SANTO DOMINGO.- La vicepresidenta de la República, doctora Margarita Cedeño, manifestó que el ejercicio correcto de la vida pública se hace cada vez más difícil por las constantes tentaciones a las que se someten las personas que deciden asumir responsablemente ese camino.
Al pronunciar un discurso durante el acto inaugural del III Congreso de Laicos en la Vida Pública, la Vicemandataria valoró la bondad de los dominicanos y su decisión de afrontar esos retos con los valores, como pueblo fiel de Dios.
“Las tentaciones son muchas, porque el ejercicio está repleto de incentivos perversos para que se haga lo que está mal, se premia demasiado a quienes dan un resultado, aun cuando lo hagan divorciados de las necesidades del pueblo y de los valores que otros queremos resaltar y que con tantos sacrificios y desvelos ejercemos”, manifestó.
Margarita Cedeño insistió en la importancia de ejercer la actividad pública con integridad, y resaltó que para los laicos esta no puede estar ajena, “pues no podemos querer ser buenos solo en lo público, debemos serlo también en lo privado. Tenemos que ser buenos con nuestra familia, amigos, empleados y colaboradores”.
Señaló que estamos llamados a dejar atrás la especulación que mata la acción, y poner en práctica los valores cristianos para el beneficio de los hijos e hijas de Dios, aunque reconoció que para ello se requiere que “nos ayudemos los unos a los otros. Que hombro con hombro, nos sirvamos de pie de amigo para no desfallecer en el intento de hacer del servicio público un trabajo digno”.
La actividad, organizada por el Grupo Santo Tomás Moro, la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), el Arzobispado de Santo Domingo, la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD), y la Unión Nacional de Instituciones Laicas Católicas (Unilca), tiene el propósito analizar el rol de los laicos en el acontecer social y la defensa de los derechos humanos.
En el mismo participaron, además de la Vicemandataria, el padre Alfredo de la Cruz Baldera, rector de la PUCMM; monseñor Francisco Ozoria, arzobispo metropolitano de Santo Domingo, quien dio las palabras de bienvenida; monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo emérito de la Arquidiócesis de Santiago y presidente del Grupo Santo Tomás Moro; y José Armando Tavárez, rector del Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA) y director ejecutivo del Grupo Santo Tomás Moro.
Entre los expositores figuran Guzmán Carriquiry, vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina, quien impartió la conferencia magistral “Derechos humanos en el magisterio de la Iglesia”; monseñor De la Rosa y Carpio expuso sobre “La Iglesia dominicana y su defensa de los derechos humanos”; el ex vicepresidente de la República, Rafael Alburquerque, disertó sobre “La Constitución dominicana, los derechos humanos y el humanismo cristiano”; y Pelegrín Castillo expuso sobre “La Constitución dominicana y la función social de la propiedad