(EFE).- El mosquito Aedes aegypti, transmisor del zika, el chikunguña, el dengue y la fiebre amarilla, es un adversario tan poderoso que solo puede ser derrotado con una estrategia global, advirtieron varios expertos en Miami.
"Es increíble lo que hizo la naturaleza con este mosquito", dijo a Efe João Bosco Siqueira, profesor de la Universidad Federal de Goias y asesor del Programa de Control del Dengue del Ministerio de Salud de Brasil, para subrayar la dificultad del combate contra el vector de cuatro enfermedades que afectan a millones de personas.
Siqueira es uno de los participantes en la VI Conferencia sobre Salud Global, inaugurada hoy en Miami y dedicada entre otros asuntos al avance del zika, el control del dengue, la vacunación y estrategias y la resistencia a los antibióticos.
La reunión de dos días es organizada por el Consorcio de Salud Global, creado por la Universidad Internacional de la Florida (FIU) para ayudar en la lucha contra las "enfermedades emergentes" y promover el uso de la tecnología en el sector de la salud.
Participan altos cargos, exfuncionarios y expertos de 19 países.
El zika, que tiene en jaque a autoridades y científicos por su rápida expansión y por la sospecha de que puede ser el causante de un aumento de los casos del síndrome de Guillain-Barré, una rara condición neurológica, y también de los casos de bebés nacidos con microcefalia, especialmente en Brasil, acapara la atención de la conferencia.
"Todavía tenemos muchas preguntas y pocas respuestas" sobre este virus, reconoció a Efe Siqueira, quien apunta que en un "escenario perfecto" se podría esperar una vacuna eficaz dentro de dos o tres años, pero "se va a necesitar más tiempo".
Este especialista todavía manifiesta "una gran sorpresa" por lo que ha pasado con el zika, un virus originario de África, del que los seres humanos se contagian generalmente por la picadura de los "zancudos", aunque también se han registrado casos de contagio por vía sexual.
Desde que se conocieron los primeros casos en la región en 2015, el virus se ha extendido con rapidez, porque la gran mayoría de la población no tiene anticuerpos.
En Brasil, cuando se produjeron los primeros casos no se le dio importancia creyendo erróneamente que era menos peligroso que el dengue, dijo Siqueira.
En los últimos meses han nacido en Brasil más de 5.000 niños con microcefalia y las autoridades de salud tienen "muchas evidencias", aunque todavía no está totalmente comprobado, que se debe a que sus madres contrajeron el zika en los primeros tres meses de embarazo.
Siqueira precisó que de esos casos hay 400 confirmados, 600 descartados y 4.000 bajo investigación y advirtió que si no se logra combatir eficazmente el zika en Brasil, puede haber "una generación perdida".
Lo único bueno, dijo, es que ha generado la necesidad de luchar contra un enemigo poderoso, el Aedes aegypti, al que los brasileños no daban la importancia que merece, pese a que, solo por el dengue, ha causado miles de muertos en los últimos años.
"Ahora estamos hablando de niños que nacen con una anomalía, la sociedad tiene que hacer algo distinto", sostuvo.
En el mismo sentido habló Carlos Espinal, director del Consorcio de Salud Global de FIU, quien subrayó que el problema es que se ha luchado durante años contra las otras enfermedades que transmite el Aedes aegypti, pero "no aprendimos nada".
A una pregunta de Efe sobre si la falta de resultados en la lucha contra el mosquito se debe a que las enfermedades que transmite afectan sobre todo a los pobres, Espinel subrayó que no es algo "directamente ligado a la pobreza".
Más bien tiene que ver con un crecimiento urbano desordenado, con los cinturones de pobreza alrededor de las ciudades, sin servicios básicos y sin infraestructuras y convertidos en criaderos de mosquitos por el abandono y la suciedad.
De la misma opinión es el especialista mexicano en salud pública Roberto Tapia-Conyer, ligado al instituto Carso y la Fundación Carlos Slim, quien considera que "los fenómenos migratorios son relevantes en la salud de cualquier punto del planeta".
Tapia-Conyer destacó a Efe que América Latina es la región más urbanizada del mundo. Se calcula que en unos pocos años ocho de cada diez latinoamericanos vivirán en ciudades, lo que significa un gran reto para la salud pública.
En materia de salud "lo que afecta a un país al poco tiempo afecta a una región", por lo que hay que pensar en soluciones globales para aplicarlas localmente, indicó Espinel.
En el caso del zika se necesita educación y comunicación social, participación del Gobierno y de la comunidad y dar "un paso adelante" en la prevención, agregó.
Como medida preventiva fácil y económica, aparte del uso de repelentes, Siqueira propone la colocación de telas o cortinas en puertas y ventanas para evitar la entrada de los mosquitos.
Todo lo que se haga es poco, "pues nuestro adversario tiene una biología absolutamente perfecta, los huevos de este mosquito pueden esperar hasta 18 meses hasta que el agua llega" y les da vida, agregó Siqueira. EFE