La propagación del virus del Zika en Brasil y su probable relación con la microcefalia de los bebés ha generado un dilema en las futuras gestantes, muchas de ellas luchando contra su tiempo biológico para ser madres, sobre la conveniencia de aplazar los tratamientos de fertilización in vitro.

Pese a que el virus y la posibilidad de que sea la causa de malformaciones en los bebés "amedrentan" a las futuras madres, la crisis económica que aprieta los bolsillos de los brasileños se ha convertido también en otro factor para que las parejas opten por aplazar ese tipo de método de fertilización.

Tatiane Martins decidió interrumpir su tratamiento de fertilización in vitro por temor al zika, un virus que algunos organismos sanitarios señalan como causante de microcefalia. Como ella, cientos de mujeres en Brasil enfrentan el dilema de posponer, o no, este tratamiento, aunque algunos especialistas no lo consideran necesario.

"Empecé a ver muchas noticias por la televisión y me asusté con lo que el zika podría ocasionar, principalmente por la posibilidad de la microcefalia (…) Eso me deja confusa y ansiosa porque ya había iniciado todo el proceso de fertilización y tuve que interrumpir toda la medicación", afirmó a Efe Martins, una aspirante a madre de 33 años.

Tras interrumpir el proceso de fertilización, Martins "se obligó" a congelar embriones con la esperanza de retomar el proceso en abril de este año, cuando, según los expertos, la llegada del frío disminuye la proliferación del Aedes aegypti, el mosquito que transmite zika, dengue y chikunguña.

De acuerdo con Luiz Eduardo Albuquerque, director de una clínica de fertilización y especialista en reproducción humana, la congelación de embriones ha aumentado entre un 10 y un 15 % en Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña, en los últimos cuatro meses.

Según explicó, "muchas pacientes están congelando sus embriones y óvulos, además de atrasar el proceso de fertilización. Están preocupadas por el avance de la edad y por las dificultades económicas del país, ya que un embarazo y un hijo cuestan mucho".

Los especialistas brasileños han instado a las mujeres a tomar precauciones.

"La elección está en manos de la mujer y la familia. No creo que sea necesario aplazar el embarazo (…) Lo que podemos hacer es reforzar el uso del repelente correcto e instruir a la mujer para que tome precauciones para contener los focos del mosquito transmisor", añadió Albuquerque.

El ginecólogo y obstetra del hospital Albert Einstein apuntó que ha habido una "exageración mediática" en torno a la cuestión del zika y, a su juicio, el virus no debe ser un motivo para posponer el embarazo porque las consecuencias de la enfermedad todavía son muy inciertas.

Albuquerque aseguró que no ha percibido una reducción del número de fertilizaciones en los últimos meses.

Esta semana los Centros de Control de Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) lanzaron nuevas directrices sobre el tiempo que las mujeres que contrajeron el virus tienen que esperar antes de intentar quedar embarazadas.

Los CDC indicaron para estas mujeres un período mínimo de dos meses después del inicio de los síntomas, mientras que los hombres deben de esperar al menos seis meses.

En noviembre de 2015, cuando aumentó el número de casos de microcefalia posiblemente asociados al zika, el Ministerio de Salud de Brasil recomendó a las mujeres que aplacen los planes de embarazo.

Según el más reciente boletín del Ministerio de Salud, desde el pasado octubre se han confirmado 944 casos de microcefalia posiblemente asociados al zika, mientras que continúan bajo investigación otros 4.291 casos de recién nacidos o fetos con síntomas compatibles.

La comunicadora Sandra Valencio, también de 33 años, quiere ser madre y su esposo pasó por una vasectomía reversible, lo que dificulta un embarazo por métodos naturales, y a pesar del riesgo por el zika la pareja decidió continuar con el tratamiento in vitro que comenzó hace tres años.

"Yo no iba a interrumpir de ninguna manera mi deseo de ser madre por los casos del zika, pues no tenemos informaciones concretas y porque si doblamos los cuidados podemos tener un embarazo tranquilo", contó Valencio a Efe.

Para la comunicadora, interrumpir el proceso es "arrojar dinero a la basura", debido a que con vitaminas, consultas e inyecciones para quedar embarazada ha gastado unos 20.000 reales (unos 5.518 dólares).

El número de embriones congelados en Brasil llegó a 67.359 en 2015, un poco más del doble que lo registrado hace cuatro años y 40,8 % más frente al año precedente, informó esta semana la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa). EFE