SANTO DOMINGO.-
El documento que se anexa fue dictado por el después mayor general Antonio Imbert Barreras, el 2 de junio de 1961, la noche en que se refugió en la residencia de la familia Cavagliano (Mario y Dirse). El texto le fue dictado a Liliana, hija de la pareja, quien la pasó a máquina en hojas 8×13. Mario Cavagliano era cónsul de Italia y accedió a esconder a Imbert a pedido del padre de Frank y Francisco Rainieri, para salvarlo de la feroz persecución de los implicados en el ajusticiamiento de Trujillo por parte de los agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), la policía política del régimen.
En este documento, Imbert narra cómo le dieron muerte al tirano. Imbert ofreció muchos años después en entrevistas por televisión versiones del hecho que no coinciden totalmente en algunos detalles con la narración que se hace en el documento, aunque sin discrepancias en el fondo. Tomando en cuenta que este documento fue escrito tres días después de la muerte de Trujillo, como un legado de uno de los autores a la posteridad, dado que entonces temía ser descubierto y asesinado como había ocurrido ya con otros implicados en el tiranicidio, cabe suponer que la narración que dio lugar al documento se ajusta a la realidad de los hechos.
El contenido del documento fue revelado en detalles por primera vez por mí en el libro “Los últimos días de la Era de Trujillo”(Editora Corripio 1991), aunque no se publicó textualmente por los intentos del general Imbert de iniciar una demanda judicial bajo el alegato de que se trataba de un documento personal. Días después de haber ofrecido su versión a la familia Cavagliano, Mario Cavagliano llevó una copia del documento a Armando D’Alessandro, a su residencia en la calle Dr. Delgado a una cuadra al norte del Palacio Nacional. Armando había sido detenido por el SIM el día siguiente de la muerte de Trujillo pero liberado pocos días después, debido a sus lazos de amistad con gente influyente en el régimen. Su padre, arquitecto de origen italiano, había sido el diseñador del Palacio Nacional por órdenes de Trujillo. Dada la ascendencia italiana de los D’Alessandro sus vínculos con los Cavagliano eran muy fuertes y Mario y Dirse ya habían protegido en su hogar a Guido (Yuyo) D’Alessandro y planeado su salida al exilio aprovechando la llegada de un crucero turístico italiano al puerto de Ciudad Trujillo.
Mario y Dirse me confesaron que habían entregado esa copia temerosos de que los agentes del SIM descubrieran la presencia de Imbert en su residencia y destruyeran la única versión existente de cómo se había dado muerte al tirano. Armando D’Alessandro me dijo que al recibir el documento se sintió tan atemorizado (Ver “Los últimos días de la Era de Trujillo”), que los guardó en papel transparente , quitó mosaicos del piso del comedor y allí lo guardó, cubriendo después el piso con una alfombra bajo la mesa. Armando sacó el documento del escondite mucho tiempo después y se olvidó de él. Cuando se lo pedí en una de nuestras entrevistas para el libro, recordó que lo había archivado en un armario de su habitación y me lo entregó.
Imbert permaneció escondido en la residencia de los Cavagliano hasta finales de noviembre de 1961, cuando ya todos los familiares de Trujillo habían marchado al exilio y su vida no corría aparentemente peligro.
El conocimiento del contenido de este documento es de suma importancia histórica y cobra actualidad al conmemorarse el lunes, 30 de mayo, el 55 aniversario del ajusticiamiento del tirano.
Con la divulgación del texto completo respondo a una solicitud de mi amigo, el periodista y escritor José Báez Guerrero, pero dado el interés que tiene para el conocimiento de la historia contemporánea dominicana, me he permitido compartirlo, con las debidas excusas a José Báez, con notables y distinguidos historiadores y periodistas que gozan de mi mayor aprecio y admiración, cuyos nombres figuran en este correo.
Aqui archivo integro: Relación del ajusticiamiento del dictador Trujillo