Río de Janeiro, 5 feb (EFE).- Brasil se sumergió hoy en el carnaval y dio inicio a cinco días de fiesta continua, en pleno estado de emergencia por el zika y de avisos de las autoridades para que las embarazadas, el grupo más vulnerable, se recluyan en casa.

El pistoletazo de salida a la fiesta lo dio a las 12.06 hora local (15.06 GMT), bajo una lluvia de confeti, el Rey Momo, figura que encarna el carnaval y que, de forma metafórica, reemplazará hasta el próximo martes a las autoridades de Río de Janeiro, la ciudad con el carnaval más famoso del país.

El Rey Momo, que como manda la tradición, es un hombre negro, gordo, alegre y hábil en el zapateado y en los contoneos típicos de la samba, tomó las llaves de la ciudad de manos del alcalde carioca, Eduardo Paes.

Antes de ceder el testigo, el alcalde aprovechó para pedir a la población que por el carnaval "no se olviden" de la lucha contra el mosquito Aedes aegypti, el responsable de transmitir el dengue y el zika, enfermedad que ha causado alarma en Brasil por su posible relación con el aumento de casos de microcefalia en recién nacidos.

La ceremonia coincidió con el anuncio, realizado por el laboratorio público Fiocruz, de que se ha detectado el virus del Zika en la orina y la saliva, por lo que no se descarta que esos fluidos también puedan constituir formas de contagio.

Por ello el presidente de Fiocruz, Paulo Gadelha, recomendó a las mujeres embarazadas que "eviten las grandes aglomeraciones" de personas, precisamente, como las que ocurren en el carnaval.

Asimismo, exhortó a las personas que convivan con las embarazadas a que tengan "una responsabilidad adicional" para evitar el contagio del virus, que no se descarta que pudiera transmitirse con un beso.

De forma paralela el Ministerio de Salud recomendó hoy a las embarazadas que usen repelentes de insectos y se protejan del mosquito manteniendo "puertas y ventanas cerradas" o con mosquitero y que usen pantalones y prendas de manga larga, a pesar de encontrarse Brasil en pleno verano tropical.

Desde el pasado octubre, 404 niños han nacido con microcefalia en Brasil, mientras que las autoridades sanitarias investigan otros 3.670 posibles casos, aunque solo se ha confirmado que una pequeña parte de esos bebés también se habían infectado con el virus del Zika.

A pesar de la alerta por el zika, el alcalde de Río pidió a los cariocas que "no pierdan su espontaneidad ni su alegría jamás" y deseó que, como todo carnaval, se entreguen a la fiesta y muestren cómo será la recepción que dispensarán a los turistas en los Juegos Olímpicos del próximo agosto.

"Los Juegos Olímpicos serán una enorme celebración. Serán una oportunidad para mostrar de lo que esta ciudad es capaz", dijo Paes, que también descartó que el zika sea un problema durante la cita deportiva, puesto que tendrá lugar en el invierno austral, una época de clima más seco y por tanto, de menor incidencia del mosquito.

Río de Janeiro, la ciudad del carnaval por antonomasia, espera la llegada en los próximos cinco días de cerca de un millón de turistas, en su mayoría brasileños, y los hoteles han alcanzado una ocupación del 85 %, según datos de la patronal.

Además, cerca de 130.000 turistas arribarán en los próximos días a la ciudad abordo de cruceros, lo que supone un aumento del 85 % con respecto al año pasado, según datos del Gobierno de Río de Janeiro.

El punto cumbre del carnaval carioca será los desfiles de las escuelas de samba, que tendrán lugar en el sambódromo las noches del domingo y lunes próximos.

Pero antes, desde la tarde de este viernes, la fiesta corre a cargo de los "blocos", las bandas de música callejera que toman todos los barrios de esta urbe de seis millones de habitantes.

Algunos "blocos" de barrio congregan apenas a unos cientos de personas, pero los más multitudinarios pueden atraer a cientos de miles de juerguistas, aunque este año, probablemente a ninguna embarazada, si estas siguen las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

Además de Río de Janeiro, otras ciudades organizan importantes fiestas de carnaval, entre ellas Salvador, capital de Bahía, y Recife y la ciudad vecina de Olinda, ambas en Pernambuco, el estado que ha registrado más casos de zika y de microcefalia en recién nacidos. EFE