Buenos Aires, 3 may (EFE/Mar Marín).- El expresidente José "Pepe" Mujica se convirtió hoy en la estrella de la Feria del libro de Buenos Aires con la presentación de "Una oveja negra al poder", un retrato del dirigente uruguayo que admitió que, en algún sentido es, efectivamente, una "oveja negra" por su carácter libertario.
Más de 1.200 personas supieron disculpar la hora de retraso con que Mujica llegó a su cita en la Feria y le recibieron con una gran ovación al grito de "oé, oé, Pepe".
A partir de ahí, el ex presidente condujo la charla como si estuviera dirigiéndose a viejos conocidos, explicando su filosofía de la vida y de la política y las razones por las que los autores del libro, los periodistas uruguayos Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz, titularon "Una oveja negra al poder".
"Puede haber algo de oveja negra, en el sentido de que soy un libertario crónico" y "hace tiempo que decidí no vivir como pienso para seguir pensando como vivo", reveló Mujica.
"No soy otra cosa que un francotirador", agregó, antes de lanzar un alegato en contra de la corrupción, "que tiende a florecer en tiempos consumistas" y en defensa de la política y de la austeridad frente al "despilfarro".
Confesó que en su juventud fue consumista como el que más -"hasta corbata" llevó, dijo-, pero su historia personal le fue marcando y los años de cárcel, tras su condena por su pertenencia a la guerrilla tupamara, fueron decisivos para moldear su personalidad.
Hoy, asegura que la mayor riqueza es el tiempo y no concibe la libertad ni la felicidad como una carrera para cancelar "plazos" a cambio de acaparar objetos.
"No puedes ser feliz si enajenas tu libertad y la empeñas para tener una vida pagando cuotas", sostuvo Mujica, que reconoció que razonamientos de este tipo son los que puede llevar a pensar que es una "oveja negra".
No obstante, no está contra el mercado, sino en defensa de la política, pero no entendida como un medio para medrar o "conseguir plata".
"Lo peligroso es que se pierda la confianza del pueblo", advirtió, y "la peor patología de nuestro tiempo es la tendencia masificada a no creer en la política y ese mal nos aqueja a todos", lamentó, porque "dejar por el suelo la política es perder la herramienta que nos puede ayudar colectivamente a andar".
A su juicio, "existe una fenomenal crisis política en el mundo" actual y un terrible "despilfarro" que requieren que la humanidad tome medidas de "carácter planetario".
"¿Quién se va a hacer cargo de estos problemas, la empresa, el mercado?. Esa es la función de la política, y si la política no da respuesta, no hay respuesta. No le pidamos al mercado lo que el mercado no puede hacer", sostuvo.
De su experiencia en la Presidencia uruguaya (2010-2015) recuerda como la decisión más dolorosa "echar a un amigo de toda la vida" por motivos que no reveló.
Mujica, que según aparece reflejado en el libro tuvo palabras muy duras para la presidenta argentina, Cristina Fernández, en momentos de tensión en las relaciones bilaterales, quiso hoy expresarle su "íntimo respeto".
Lamentó el "machismo" escondido en la sociedad y denunció que "es como si no pudiéramos aceptar que las mujeres gobiernen o manden".
Después entró en algunos detalles: "A Cristina Fernández la he visto enojada como una araña mala, como ofendida, como dolorida", dijo.
"Después naturalmente siempre ha defendido los intereses que considera que pertenecen a la nación argentina. A mi juicio tal vez a veces acertadamente y otras veces equivocadamente", agregó.
Pese a que el suyo no es el perfil tradicional de un presidente, Mujica afirma que no le tuvo "miedo" a la Presidencia.
"No le tengan miedo a la Presidencia, no es tan difícil. No hay que confundir la gestión empresarial con la gestión de un país", apuntó el exguerrillero tupamaro, convencido de que "el arte de gobernar es el arte de elegir a la gente que sirve".
Tras dejar la Presidencia, al ahora senador Mujica le preocupa "cómo poder contribuir a la formación política de las nuevas generaciones".
De momento, sigue en el Senado uruguayo, aunque confiesa que "se me está haciendo insoportable". EFE