El Departamento de Salud de Puerto Rico aseguró este viernes que las embarazadas con el virus del Zika en la isla son ya 139, una cifra que supera en un 14 % a la difundida este viernes por las autoridades estadounidenses y que es un 8 % superior a la de hace tan sólo una semana.

Mientras que durante la ultima semana analizada (del 29 de abril al 5 de mayo) únicamente se detectaron 4 nuevos casos de dengue y 12 de chikunguña, las autoridades confirmaron hoy la detección de 398 casos nuevos de zika en ese periodo.

Esas tres enfermedades las transmite el mismo mosquito, el Aedes aegypti, que pude reconocerse fácilmente por sus marcas blancas y está ampliamente extendido por las regiones tropicales del planeta, donde se calcula que al año provoca la muerte de unas 25.000 personas debido a la transmisión de diferentes enfermedades.

Una de ellas es el zika, que en el conjunto de la población no suele tener síntomas más graves que los del dengue o el chikunguña, pero que ha sido vinculado al síndrome de Guillain-Barré -que puede ser mortal-, así como a defectos congénitos, entre ellos la microcefalia, en niños nacidos de mujeres infectadas durante el embarazado.

Desde que a finales del año pasado se detectó la llegada del virus del Zika a Puerto Rico, se han confirmado en laboratorio 1.108 casos, aunque las autoridades consideran que en realidad son decenas de miles de personas las que pueden haberlo contraído, sin que los síntomas les hayan hecho acudir al doctor.

El Departamento de Salud de Puerto Rico anunció hoy que sólo durante la semana del 29 de abril al 5 de mayo se confirmaron 183 nuevos casos, lo que pone de manifiesto el crecimiento exponencial de la presencia del virus en la isla, tal y como está ocurriendo en toda la región caribeña.

Casos de Guillian-Barré

En lo que va de año, se han confirmado además siete casos de Guillian-Barré, un síndrome neurológico que puede provocar incapacidad para sentir dolor u otras sensaciones, parálisis de partes del cuerpo y en raros casos la muerte.

Lo que más preocupa sin embargo es la incidencia entre las embarazadas, a las que se trata de hacer un seguimiento más exhaustivo, con los médicos recomendando que todas ellas se realicen las correspondientes pruebas en el primer y segundo trimestre.

Se calcula que en la isla hay unas 15.000 embarazadas, y en torno a dos de cada tres no se han hecho pruebas. Los resultados están tardando en llegarles entre uno y dos meses, según varias clínicas consultadas por Efe.

Del tercio restante, hasta el momento 139 han dado positivo, y de ellas el 29 % dijo no haber desarrollado síntoma, mientras que el 71 % restante sí detectó fiebre y/o sarpullido por el cuerpo.

Por el momento, en la isla al menos una persona ha muerto por causas directamente relacionadas al zika, mientras que la semana pasada se confirmó la detección de un feto con microcefalia e infectado con este virus, sin que las autoridades hayan aclarado si el embarazo fue interrumpido voluntariamente por la madre o si fue un aborto natural.

A falta de aclaraciones por parte de la secretaria de Salud, Ana Ríus, que dijo hoy no estar disponible ni ella ni nadie de su equipo para hacer comentarios a la prensa, lo que sí ha trascendido es que el embarazo no llegó a su fin.

Según detalló recientemente, el embarazo estaba en su segundo trimestre, lo suficientemente avanzado como para detectar que el cráneo desarrollado era más pequeño de lo normal y mostraba manchas calcificadas en el cerebro, lo que sugiere inflamación y muerte celular.

La presencia del virus en el feto fue confirmada por laboratorios de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que calculan que durante este año contraerá el zika cerca del 20 % de la población de Puerto Rico (unas 700.000 personas, de los 3,5 millones de habitantes).

Por contra, 16 de las embarazadas infectadas con zika a las que se les ha hecho seguimiento ya han dado a luz y por el momento sus hijos parecen estar sanos y libres del virus. Las autoridades locales les harán seguimiento durante tres años.

Mientras, insisten en la necesidad de prevenir las picaduras de mosquito y la eliminación de agua estancada que sirva de criadero como herramientas fundamentales para controlar la propagación.

El temor a contraerlo ya está haciendo mella en la malograda economía de la isla, puesto que cada vez son más las personas que deciden cancelar sus visitas a Puerto Rico y los congresos y eventos internacionales que se están trasladando a otros lugares.