Los dominicanos son los que en más alta proporción, 60 por ciento, se definen como de derecha entre 28 países americanos incluidos en la encuesta de cultura política Barómetro de las Américas, publicada esta semana, donde el país encabeza también en las políticas clientelistas, y con alta corrupción y baja confianza en las instituciones públicas.
Se ratifica la inseguridad ciudadana como la mayor preocupación nacional, baja apreciación de la policía, la justicia y los partidos políticos, aunque alta al presidente de la República y a la eficiencia gubernamental a pesar de una pobre percepción de la situación económica.
Derechistas conservadores
Los dominicanos son los que más se definen como afines a las posiciones de derecha entre 28 países incluidos en la encuesta Barómetro de las Américas presentada esta semana, que incluyó más de 50 mil entrevistados. El 60 por ciento de los 1,520 dominicanos encuestados se define como de ideología derechista, seguidos por los paraguayos y los hondureños, 59 y 58 por ciento. Los más inclinados a la izquierda son los haitianos, beliceños, bolivianos y chilenos, con tasas oscilantes del 33 al 42 por ciento.
No es la primera vez que los dominicanos registran alta proporción de derecha, pues en el Barómetro del 2006 habían sido 69 por ciento, pero se fueron reduciendo hasta 55 por ciento en el 2012. Un 54 por ciento simpatiza con algún partido, 41 por ciento con el de la Liberación Dominicana, que junto al Reformista Social Cristiano encabeza la posición derechista, ambos con 69 por ciento. Es significativo que los dominicanos sin identificación partidista, tienen menor inclinación a la derecha, el 51.5 por ciento.
El género, la riqueza y la residencia no determinan la posición ideológica, según el Barómetro. En cambio los de mayor nivel educativo, los jóvenes y las personas "con tono de piel más clara" se inclinan más a la izquierda. Expresión de conservadurismo sería que el 35 por ciento cree que los homosexuales no deben postularse a cargos públicos, que apenas 22 por ciento acepta el matrimonio entre personas del mismo sexo y sólo 31 por ciento el aborto en casos de violación o incesto; 59 por ciento si peligra la vida de la madre.
Esta investigación ratifica la confusión racial de la mayoría de los dominicanos, ya que el 58 por ciento se cree indio o mestizo, que es la mezcla de blanco e indígena, mientras sólo el 12 por ciento se define como mulato, fusión de de negro y blanco; el 16 por ciento se considera negro y 14 por ciento blanco. El 52 por ciento considera dominicanos a los descendientes de haitianos nacidos en el país, pero 2.4 menor que en el 2012.
Liderazgo en clientelismo
El otro renglón de la encuesta de cultura política en que los dominicanos son líderes es en el clientelismo, tanto en ofertas como en recepción de ayuda y transferencias económicas gubernamentales. El 37 por ciento dice haber recibido alguna oferta, en Belice el 32 por ciento y en México y Honduras el 26 por ciento. En Chile y Costa Rica apenas el 4 por ciento. El 29 por ciento de los dominicanos dijo haber recibido alguna ayuda y el 38 por ciento transferencias económicas. Les siguen los colombianos, con 23 y 30 por ciento.
Los brasileños y mexicanos reciben transferencias en menor proporción, 25 y 23 por ciento, pero los montos son significativamente mayores, hasta tres y cuatro veces más que el promedio de mil pesos que según estimados reciben las familias dominicanas incorporadas a los llamados programas sociales, lo que sería indicativo del alto nivel clientelista que prevalece en el país. A eso se puede relacionar la alta proporción, del 61 por ciento, que considera que el gobierno combate la pobreza.
Los dominicanos aparecen en quinto lugar del continente en porcentaje de los que se quieren ir a vivir o trabajar en otro país, con 29 por ciento. El 50 por ciento expresa apoyo al sistema político, situándose en la media y registran un 73 por ciento de apoyo a la democracia, el noveno más alto, lo mismo que en confianza en las elecciones, pero en este renglón sólo 43 por ciento.
Las mayores preocupaciones
En percepción de inseguridad los dominicanos ocupan el tercer lugar en el continente, detrás de Perú y Venezuela, en proporción de 56 por ciento, pasa al segundo lugar con 47 por ciento, en inseguridad del vecindario. El 39 por ciento señalan la inseguridad ciudadana como el problema más grave. Sólo 36 por ciento manifiesta confianza en la policía, la tercera proporción más baja, después de los nativos de Venezuela y Guyana.
El 36 por cieno de los dominicanos dijo haber sido víctima de la delincuencia en los hogares, el séptimo peor de los 28 evaluados, pero en el renglón de robos en el vecindario, RD ocupa el segundo lugar con tasa del 72 por ciento, y en venta de drogas en el vecindario, tercer lugar continental, con 56 por ciento.
El Barómetro de las Américas coincide con las encuestas nacionales en registrar una altísima tasa de percepción de corrupción en el país, del 76 por ciento, dos puntos menos que en la anterior encuesta, del 2012. El 53 por ciento la estima muy generalizada, y otro 29 por ciento algo generalizada, para totalizar 82 por ciento. El 23 por ciento manifiesta haber sido víctima de reclamos de soborno, el 16 por ciento por parte de la policía, muy superior al promedio continental del 10 por ciento. Una expresión de la cultura política dominicana es que el 22 por ciento justifica los sobornos.
Confianza en instituciones
El análisis de los resultados dominicanos de este estudio, realizado por la socióloga Rosario Espinal, junto a Jana Morgan y Elizabeth Zechmeister, llama la atención sobre los niveles de deterioro de la confianza en las instituciones básicas del Estado, con la excepción de la presidencia, con 78 por ciento evaluando positivamente el desempeño del presidente Danilo Medina. El aprecio de la eficacia del gobierno, que entre el 2010 y el 12 había caído 9 puntos, del 48 al 39 por ciento, se recuperó significativamente al 53 por ciento. Contrasta con la apreciación del resto de las instituciones estatales; aunque las Fuerzas Armadas alcanzan aprobación del 55 por ciento, el Congreso Nacional queda en 43, la municipalidad 42 por ciento, el sistema de justicia 39, la policía 36, y los partidos políticos apenas 29 por ciento.
Se manifiesta el agravante de que la confianza en esas instituciones viene en niveles descendientes en las cuatro encuestas a partir del 2008. Quienes mantienen alta confianza de la población son las instituciones sociales, desde las empresariales, con 50 por ciento, las iglesias evangélicas con 59, las juntas de vecinos 60 y la iglesia católica 63 por ciento.
Los resultados “muestran claramente que la delincuencia y la corrupción socavan la legitimidad de las instituciones democráticas, como la confianza en el sistema de justicia y el estado de derecho. En general, el crimen y la corrupción continúan creciendo, plantean un reto para el sistema dominicano por el debilitamiento del cumplimiento de la ley, y erosionan la legitimidad de las instituciones encargadas de garantizar la seguridad pública, la transparencia del gobierno y el trato justo bajo la ley”, plantea el análisis.
Contrastes persistentes
El agudo presidencialismo, registrado en la serie de encuestas Demos sobre Cultura Política desde 1994 al 2004 y en otras investigaciones sigue presente en la sociedad dominicana, lo que explica en parte la elevada aprobación del presidente, pese a la insatisfacción con los servicios básicos, la seguridad, la corrupción y el funcionamiento de instituciones del Estado, en cuyo rumbo interviene el primer mandatario.
Como en las encuestas nacionales, en este estudio pareciera que lo económico no es tan determinante de las opiniones políticas, pues apenas el 36 por ciento percibe bien la situación económica del hogar, el tercero peor del continente, sólo por encima de Honduras y Haití. El 45 por ciento cree que la situación económica nacional está peor al año anterior, 39 por ciento la siente igual y sólo 16 por ciento la aprecia mejor. A pesare de una caída de 6 puntos en la percepción de bienestar económico en relación al 2012, pasando de 41 a 35 por ciento, subió el aprecio por la eficacia gubernamental.
Otra persistencia es el alto porcentaje, 54 por ciento, que simpatiza por algún partido, y hasta el 50 por ciento de apoyo al sistema político, de los más altos del continente, cuando la confianza en los partidos registra apenas 30 por ciento.
El balance del estudio es de debilitamiento de la institucionalidad democrática y de la satisfacción ciudadana, quedando en pie la presidencia, sea por los méritos del presidente Danilo Medina, por el contraste con la gestión anterior, por el enorme gasto publicitario y amplio dominio sobre la comunicación, por el presidencialismo cultural, o por una combinación de todos esos y otros factores. Y de nuevo el país queda a la cola en muchos renglones de evaluación internacional.-