SANTO DOMINGO ESTE, República Dominicana.- Pasado este mediodía todavía había grandes filas de electores en los centros de votaciones del municipio Santo Domingo Este, una zona en la que tanto los delegados de los distintos candidatos como los votantes se mostraban muy sorprendidos con la gran cantidad de personas que acudieron a las urnas.
Según cuenta Deyanira Santana, presidenta de una de las mesas que funcionan en el Liceo Ramón Emilio Jiménez, esta es una de las convenciones más concurridas que ha visto: "ha venido tanta gente que parece que estamos en unas elecciones presidenciales", afirma.
Se trata de un municipio que cuenta con más de 540 mil personas en el padrón electoral, lo que lo convierte en el más grande del país según la población de votantes.
Pasadas las dos de la tarde, algunas personas que trabajan en distintos recintos ni siquiera habían tenido oportunidad de desayunar debido al gran flujo de votantes, según dijeron a Acento.com.do.
"Ha venido tanta gente que parece que estamos en unas elecciones presidenciales".
En la mayoría de los recintos visitados por este medio no se habían registrado mayores disturbios pese a la gran concurrencia de electores y a que eran frecuentes las denuncias de compra de intenciones de voto y cédulas, realizadas sobre todo por los delegados del ex presidente Hipólito Mejía.
Entre las plazas en las que hubo denuncias de este tipo está el Centro Educativo San José de Mendoza, donde el delegado supervisor de Hipólito Mejía, el señor Mauricio Torres, aseguró que el equipo de Vargas Maldonado había pagado entre 300 y 400 pesos a cientos de jóvenes que simpatizaban por Hipólito a cambio de sus cédulas para evitar que acudan a las urnas.
Las acusaciones no pasaron a ser conflictos mayores a pesar de que los representantes del equipo de Miguel Vargas ya lucían un poco pasados de tragos, pues se habían apresurado a celebrar con cervezas su "triunfo", y se oponían a cualquier conversación de la prensa con los delegados del candidato contrario.
También se pudo observar a simpatizantes de Vargas Maldonado augurando su victoria en las afueras de la Escuela Socorro Sánchez, de Villa Duarte; y en las escuelas Tirso de Molina y Hogar Masónico, de Villa Faro.
Pese a los brindis adelantados de los "miguelistas", la mayor euforia provenía de los simpatizantes de Hipólito Mejía, que no celebraban con cervezas, pero aseguraban que nada evitará su triunfo.