan desde las ocho de la mañana hasta la cuatro de la tarde como ocurre con más de mil médicos dedicados a las Unidad de Atención Primaria, otros trabajan interdiario por la insuficiencia de médicos y médicas en el centro, otros hacen guardias cada 3 a 5 días sumando más de 60 horas por semana y otros deben trabajar 48 horas corridas para garantizar servicios en zonas tan lejanas como la frontera.

Esa labora que hacemos no pasara desapercibida y nuestros detractores no logran sus objetivos sin importar que cuenten con aliados circunstanciales.

El pueblo sabe que no importa el momento en que llegue a un centro de salud siempre habrán médicos que lo atenderán en las emergencias, en cuidados intensivos, en salas de hospitalización.

El pueblo debe saber qué hacemos por su salud más que el gobierno. Que nosotros nos preparamos diariamente estudiando después de habernos graduados, que compramos libros y revistas para garantizar las mejores prácticas en salud y que si muchas de estas buenas practicas no la reciben es porque el gobierno se niega a comprar los equipos. Y que las excepciones que se pueden presentar en las consultas no podrán ser el mecanismo para enjuiciar una labor como la que hacemos.

Adelante médicos y médicas, fuimos formados para servirle al pueblo y no dejaremos que inescrupulosos sean funcionarios o no empañen nuestro imagen de servidores dignos.