SANTO DOMINGO, República Dominicana.-El gobierno de Suiza (Confederación Helvética) jugó un papel fundamental entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos para mantener las precarias y críticas relaciones que sostuvieron La Habana y Washington desde el rompimiento formal de relaciones en 1961 hasta el presente año 2015 cuando los nexos formales han sido restablecidos por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama.

A continuación los documentos oficiales con las explicaciones de lugar que la señora Embajadora de Suiza en Santo Domingo, Line Leon-Pernet, envió a la redacción de Acento.com.do:

Un país extranjero que representa los intereses de otro país en un tercer país

  1. ¿Qué implica realmente desempeñar el papel de potencia protectora que representa los intereses de un país extranjero?

El papel de potencia protectora significa que un país actúa como mediador en el mantenimiento de un nivel mínimo de contacto entre dos estados que no tienen relaciones diplomáticas y / o consulares entre sí. Se hace una distinción entre dos tipos de mandato: el no muy común Mandato de Ginebra, basado en el derecho internacional humanitario y que tiene la intención de garantizar la correcta aplicación de las Convenciones de Ginebra de 1949 y el tratamiento adecuado de los civiles, los prisioneros de guerra y las personas heridas. El poder protector bajo el Mandato de Ginebra suele ser asumido por el CICR.

En la actualidad la mayoría de los mandatos de potencia protectora implican representar los intereses de otro país y por ende son Mandatos de Viena. Este tipo de mandato se refiere a las relaciones diplomáticas y consulares entre dos estados y se basa en la Convención de Viena de 1961 sobre Relaciones Diplomáticas y la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963.

Las especificaciones del papel de potencia protectora varían en dependencia de si la atención se centra en cuestiones técnicas / humanitarias o en aspectos políticos. El primero implica principalmente el desempeño de funciones diplomáticas y consulares tradicionales en nombre del Estado que se está representado, como la transmisión de mensajes, el cuidado de los ciudadanos del país en cuestión, la protección de la propiedad de ese país, y el manejo de los problemas de pasaporte y visa. En la práctica, los derechos consulares hoy en día son a menudo manejados por las "secciones de intereses" de los estados representados. Un ejemplo de esto es el mandato de Suiza para los Estados Unidos en Cuba, donde una Sección de Intereses adscrita a la Embajada de Suiza y con parte de personal estadounidense se ha estado ocupando de la trabajosa labor consular desde 1977.

Desde el punto de vista político, una potencia protectora a menudo tiene la tarea de mantener abierto un canal discreto y confiable de comunicación entre los dos estados a pesar de la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos. Un tercer Estado sólo puede representar los intereses de estos países si los gobiernos de la potencia protectora y de los dos estados afectados están de acuerdo en esto.

  1. ¿Se le ha solicitado a Suiza realizar muchos de estos mandatos en el pasado?

Durante la Segunda Guerra Mundial, Suiza se convirtió en la potencia protectora más importantes del mundo, como resultado de su neutralidad, su estabilidad interna y su gran experiencia que había acumulado en este ámbito durante la Primera Guerra Mundial. Durante los años 1943-1944, Suiza representaba los intereses de 35 estados al mismo tiempo, con más de 200 mandatos en total, abarcando casi todas las grandes potencias beligerantes. Este amplio papel de potencia protectora exigió la creación de una entidad en Berna especialmente dedicada a este fin. Por lo tanto, en 1939 el entonces Departamento Político Federal creó una sección de Intereses Extranjeros que en aquel momento contaba con más de 150 empleados en Berna y más de 1.000 en todo el mundo. Suiza siguió siendo una potencia protectora reconocida después de la Segunda Guerra Mundial, nuevamente debido a su neutralidad y también debido a su red de representaciones en todas las partes del mundo y a una gran experiencia en el desempeño de esta función. Luego de que el número de mandatos decayera a 7 en 1948, posteriormente se elevó de nuevo para llegar a 24 en 1973. Suiza actualmente tiene seis mandatos de potencia protectora.

  1. ¿Cuáles mandatos de potencia protectora para representar los intereses extranjeros sostiene Suiza actualmente?

Suiza está actualmente ejerciendo seis mandatos de potencia protectora: – Los Estados Unidos en Cuba (desde 1961, hasta el 20 de julio 2015)
– Irán en Egipto (desde 1979)
– Los Estados Unidos en Irán (desde 1980)

– Cuba en los Estados Unidos (desde 1991; hasta el 20 de julio 2015) – Rusia en Georgia (desde el 13 de diciembre de 2008)
– Georgia en Rusia (desde el 12 de enero de 2009)

  1. En Cuba, ¿ha Suiza emprendido otros mandatos de protección solicitados por países extranjeros?

Sí, a finales de 1964, Suiza estuvo representando los intereses no sólo de los Estados Unidos, sino de nueve países de América Latina: Argentina, Guatemala, Honduras, Chile, Brasil, Ecuador, Venezuela, Colombia y Haití.

  1. ¿Qué funciones debe realizar un país por otro que le ha depositado un mandato para representar sus intereses?

Ver la respuesta a la pregunta 1.

  1. ¿Es esta una lista conjunta de funciones, o difiere de un caso a otro?

Las funciones varían de un caso a otro. Por ejemplo, el mandato de los Estados Unidos en Cuba es muy diferente del que Suiza realiza para los Estados Unidos en Irán, que incluye todos los diversos servicios consulares y se utiliza también personal suizo.

  1. ¿Se necesita en cada caso una decisión del Consejo Federal?

Sí

Line Leon-Pernet embajadora de Suiza en República Dominicana
Line Leon-Pernet embajadora de Suiza en República Dominicana

Dossier para las representaciones suizas y los medios de comunicación sobre el fin de los mandatos de Suiza para representar los intereses de Estados Unidos en Cuba y los intereses de Cuba en los Estados Unidos

Resumen: A partir de finales del siglo 19, pero en particular durante la Segunda Guerra Mundial, Suiza adquirió un gran número de mandatos para representar los intereses diplomáticos de estados extranjeros en terceros países, principalmente debido a su política de neutralidad. Su mandato para representar a los Estados Unidos en Cuba es el más largo en la historia suiza. Duró desde 1961 hasta 2015, aunque de forma reducida desde 1977 cuando la administración de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana fue asumida por funcionarios de Estados Unidos que trabajan en su antigua embajada. Entre 1961 y 1980, la delegación suiza se enfrentó a muchos desafíos.

Desde 1961 en adelante, se dedicó intensamente a negociaciones y trabajó duro para encontrar soluciones beneficiando a los ciudadanos estadounidenses y a los intereses en Cuba. Así fue sobre todo en los primeros años, en medio de las tensiones globales resultantes de la Guerra Fría. Discretamente pero con eficacia, la representación de Suiza en Cuba actuó como intermediario privilegiado entre los dos gobiernos, de manera neutral pero eficaz en situaciones políticas muy tensas. En particular, su mediación jugó un papel decisivo en posibilitar que 260.000 cubanos salieran hacia los Estados Unidos.

Introducción

Entre 1914 y 1918 y nuevamente durante la Segunda Guerra Mundial, Suiza asumió un gran número de mandatos para representar los intereses de estados extranjeros en terceros países, principalmente debido a su política de neutralidad en un mundo desgarrado por conflictos.

La propuesta de los Estados Unidos en octubre de 1960 de que Suiza representara los intereses de EEUU en Cuba fue inesperada, especialmente teniendo en cuenta que la misión diplomática suiza era pequeña en comparación con el personal de otros países como el Reino Unido.

Sin embargo, su neutralidad combinada con su larga experiencia como potencia protectora de los intereses extranjeros, que data de la guerra franco-alemana de 1870-1871, significó que los buenos oficios de Suiza fueron llamados en numerosas ocasiones a lo largo del siglo 20.

Asumió 36 mandatos durante la Primera Guerra Mundial y 200 durante la Segunda Guerra Mundial, cuando representaba los intereses de 35 naciones, entre ellas los Estados Unidos y la mayoría de las otras partes en conflicto.

Su asistencia también se solicitó en varias ocasiones durante el primer período de la Guerra Fría entre 1947 y 1963, sobre todo en el período inmediatamente posterior a la crisis de Suez de 1956. Estos mandatos fueron rescindidos gradualmente hasta el año 1961. Desde el 6 de enero de 1961, justo después de la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, Suiza comenzó a representar los intereses de EEUU en Cuba.

Este mandato de representación es el más largo de la historia de Suiza. Duró desde 1961 hasta el presente, aunque de forma reducida desde 1977 cuando la administración de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana fue asumida por funcionarios de Estados Unidos que trabajan en su antigua embajada. Entre 1961 y 1980, la delegación de Suiza se enfrentó a muchos desafíos.

  1. Ruptura de las relaciones diplomáticas y el papel de Suiza como potencia protectora

En enero de 1961, a raíz de la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, Suiza acordó asumir el mandato de proteger los intereses de Estados Unidos en La Habana. La solicitud fue hecha por el Secretario de Estado Norteamericano Christian Herter al embajador de Suiza en Washington, August Lindt. Su homólogo en La Habana, Walter Bossi, fue informado por el gobierno en Berna de la decisión del Consejo Federal de aceptar el mandato sujeto al consentimiento de las autoridades cubanas.

El embajador en La Habana confirmó rápidamente este acuerdo después de que Checoslovaquia aceptó representar a Cuba en Washington. La primera tarea importante era explicar al nuevo gobierno revolucionario de las normas internacionales que rigen el papel de una potencia protectora. Nueve funcionarios suizos fueron enviados de inmediato a sustituir a los aproximadamente 60 funcionarios estadounidenses.

Esta asignación preliminar fue supervisada por el embajador Gaston Jaccard y su asesor Emil Stadelhofer, quien se convertiría en embajador de Suiza en Cuba en noviembre de 1961. Desde el principio, la prioridad para la delegación suiza, que asumió tanto el mandato consular como diplomático, fue organizar la salida de los ciudadanos estadounidenses – una tarea difícil que sería una de las principales preocupaciones de la embajada durante todo el mandato.

Desde la primavera de 1961, las tensiones eran altas entre Estados Unidos y Cuba, con el intento de invasión de Bahía de Cochinos y otras disputas en torno a la confiscación de los barcos y las aeronaves matriculadas en un país pero que se encontraban en el otro. Los archivos dan fe de la intensa actividad diplomática y de muchos intentos de la embajada suiza para explicar y aliviar las tensiones.

Fidel Castro y sus altos funcionarios pronto decidieron reunirse con Emil Stadelhofer, entonces todavía Encargado de Negocios, en persona: el envío de notas y cables a través de Berna y Washington tomaba demasiado tiempo y los problemas eran urgentes. Se estableció un diálogo directo, como demuestran las diversas fotos de los Archivos Federales suizos adjuntos a este documento.

Desde 1961 en adelante, Stadelhofer, quien sin duda jugó el más intenso papel de cualquier embajador suizo durante el mandato de 55 años, fortaleció una relación estrecha y confiada con el gobierno cubano, entonces sujeto a varios intentos de desestabilización de la CIA. Él con frecuencia le recordaría a sus interlocutores de los principios del derecho internacional público, mientras mantenía una estricta neutralidad lo que le hizo ganar mucho crédito con el Máximo Líder. También presentó soluciones rápidas y pragmáticas que contaron con la aprobación del gobierno cubano, al menos en cuanto a la salida de los ciudadanos estadounidenses.

El tema de los presos políticos y las personas detenidas después de la fallida invasión de Bahía de Cochinos resultó más difícil de resolver. No obstante, la embajada suiza mostró preocupación constante por su difícil situación y se esforzó para hacer cumplir el derecho internacional humanitario, de conformidad con su mandato y con la tradición suiza.

  1. Papel de Suiza como intermediaria en la Crisis de los Misiles de Cuba

En 1962, con la crisis de los misiles soviéticos amenazando con transformar a Cuba en una base nuclear ofensiva, provocando así una tercera guerra mundial, la delegación suiza jugó un papel discreto pero sin embargo crucial.

En un discurso televisado el 22 de octubre de 1962, John F. Kennedy anunció el bloqueo de todos los suministros de equipo militar a Cuba y exigió la retirada de los misiles soviéticos de inmediato en la isla. Según las memorias del diplomático Edouard Brunner, el Secretario de Estado, Dean Rusk habló en estos términos a August Lindt, el embajador de Suiza en Washington: "Si lo he llamado es para pedirle un favor que sólo usted, como representante suizo a cargo de nuestros intereses en Cuba, puede proporcionar ".

Se le pidió a Lindt informar a Fidel Castro de que los EE.UU. estarían haciendo vuelos de reconocimiento sobre Cuba y que los cohetes de señales no deberían confundirse con bombas, provocando una respuesta de las defensas aéreas cubanas. Desde la casa de Brunner, Lindt llamó a Stadelhofer, quien transmitió el mensaje directamente a Castro y llamó de vuelta en una hora para confirmar la transmisión del mensaje.

Esto le permitió a Lindt contactar a Rusk entre las 4 y las 5 pm y asegurarle que no había que temer una respuesta cubana. Según Brunner, esto era exactamente el tipo de servicio que la diplomacia suiza podía prestar durante la Guerra Fría para las grandes potencias, actuando como un "intermediario honesto". En sus memorias, añade: "…y así se pudo evitar, gracias a este mensaje transmitido rápidamente, una escalada de la crisis."

La crisis de los misiles en Cuba terminó el 28 de octubre con un intercambio de cartas entre Kennedy y Khrushchev. Sin embargo, un avión estadounidense pilotado por el comandante Rudolf Anderson, Jr. fue derribado el 27 de octubre. Sin lugar a dudas la más importante, y difícil, contribución de la delegación suiza en este momento estaba en sus esfuerzos para repatriar los restos del piloto a bordo de un avión estadounidense pintado con colores suizos. Stadelhofer, descrito como un hombre ingenioso y muy dedicado, comenzó a desempeñar un papel de liderazgo a partir de este momento. En 1964, el Líder Máximo lo presentó con su boina en una recepción y elogió a Suiza.

A raíz de la crisis de los misiles de 1962, se suspendieron todos los enlaces marítimos y aéreos entre los Estados Unidos y Cuba. Sin embargo, un acuerdo entre los dos países permitió a la Cruz Roja Americana entregar medicamentos en barco y avión a cambio de la devolución de los principales sospechosos de la invasión de 1961.

Stadelhofer convenció a funcionarios de alto nivel de permitir a un número de ciudadanos estadounidenses abordar estos barcos y los vuelos semanales fletados por la Cruz Roja en sus viajes de retorno cuando iban vacíos. La obtención de estos pasajes, el manejo de las solicitudes, la comprobación de los datos de los pasajeros y la respuesta a cientos de cartas enviadas a la Embajada de Suiza era una enorme carga. Sin embargo, el personal de la embajada se mantuvo motivado y resistente frente a las condiciones locales difíciles. Por ejemplo, el embajador no podía caminar por la calle sin ser detenido en todo momento por las personas que le pedían ayuda para salir.

El manejo de las solicitudes y los aspectos prácticos para el retorno de los ciudadanos estadounidenses y aquellos con doble nacionalidad sería una preocupación para Emil Stadelhofer a lo largo de su estancia en Cuba.

Un paralelismo histórico ha sido a menudo asociado con la difícil situación de los que trataban de huir de Berlín Occidental: aunque, como Stadelhofer con frecuencia señaló, "en Cuba, no fue la imposibilidad de salir el obstáculo que había que superar, sino más bien la falta de transporte ", dado que en ese momento ya no había ningún vuelo comercial o enlaces marítimos entre la costa de Estados Unidos y Cuba. En medio del clima cada vez más aislacionista en Cuba, Suiza continuó su trabajo en defensa de los intereses de los dos países que ya no se estaban hablando el uno al otro.

  1. 1963: asesinato de John F. Kennedy

Las autoridades estadounidenses descubrieron que el principal sospechoso en el asesinato de Kennedy, Lee Harvey Oswald, había solicitado un visado cubano de la embajada cubana en la Ciudad de México. Una vez más, Suiza ayudaría a las autoridades judiciales de Estados Unidos y actuaría como intermediario con el gobierno cubano, que diligentemente proporcionó la información que tenía. La situación fue controlada una vez más.

  1. 1964: intento de nacionalizar el edificio de la embajada y convertirlo en el Ministerio de Pesca de Cuba: intervención de Stadelhofer

En 1963, las autoridades cubanas querían saber cómo Suiza reaccionaría si el edificio de la embajada de los Estados Unidos fuera nacionalizado: Stadelhofer, basado en un dictamen jurídico emitido por los abogados DFAE, persuadió al gobierno cubano de que el mandato de Suiza también incluía los edificios del poder mandatario. Él advirtió a los cubanos que Suiza podría potencialmente considerar esto "el acto más hostil y más severo contra la política exterior de Suiza desde la existencia de la Confederación".

El mensaje parece haber sido entendido, pero el 2 de febrero 1964 cuatro buques de pesca cubanos fueron arrestados por la Guardia Costera de los Estados Unidos y sus tripulantes detenidos. En represalia, Cuba cortó el suministro de agua a la base naval estadounidense en Guantánamo, lo cual provocó una nota de protesta por parte de los Estados Unidos, entregada por Stadelhofer.

Como los funcionarios cubanos se prepararon para ocupar y confiscar el edificio de la embajada de los Estados Unidos, Stadelhofer intervino en persona, declarando que se trataba de una propiedad diplomática y que la Convención de Viena se violaría solamente por encima de su cadáver. Después de esto, los cubanos no hicieron más intentos de nacionalizar la embajada de Estados Unidos.

En febrero de 1964, también fue Stadelhofer quien negoció la repatriación de los pescadores cubanos a cambio de la devolución de un buque americano secuestrado y aviones, así como el cese de las acciones hostiles contra la base naval de Guantánamo. Por otra parte, después de haber roto las relaciones diplomáticas con Cuba durante este período, varios países de América del Sur confiaron a Suiza, la defensa de sus intereses en La Habana. Así a finales de 1964, Suiza representaba los intereses no sólo de los Estados Unidos, sino también de nueve países de América Latina: Argentina, Guatemala, Honduras, Chile, Brasil, Ecuador, Venezuela, Colombia y Haití (estos mandatos han terminado).

  1. La crisis de Camarioca y el puente aéreo Varadero-Miami: papel de la delegación suiza

El 28 de septiembre de 1965, Fidel Castro anunció que cualquier cubano que deseaba hacerlo podría salir del país para la Florida por sus propios medios. Miles de cubanos zarparon desde el puerto de Camarioca, cerca de Varadero; algunas de las embarcaciones eran inseguras y se volcaban, a menudo con niños a bordo. Como sucedía siempre que Stadelhofer hacía gestiones ante el gobierno cubano, Fidel Castro escuchó y buscó soluciones para evitar que aumentaran las tensiones.

En este caso, fue conmovido por los ahogamientos y quería un fin inmediato a ellos por razones humanitarias. Washington y La Habana decidieron bajo su interés común acabar con el transporte marítimo.

Los Estados Unidos dieron instrucciones a la Embajada de Suiza de negociar las condiciones de un puente aéreo desde Varadero a Miami. A Stadelhofer se le dio instrucciones precisas, pero él mismo llevó a cabo la negociación.

Se llegó a un acuerdo entre Cuba y los Estados Unidos (sin limitación de tiempo), que resultaría en una operación de transporte aéreo a partir del 1 de diciembre. Esto permitió la salida de entre 3.000 y 4.000 cubanos al mes a bordo de aviones de EE.UU. saliendo desde el aeropuerto militar de Varadero. Este puente aéreo proporcionó dos vuelos al día, cinco días a la semana. En total, 9.268 refugiados abandonaron Cuba en 1965, incluyendo 3.349 sólo en diciembre.

El puente aéreo permaneció durante los próximos siete años, y la embajada suiza jugó un papel de liderazgo en la gestión del mismo. De hecho, este fue el elemento central de su mandato de potencia protectora. Se dio a la tarea de entrevistar a todos los que aplicaban para salir, para su aprobación por parte de Washington. Al final de la operación en abril de 1973, un total de 260.737 cubanos habían entrado en los Estados Unidos de esta manera.

La embajada suiza enfrentó numerosos problemas, algunos de ellos políticos: por ejemplo, de las 55.000 solicitudes pendientes en junio de 1966, 700 eran de ciudadanos estadounidenses y sus familias, a quienes el gobierno cubano había negado autorización para que abandonaran el país.

El excelente trabajo de Stadelhofer en relación con este puente aéreo fue aclamado por varios testigos, incluido el embajador británico en Cuba, quien confió a su homólogo suizo, Embajador Probst: "Su Embajador es el diplomático más destacado en La Habana. Hizo milagros. Pero ya está cansado. Usted debe llevárselo antes de que tenga una crisis".

En 1977, el mandato no había terminado, pero un acercamiento parcial entre los dos países dio lugar a la creación de una "Sección de Intereses de la Embajada de Suiza en La Habana", lo que permitió el regreso de diplomáticos estadounidenses a Cuba. Sin embargo, el mandato de Suiza continuó y la bandera suiza aún ondeaba sobre el antiguo edificio de la embajada de Estados Unidos. Una "Sección de Intereses de Cuba", también se estableció en Washington (bajo la protección de Checoslovaquia), y los diplomáticos cubanos regresaron a Washington.

En 1991, con la disolución de la Unión Soviética, a Suiza se le pidió hacerse cargo del mandato de Checoslovaquia como representante de los intereses cubanos en Washington. Asumió este mandato hasta el 20 de julio de 2015, cuando se restablecieron las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.

Suiza pasó a resolver una serie de otras crisis diplomáticas, aunque no de la misma magnitud como las de la Guerra Fría: en 1980, por ejemplo, cuando cientos de disidentes cubanos buscaron refugio en la Sección de Intereses de los Estados Unidos, o durante las disputas por las fronteras marítimas y en las cuestiones de emigración. El diálogo directo entre Cuba y los Estados Unidos se ha fortalecido gradualmente desde 1977, dando como resultado final hoy el fin del doble mandato de Suiza.

Suiza acoge con satisfacción el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, el 20 de julio de 2015. Su doble mandato de proteger los intereses de estos países está llegando a su fin. Suiza seguirá brindando sus buenos oficios en el proceso de normalización de las relaciones, si así se desea.

Berna, 15 de julio 2015

Nathalie Bösch/

Davide Ciampitti

Para mayor información:

Federal Department of Foreign Affairs FDFA

General Secretariat GS-FDFA

Presence Switzerland

-Federal Department of Foreign Affairs, Switzerland welcomes the reopening of the embassies in Havana and Washington, Press release of 1 July 2015, https://www.news.admin.ch/message/index.html?lang=en&msg-id=57976

-Swiss diplomatic documents, online database: www.dodis.ch

-Politorbis, No. 40, Die Schweiz als Schutzmacht, 2009,

-https://www.eda.admin.ch/publikationen/en/eda/schweizer-aussenpolitik/reihe-politorbis/archiv-politorbis/politorbis-40.html

-Politorbis, No. 56, La diplomatie suisse en action pour protéger des intérêts étrangers, 2014 https://www.eda.admin.ch/publikationen/en/eda/schweizer-aussenpolitik/reihe-politorbis/archiv-politorbis/politorbis-56.html

-Brunner, Edouard, Lambris dorés et coulisses: souvenirs d’un diplomate, Geneva: Georg: University of Geneva – European Institute, 2001

-Fischer, Thomas, Die guten Dienste des IKRK und der Schweiz in der Kuba-Krise 1962, Journal: Schweizerische Zeitschrift für Geschichte = Revue suisse d’histoire = Rivista storica svizzera, 51 (2001), PP. 218-223. Persistent link: http://dx.doi.org/10.5169/seals-107861

-Fischer, Thomas, Talking To The Bearded Man: The Swiss Mandate To Represent US Interests In Cuba, 1961-1977, Working papers in international history and politics No. 5 / August 2010 ; http://graduateinstitute.ch/files/live/sites/iheid/files/sites/international_history_politics/ shared/working_papers/WPIHP-Fischer.pdf

-Jones, H., Kraft, D., 2015, Documents on Mexico ; Central America; and the Caribbean 1973-1976, Foreign Relations of the United States, 1969-1976, Vol. E-11, http://static.history.state.gov/frus/frus1969-76ve11p1/pdf/frus1969-76ve11p1.pdf

-RTS, archives, Interview of Che Guevara at Hôtel Intercontinental in Geneva. Link to the video: http://www.rts.ch/archives/tv/information/point/3442719-l-interview-du-che.html