SANTO DOMINGO, República Dominicana (Versión en español de Iván Pérez Carrión).-En la República Dominicana, pese a la estabilidad del sistema político, se mantendrá bajo el nivel de la democracia debido a la corrupción, los servicios ineficientes, los bajos niveles de participación, la baja representación de las mujeres y de las minorías de la sociedad.

La advertencia forma parte del informe de la Unidad de Análisis de The Economist, puesto a circular esta semana, y que advierte del riesgo para la democracia que constituye el continuismo del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en el poder, mientras no se observa una oposición firme con posibilidad de mantener la alternabilidad.

Indica que, si bien la democracia está bien establecida y aceptada, los bajos niveles de participación política y el mal funcionamiento del gobierno -que, además de la corrupción, implica malos servicios públicos, especialmente en los problemas con la electricidad, el agua, la sanidad y la educación-, se mantendrá baja la puntuación de la democracia del país y el rango.

La corrupción ha sido impulsada en parte en los últimos años por el tráfico de drogas, pero también ha habido un aumento en las denuncias de mala administración y malversación de fondos públicos, incluidos proyectos de inversión

Explica que la baja valoración de la democracia dominicana permanecerá hasta que se incremente la representación femenina y de las minorías en el gobierno, y se implementen reformas para hacer burocracia gubernamental más eficiente y responsable.

Funcionamiento de gobierno dañado por la corrupción

Puntuación del índice de la República Dominicana siguió mejorando en 2013, para llegar a 6.74 (frente a 6.49 en 2012), sin embargo, refleja puntajes relativamente bajos de participación política (5) y funcionamiento del gobierno (6.07).

Estas puntuaciones se generan principalmente por el bajo número de mujeres en puestos políticos, la poca confianza en los partidos políticos y las instituciones; la falta de controles y balances gubernamentales suficientes, y la percepción de un alto nivel de corrupción.

La corrupción ha sido impulsada en parte en los últimos años por el tráfico de drogas, pero también ha habido un aumento en las denuncias de mala administración y malversación de fondos públicos, incluidos proyectos de inversión.

El gobierno no ha dado prioridad a la lucha contra la corrupción, y el poder judicial ha traído muy pocos de esos casos a juicio.

Aumenta el riesgo de que el partido gobernante se afiance en el poder

A pesar de estas deficiencias, la República Dominicana ha subido en el ranquin mundial cuatro lugares desde 2012 y 14 lugares desde 2011. Su puntuación en el índice se apoya positivamente por las categorías de proceso electoral, la cultura política y las libertades civiles.

Tiene un mejor puntaje que el promedio regional en esas mediciones, lo que refleja transferencias exitosas de poder, un sistema político multipartidista, medios de comunicación libres, los derechos propiedad privada y la libertad de expresión.

Las elecciones son consideradas libres y justas por gran parte de los monitores externos, a pesar del hecho de que el partido en el poder tiende a disfrutar de una ventaja de campaña frente a la oposición, debido a su capacidad para aprovechar las finanzas públicas en el gasto y proyectos electoralmente ventajosos.

Aunque se espera que esta situación continúe, el hecho de que las elecciones presidenciales y legislativas se unificaron en 2016, aumentará el intervalo entre las elecciones nacionales de cuatro años a dos, y reducirá el margen de exceso de gasto preelectoral por el gobierno.

“Además, si el gobernante Partido de la Liberación Dominicana gana la presidencia de nuevo en 2016, como esperamos, la ampliación de su mandato en el cargo a 16 años consecutivos traerá nuevas preocupaciones sobre la falta de controles y balances, y el riesgo de una erosión del sistema pluripartidista”,  indica.

Índice de democracia: República Dominicana

El índice de democracia de la Unidad de Inteligencia de The Economist ubica a la República Dominicana en el lugar 56 (mejor que el 60, en 2012) de 167 países, por lo que es una de los 14 “democracias imperfectas”, entre los 24 países evaluados en América Latina. En América Latina solamente, la República Dominicana ocupa el puesto 11 general, muy por delante de sus vecinos caribeños Haití (23) y Cuba (24), pero detrás de Jamaica (4) y Trinidad y Tobago (7), así como el competidor de América Central, Costa Rica (segundo).