Washington (EFE).- Líderes del Partido Republicano y asesores de la campaña del candidato a la Casa Blanca Donald Trump, están cada vez más frustrados con sus continuas salidas de tono y la imposibilidad de frenar o tratar de enderezar al polémico postulante a la Presidencia de Estados Unidos.
Según informó este miércoles la cadena ABC, el presidente del Comité Nacional Republicano (RNC), Reince Priebus, llamó este martes a Trump para comunicarle su frustración con el desarrollo de la campaña y, en particular, con cómo ha manejado el magnate su enfrentamiento con los padres musulmanes de un soldado estadounidense muerto en Irak.
Mientras, de acuerdo con la cadena CNN, parte del equipo de asesores de Trump, entre ellos su jefe de campaña, Paul Manafort, "sienten que están perdiendo el tiempo", dadas las frecuentes polémicas que protagoniza el magnate.
La cadena ABC va más lejos y afirma que la frustración es tal, que altos funcionarios del partido están explorando incluso cómo reemplazar a Trump si el magnate renuncia a la candidatura presidencial, un proceso contemplado en las reglas del RNC y que estaría en manos de los 168 miembros de ese comité.
No obstante, no existe ningún mecanismo para forzar al candidato a renunciar a la nominación y hasta ahora Trump no ha dado ninguna señal de estar pensando en abandonar la carrera por la Casa Blanca.
Un portavoz de Trump, Jason Miller, negó en un comunicado cualquier síntoma de frustración dentro de la campaña del magnate.
"Nuestra campaña acaba de finalizar nuestro mes más fuerte en recaudación de fondos hasta la fecha, y estamos añadiendo a empleados con experiencia y talento diariamente", destacó Miller.
Su enfrentamiento con la familia Khan, musulmanes emigrados a EEUU desde Pakistán y cuyo hijo falleció en la guerra de Irak, ha sido el más sonado, pero Trump ha dado otras muestras en las últimas 24 horas de su comportamiento impredecible e inédito en una contienda electoral.
En una entrevista con The Washington Post publicada ayer, Trump rechazó apoyar a dos pesos pesados de su partido críticos con él y que se enfrentan a primarias en sus respectivos estados este mes: el presidente de la Cámara Baja, Paul Ryan, y el prestigioso senador John McCain.
También ayer, Trump expulsó de uno de sus mítines en Ashburn (Virginia) a un bebé que lloraba y a su madre, que trataba de calmar al pequeño.
Mientras, la consejera delegada de Hewlett Packard (HP), Meg Whitman, una destacada donante conservadora, y el legislador republicano por Nueva York Richard Hanna se han sumado a la lista de desencantados con el magnate y anunciaron que apoyarán en noviembre a la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton. EFE