Nunca conoció el miedo, pero sí la valentía, la determinación,  la autonomía,  la dignidad y el deseo  de progreso y bienestar para su familia y su pueblo. 

De nivel de escolaridad limitada, igual que las niñas de su tiempo dado que la impronta del trabajo doméstico y las subsecuentes responsabilidades le restringían el acceso a la educación, sin embargo esto nunca se permitió que esto afectara y afligiera su  carácter afable, pero fuerte y una personalidad  que los años por venir revelarían. 

De porte elegante y hermosa cabellera  era una de las mujeres más lindas que  Las Yayas de entonces haya conocido. Las Yayas Distrito Municipal  de una remota  aldea de  nuestra región  Sur, hoy municipio de Azua de Compostela. 

Nació   el 15 de abril en la  primavera de  1929. Hija de Porfirio Aristy Méndez  prestigioso hacendado  y cuasi cacique sureño y Brunilda Castillo, joven humilde y trabajadora. Casó en 1946 con Manuel Germán Espinosa, destacado hacendado de Padre Las Casas, primer Síndico y primer vicepresidente de la Cámara de Diputados del Gobierno Constitucional del profesor Juan Bosch en 1963.

Amaury Germán Aristy

Cuentan que cuando nació Amaury su primer vástago, nacido también en primavera pero de 1947, era tan hermoso, que su abuela Negra lo envolvió en una frazada y se fue a mostrarlo al pueblo.

Tenía tres hijas y tres hijos, Amaury, Marisela, Ferdinand, Eva, Hipólita y Julián, familia que terminó  de levantar convirtiendo su casa en una pensión, vendiendo comida a domicilio, dulces y helados. 

Ella no conocía de teorías, ni  de  políticas ni tácticas guerrilleras, pero sabía  del alma y los sentimientos de Amaury  y su justeza, por eso, a contrapelo de sus deseos más íntimos, siempre lo apoyó. 

Su hogar fue un espacio abierto para todos incluyendo a mis amigas con quienes compartía como una más y me decía  que se sentía feliz de que yo las invitara porque su casa era mi casa. Íntima amiga de mi madre Marina y mi padre Benjamín. Madre-abuela de Amarilys por quien sentía devoción  y un aliciente de vida. Abuela de Paola, Alejandra y mis nietos, entrañable de Chino, Emna,  Carmen Rita ; Anulfo y Carmen Mazara… y qué decir de mí? Hija, amiga, cómplice, consejera, Madre… 

 En el  tiempo de los sueños 1962-1964

Expresa Doña Manuela: “En la casa  yo veía que iban muchos muchachos pero yo creía que eran de la escuela, se trancaban en su habitación. Muchos llegaron a creer que yo no era la mamá de él, porque yo era joven. Ahí yo conocí al Chino Bujosa, a Moisés Blanco a  Orlando Mazara, Amín Abel, a Emma Tavares; a todos esos muchachos.” 

“En la revolución de Abril yo vivía en la calle Manuel  Tejada Florentino, cerca de radio Santo Domingo. Después que habló Peña Gómez, Amaury se puso su pantalón de kaki y salió. En mi casa era que se le hacia la cena a la gente del comando que estaba detrás de mí. Con Aniana Vargas era que yo sabía de él y aun así bajaba todos los días  a la zona constitucionalista donde  unas hermanas que vivían  en la Duarte No.13, para intentar verlo, saber de él”.

El 19 de mayo de 1965

Nunca había visto tantos hombres y mujeres llorar. Un torrente de lágrimas rodaba por las trincheras, las postas, los rincones de los y las combatientes con sus uniformes verde olivo  y sus armas en ristre y, en los hogares de la zona constitucionalista.  Habían caído vilmente asesinados por la tropa  yanqui invasora  dos símbolos de la revolución: el coronel Rafael Fernández Domínguez y Juan Miguel Román y un importante número de dirigentes  político-militares. 

Conocí a Doña Manuela al día siguiente  de ese dolor indescriptible, cuando fui a visitar a Amaury a la clínica del Dr. Franco en la calle Emilio Prud  Homme. Tenía una mirada limpia, serena, con cierto dejo de tristeza y preocupación. Me sorprendí cuando Amaury me dijo que era su madre. Era tan joven que creí que era una hermana mayor o una tía.

Entonces Balaguer y sus largos y fatídicos 12 años.  Hacia Cuba en 1967

La larga noche de angustias, torturas, exilios, desapariciones, crímenes y desvelos, tenía también una resistencia heroica memorable, firmeza e integridad. Al respecto nos dice doña Manuela: “Balaguer para mí  fue lo peor que pudo existir para este país y para esta juventud”

Cuando se enteró que Amaury iba para Cuba me dijo: “Después que yo hablé con Amaury en San Antón (barrio de Santo Domingo, donde vivían) y me dijo que se iba a Cuba y  él me explicó por qué  lo hacía, el compromiso que él tenía conmigo,  con él mismo y  con su pueblo; yo le di mi bendición”. Tuve un año sin saber de él, pero mi corazón de madre me decía que estaba bien, que lo volvería a ver”

Huelga de hambre en 1968 

Amaury fue apresado  por segunda vez, al poco tiempo de regresar de Cuba. Los presos políticos de entonces ubicados en la cárcel de La Victoria,  iniciaron una huelga de hambre en demanda del cese de la represión en la misma y exigiendo su libertad. Paralelamente a ellos, los familiares iniciaron la suya apoyando sus demandas. Fue una larga y exitosa huelga que duró  41  días y doña Manuela fue una activa participante en la misma. Al día siguiente de su puesta en libertad, Amaury convocó a su última rueda de prensa en su casa de la calle Salomé Ureña No. 7. 

“Tuve que ir a una huelga de hambre en la Cruz Roja y él en La Victoria. Apenas pude estar con mi hijo, porque cuando terminó la rueda de prensa él se fue de mi casa, pasó a la clandestinidad.” 

INVI  en 1970

El 15 de julio de 1970, Amaury y yo estábamos en casa de mi hermano Benjamín Bujosa. Eran cerca de las 10 de la noche y fuimos cercados por tropas de la  Policía Nacional. Desde la clandestinidad le hice saber a doña Manuela  lo ocurrido y por nueva vez demostró la serenidad, valentía y firmeza que le caracterizaba. 

Nos dice Doña Manuela: “Fuimos  al día siguiente el 16 de julio de 1970 a la casita  del INVI donde los cercaron a ustedes, con  dona Marina, la mamá de Sagrada y saqué unos documentos que tú me dijiste  eran muy importantes y posiblemente la Policía no los hubiera encontrado. De pronto se apareció  la Policía a buscarnos presas y quería meternos en una perrera*  y les dije: nosotras no nos subimos a esa perrera y tuvieron que aceptar que nos fuéramos en otro vehículo. Total cuando llegamos al palacio de la Policía, no nos preguntaron nada. Mi único temor era que me encontraran el documento”

1971

Continúa  Doña Manuela: “Después del INVI yo no tuve ni un momento de paz, mi casa la allanaban casi todas las semanas, eso sí que los insultábamos, le tirábamos las gavetas encima. Yo no dormía, se me iba el sueño, esperando como malas noticias, la gente  me decía que no oyera tantas noticias  y cada vez que decían que en la morgue del hospital Padre Billini  había  muertos, yo cogía para allá. Yo tenía una pensión y vivían algunos estudiantes.  No puedo quejarme de los muchachos que a pesar de los allanamientos no se mudaban. También Peña Gómez siempre pasaba por allá.”

“Un día del mes de noviembre cuando vi las fotos de los muchachos por la televisión que la pasaban cada diez o quince minutos y decían que  eran prófugos de la justicia,  ya tú sabes, me fajaba a dar gritos y a decir cosas, ¡ay padre! Alguien me dijo que habían unos afiches de los muchachos en El Conde, salí un día de madrugaita y quité como ocho delante de los policías, ¡ay Dios mío, es verdad que uno era loco! y comencé a arrancar, las que estaban  en la Cafetera* y los estrujaba y los echaba así en el piso” 

´´Cuando empezaron a arreciar los allanamientos en las calles y casa por casa, yo le dije a Sagrada que pasara lo que pasara ella tenía que avisármelo, que si no lo hacía me tendría como enemiga para toda la vida. La noche del 11 de enero de 1972, ella me llamó cerca de las 12 de la noche y  me pasó a buscar con Carmen Rita.  Decidimos dar algunos pasos para evitar la masacre, entre ellos avisar a la prensa. Fuimos donde Silvio Herasme Peña  y donde Radhamés Gómez Pepín, nos dieron las cinco de la mañana visitando a radio Mil  y ahí nos enteramos que habían matado a Chuta y Ulises. En la mañana fuimos a la UASD a ver al Dr. Rafael Kasse Acta que era el rector,  fuimos donde  Lalane José y después cogimos para la Nunciatura. Ya el resto ustedes lo saben”.

“Los jóvenes también se mueren, porque ¿quién le hubiera dicho a uno que yo lo iba a enterrar a él? Sin embargo mira todo lo que he vivido después de ese proceso.  Amaury fue  parte de mi vida. Yo no pensé que a esta altura del juego yo  iba a estar viva, porque no quería ni la vida”.

“ Él siempre me decía que el mejor tributo que nosotros le podíamos rendir… que yo le podía rendir a él era seguir su ejemplo, hasta ahora yo creo que he hecho lo que he podido, de acuerdo a lo que yo sé y mi capacidad, que no es tan que digamos, pero yo creo que hasta ahora yo no lo he defraudado. Creo que el dolor da fuerza  y que el mismo espíritu de Amaury me ha dado a mí la fortaleza y como el desenvolvimiento que he tenido, porque donde quiera que voy me toca la suerte de que algo tengo que decir”

Doña Manuela, tía  Quisqueya y Doña Rosa  fueron y siguen siendo  nuestras tres Madres Coraje como cientos de madres que desde la independencia de la Republica, las invasiones norteamericanas, los gobiernos dictatoriales, destacando a Trujillo y Balaguer, constituyen  nuestro bastión de dignidad y resistencia, de valentía y honor. 

Doña Manuela, solidaria, locuaz, afable, de una inteligencia emocional inigualable, de una claridad política y amplia visión de la vida acorde con los cambios de los tiempos, es un ser único, irrepetible, inigualable. 

Hasta siempre Doña Manuela !

Sagrada Bujosa Mieses

30 junio 2021

 

*Palabras de despedida en la funeraria

*El texto entre comillas corresponde a una entrevista que realicé a Doña Manuela  en 1918.

*Como el pueblo le llamaba a una guagua de la Policía Nacional que transportaba a presos y detenidos. 

*Cafetería de la calle El Conde