REDACCIÓN.-El jefe del Consejo Electoral Provisional de Haití dice que es imposible organizar una segunda vuelta presidencial en el tiempo para el país para cumplir con una fecha límite impuesta constitucionalmente-07 de febrero para el traspaso de poder de un presidente elegido a otro, recoge una información del Miami Herald este martes 5 de enero.

Pierre-Louis Opont hizo la revelación el lunes en una carta al presidente Michel Martelly, quien había dicho que el 17 de enero es la fecha última de una segunda ronda que podría celebrarse a tiempo para cumplir con el plazo constitucional, escribe Jacqueline Charles, autora del artículo.

La carta fue dada a conocer horas después de que una comisión de evaluación electoral de cinco miembros emitiera un informe condenatorio que desacredita al consejo y que plantea interrogantes sobre la integridad de la primera ronda de las muy criticadas elecciones presidenciales y legislativas del 25 de octubre.

“Doce días de preparación no serán suficientes para completar el proceso antes de las elecciones”, escribió Opont, al tiempo que observaba que el consejo, conocido como el CEP, aún no había recibido el informe de la “Comisión de Evaluación Electoral Independiente formada por el ejecutivo”.

El cambio de opinión de Opont sobre las elecciones, dice Charles, se produjo cuatro días después de que él informara a Martelly que el CEP estaba listo para celebrar la segunda vuelta presidencial el 17 de enero. La noticia impulsó a Martelly a anunciar durante la conmemoración del Día de la Independencia Haití el1 de enero en la ciudad de Gonaïves que en los próximos días, se publicaría “un decreto invitando al pueblo a votar el domingo 17 de enero de 2016”.

El lunes, su sucesor nombrado a dedo, Jovenel Moïse continuó esbozando sus áreas de prioridad para el país en caso de ser elegido, si bien señaló que “estamos dispuestos a sentarnos y hablar” con el candidato de la oposición, Jude Célestin, a quien se supone que enfrentará en la segunda vuelta presidencial.

Pero en lugar de preparar a sus 5,8 millones de electores para una segunda vuelta, el lunes Haití parecía estar acercándose a un gobierno de transición mientras la crisis política continuaba desarrollándose. Según algunas fuentes, esa realidad ha provocado una visita del embajador de Estados Unidos, Thomas Shannon, consejero del secretario de Estado John Kerry. Shannon tendrá la tarea de no sólo de tratar de salvar un proceso electoral que está opacado por la duda y las protestas en marcha, sino también a la instauración de la 50ava Legislatura.

“La cobardía de los miembros de la comisión hace imposible en tales condiciones continuar con el proceso electoral”, refiere Charles

Semanas después de que los resultados legislativos finales fueron anunciados por el CEP, Martelly aún tiene que publicarlos en el Boletín Oficial. Mientras tanto, el presidente del Senado ha advertido que la ley prohíbe la incorporación de los legisladores recién elegidos hasta que se complete todo el proceso electoral. Como se recuerda, el Parlamento de Haití se disolvió en enero 2015 en medio de una crisis política y dilatadas elecciones parlamentarias, lo que ha obligó a Martelly a gobernar por decreto.

Sin un presidente recién elegido en el horizonte y con solo 35 días para que termine el mandato presidencial de cinco años de Martelly, aumentan las especulaciones en Haití sobre el destino de la presidencia. La pregunta, comenta la autora, es si al primer ministro Evans Paul se le permitirá quedarse tras la partida de Martelly para que organice elecciones en un plazo de tres meses, o si Martelly se mantendrá en el cargo hasta el 14 de mayo (la fecha real en que asumió el puesto), a pesar de que la Constitución enmendada no autoriza una extensión de su mandato.

Programadas para el 27 de diciembre, la segunda ronda de las elecciones presidenciales y legislativas, así como las elecciones locales fueron pospuestas por el CEP hasta nuevo aviso. La decisión fue anunciada pocos días antes de la votación, en medio de la crisis electoral en curso provocada por la falta de confianza en las elecciones y en el CEP. El aplazamiento de la segunda vuelta incitó a EE.UU. y las Naciones Unidas a instar a los haitianos a resolver sus diferencias con el fin de inaugurar a un nuevo presidente el 7 de febrero.

Los resultados oficiales dan al candidato respaldado por el Gobierno, Moïse, 32.8 % de los votos en comparación con Célestin, el exjefe de la agencia de construcción del Estado, con un 25 %. Célestin y la oposición se han negado a reconocer los resultados, alegando fraude masivo en favor de Moïse. Y Moïse, por su parte, ha refutado las acusaciones, diciendo que él sabe que “500,000 personas votaron” por él.

También rechazó la posición de Opont sobre el destino de la segunda vuelta, diciendo que prefiere esperar a la respuesta del Ejecutivo, puesto que hay otros dos domingos en enero antes de que Martelly deje el cargo.

Como agregando más a los problemas del país, una alianza de ocho candidatos presidenciales de la oposición, en respuesta al informe de la comisión sobre las elecciones, el lunes reiteró su llamamiento para la creación de un gobierno provisional para completar el proceso electoral y la renuncia del CEP.

Aunque la alianza, conocida como el G-8, se había negado a reunirse con la comisión y continuó criticando su composición, señaló que las conclusiones del informe reforzaron los reclamos de la oposición de que el voto estuvo teñido por el fraude electoral y el “pucherazo”.

El informe, entre otras cosas, ha pedido una verificación más profunda de la votación para establecer si hubo un “fraude masivo”, y recomienda cambios radicales en la maquinaria electoral, incluyendo el número de miembros del CEP, antes de una segunda ronda.

Algunos miembros encontraron que la votación se vio empañada por irregularidades graves y una alta presunción de fraude. Por ejemplo, el 57 % de la documentación auditada carecían de la firma o huella digital de los votantes, mientras que sólo el 8 % estaba libre de irregularidades

El informe tampoco llega a decir quién se benefició de las irregularidades y del fraude, lo que provocó que la alianza opositora acusara a la comisión de tener miedo de su propia investigación.

“La comisión no puede identificar quiénes son los candidatos que han calificado para la segunda ronda, ni indicar los resultados obtenidos por cada candidato implicado en la carrera”, escribió Samuel Madistin, un abogado y excandidato presidencial, en nombre del G -8.

“La cobardía de los miembros de la comisión hace imposible en tales condiciones continuar con el proceso electoral”, refiere Charles en su artículo.