Washington, 12 ago (EFE).- Unos setenta republicanos pedirán al partido que corte la financiación a la campaña presidencial del magnate Donald Trump y que se enfoque en mantener las mayorías en el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
En una carta, a la que hoy tuvieron acceso algunos medios locales y que se hará pública la próxima semana, los firmantes aseguran que la figura de Trump "amenaza" con convertir las elecciones de noviembre en una "victoria arrolladora" de los demócratas.
"Tan solo un cambio inmediato de todos los recursos disponibles del Comité Nacional Republicano (RNC) a los puestos vulnerables del Senado y la Cámara de Representantes evitarán que se ahogue (el partido) con el ancla de Trump alrededor del cuello", apuntan en la misiva.
Entre los firmantes hay una veintena de exdirigentes del partido así como los excongresistas Chris Shays, Tom Coleman y Vin Weber y el exsenador Gordon Humphrey.
Algunos de ellos, como Shays, han anunciado ya que votarán por la demócrata Hillary Clinton en noviembre.
"Esta no debería ser una decisión difícil ya que las posibilidades de que Trump resulte electo se evaporan cada día que pasa", concluye la carta.
Uno de sus promotores, Andrew Weinstein, de Florida, aseguró al portal Politico que la carta surge de "gente preocupada por proteger las mayorías del partido en el Senado y la Cámara", pero que no supone un "apoyo a nadie", en referencia a Clinton.
La carta llega en un momento de creciente oposición en el seno del partido contra el irreverente magnate neoyorquino, un incendio que no logra controlar y que ha llevado a importantes líderes republicanos a retirarle el apoyo, como el reciente y significativo caso de la senadora Susan Collins.
Este viernes, de hecho, la cúpula del RNC y la campaña de Trump mantendrán una reunión en Orlando (Florida).
Según el equipo del magnate se trata de un encuentro "típico", aunque no resulta un secreto que parte de la cúpula republicana está en desacuerdo con el rumbo que está llevando la campaña presidencial y sus constantes salidas de tono.
La última, la acusación de Trump a Clinton y al propio presidente estadounidense, Barack Obama, de ser los fundadores del Estado Islámico (EI). EFE