LIMA, Perú.-Los peruanos más necesitados, aquellos que representan el 32% de la población que aún vive en la pobreza, dieron hoy un duro golpe a su clase política al decidir que la presidencia del país sea disputada en una segunda vuelta por el nacionalista Ollanta Humala y la populista Keiko Fujimori.
El escenario terrible de un enfrentamiento entre el cáncer terminal y el Sida del que habló el año pasado el escritor Mario Vargas Llosa se hizo realidad en unos comicios que, paradójicamente, se celebraron con toda tranquilidad.
Terrible para una gran cantidad de peruanos inmersos en un sistema económico neoliberal que ha convertido a su país en una de las estrellas del crecimiento latinoamericano, con un promedio de 6,5% anual, pero también ha mostrado claramente las fisuras y exclusiones de un desarrollo que no alcanza a muchos.
Y es que a pesar de sus grandes campañas proselitistas, que incluyeron a casi todo el aparato mediático del país, los candidatos defensores del "sistema", como el ex presidente Alejandro Toledo, el ex ministro Pedro Pablo Kuczynski y el ex alcalde Luis Castañeda se dieron hoy de narices contra la realidad de un país inconforme.
A todas luces, y a pesar de los augurios casi apocalípticos de los políticos conservadores y el rechazo ríspido de los ciudadanos que temen perder los avances económicos, los millones de postergados (denominado con las frías siglas como "sectores C, D y E") decidieron que la elección sea ganada por el "antisistema" Humala.
De nada valieron las advertencias que señalan que Humala piensa destruir el sistema económico, romper los contratos con las empresas extranjeras y nacionalizar todo lo nacionalizable si finalmente esos peruanos marginados no gozan de los beneficios de un Perú que brilla a nivel internacional.
Un escenario impensado hasta hace poco llevará a Humala a enfrentarse a Keiko Fujimori, una congresista con gran arraigo popular apuntalado, sobre todo, por el fervor que genera en algunos sectores de la sociedad las políticas asistencialistas de su padre, el ex presidente preso Alberto Fujimori.
Para los seguidores de Keiko, o de Alberto, que para el caso es lo mismo, importa más que el ex presidente "pacificó" al país y mejoró la infraestructura del pueblo más remoto, que el golpe de Estado de 1992 o las acusaciones de violaciones a los derechos humanos que lo llevaron a prisión o la gigantesca red de corrupción de su Gobierno.
Ahora, con la casi confirmación de su enfrentamiento en la segunda vuelta del 5 de junio, se intuye un escenario "muy tenso", según comentó a Efe el analista político Fernando Rospigliosi.
Para Rospigliosi, existe un nivel de rechazo a sus candidaturas muy fuerte, a pesar de lo cual Humala logró hacer "una primera vuelta muy buena" y Keiko mantuvo un inamovible 20% que la catapultó a puertas de la Presidencia.
"Veremos si Humala puede mantener esa campaña en segunda vuelta y, aunque Keiko no ha bajado ni subido, va a tener que hacer una campaña diferente para tratar de conseguir un nuevo rostro", acotó.
El también analista Santiago Pedraglio recordó que Humala ha repetido "e incluso mejorado" en estas elecciones los resultados de su votación de 2006 cuando llegó a la segunda vuelta con el actual presidente Alan García, quien lo venció por un estrecho margen.
"Creo que lo que no va a ser igual es la segunda vuelta, es diferente que Humala se enfrente ahora a Keiko Fujimori, que en 2006 a Alan García, creo que es una ventaja mayor la que tiene, son 8 puntos de diferencia, y no 5 como tuvo en ese momento", explicó.
Para Pedraglio, "el mensaje de la votación es que hay no menos de un tercio de los peruanos que quieren que se produzcan cambios, para también beneficiarse del crecimiento de la economía y de la democracia".
Humala y Keiko "tienen mayor resistencia, pero al mismo tiempo mayor apoyo de los sectores populares, porque es una votación socialmente muy parecida, baja en los sectores A y B y muy alta en los sectores C, D y E", remarcó.
Esto permite determinar, según el analista, que se trata de una votación "socialmente muy semejante".
Sergio Bendixen, otro experto en temas políticos, consideró que el resultado de los comicios llevaba a "una situación bastante irónica, de que el país en Latinoamérica con mayor crecimiento económico, de mayor progreso en muchos sentidos, ahora tiene que elegir entre la hija de un dictador y un candidato que representa a la extrema izquierda".
"En este momento es casi imposible decir qué va a pasar, mucho tendrá con ver con lo que decidan Kuczynski, Toledo y Castañeda, sobre a quién apoyan", dijo al intentar perfilar el futuro de unos comicios en los que, a pesar de sus pasivos y detractores, Humala y Keiko deberán buscar alianzas para alcanzar la jefatura del Estado. EFE
Humala y Fujimori moderan sus discursos al saberse rivales en segunda vuelta
LIMA.- El líder nacionalista Ollanta Humala y la ex legisladora Keiko Fujimori fueron hoy los candidatos más votados en las elecciones presidenciales peruanas, y tendrán que enfrentarse en una segunda vuelta el próximo 5 de junio.
En sus primeras declaraciones, ambos líderes multiplicaron las llamadas a la calma y moderación para tranquilizar a todos los que los ven como símbolos de un voto de protesta, como es el caso del premio Nobel Mario Vargas Llosa, quien en varias ocasiones ha dicho que optar entre ambos sería como elegir entre el cáncer o el sida.
Según el conteo de actas de la respetada asociación Transparencia (que coincide además con los realizados a boca de urna por tres encuestadoras), Ollanta Humala obtuvo en torno al 31,7% de los votos, seguido de Keiko Fujimori (23,3%), el economista Pedro Pablo Kuczyinski (18,3%) y el ex presidente Alejandro Toledo (15,9%).
La Oficina Nacional de Procesos Electorales (oficial) mostró a las 22.30 hora local (+5 gmt) su propio recuento del 44,3% de votos, en el que coincide Humala como ganador y Kuczyinski es el segundo más votado, pero especificó que estos resultados son, sobre todo, de Lima y faltan las provincias más alejadas, lo que probablemente significa que Keiko Fujimori terminará rebasando al economista.
Poco después de conocerse los primeros resultados oficiales que lo confirman como el candidato más votado, Humala habló con América Televisión, donde declaró: “Estamos dispuestos a hacer muchas concesiones por la unidad del Perú, a ampliar y hacer una gran mesa de gobierno con todas las fuerzas políticas, sociales y laborales que quieran trabajar con nosotros”.
Más tarde, un exultante Humala compareció ante varios cientos de seguidores junto a la sede central de su partido, y les repitió que “Perú quiere un cambio sin sobresaltos, que haga la gran redistribución de la riqueza (y muestre) que el desarrollo económico no es sólo para unos pocos”.
En referencia a quienes le acusan de “antisistema”, Ollanta Humala repitió que la propuesta nacionalista “es generar paz social en el país”, aunque sin olvidar su compromiso con la gente más humilde y desamparada, que necesita justicia”.
El mensaje del líder nacionalista fue conciliador, ya que incidió ante sus seguidores en la necesidad de “trabajar por el consenso y la unidad en el país (para) que estas elecciones no nos dividan sino que nos unan”.
Ollanta Humala ha encabezado una coalición de grupos nacionalistas y de izquierda llamada Gana Perú que se sitúa como la más votada en el parlamento según los sondeos a boca de urna (41 de 130 escaños), pero necesitará de alianzas con otras fuerzas para lograr una mayoría estable.
También Keiko Fujimori compareció optimista ante una lluvia de papel picado y ritmos de tecnocumbia que entonaban sus seguidores, a los que recordó que el país debe seguir progresando sin mirar al pasado, en alusión a la traumática memoria que despierta la época (1990-2000) en que gobernó su padre hoy preso por violaciones a los derechos humanos.
Keiko enfatizó que trabajará con respeto a la democracia, los derechos humanos y la libertad de prensa.
“Tengo un compromiso para que el Perú siga creciendo, recibiendo inversiones, pero también de lucha contra la pobreza, la desigualdad y la violencia”, manifestó, y recordó que el crecimiento debe llegar a todos los peruanos, también los que viven en las infraviviendas de los llamados asentamientos humanos, un mensaje muy parecido al expresado por Humala.
Fujimori dijo que el camino hacia la presidencia es aún largo, “faltan varias semanas”, apuntó, y pidió que se mantenga la “actitud de humildad, sin soberbia y sin triunfalismos”.
El gran perdedor de estas elecciones fue el ex presidente Alejandro Toledo (2001-2006), que partía como favorito hace dos meses y ha descendido de un 30% de apoyos en su mejor momento hasta el 15% que efectivamente cosechó hoy.
“Perú hoy día ha expresado su enojo -explícito en las urnas, mudo en su palabra-, sobre un descontento de tener un crecimiento económico sin distribuir los beneficios”, declaró Toledo a los periodistas en la primera comparecencia, en la que reconoció su derrota.
Explicó, en ese sentido, que su país ha tenido diez años de crecimiento económico que no ha llegado a los más pobres, que ahora “han encontrado un candidato que canaliza esa protesta”, en referencia al nacionalista Ollanta Humala, que ganó las elecciones.
Su jefe de campaña, Carlos Bruce, fue más lejos, y dijo que la segunda vuelta entre Humala y Fujimori “pone al país en una situación muy difícil”.
Y es que ambos candidatos generan un gran rechazo entre enormes bolsas de votantes, en el caso de Humala por su pasado militar y de simpatías chavistas, y en el de Keiko Fujimori por la absoluta identificación que siempre ha tenido con el régimen de su padre, Alberto Fujimori, pese a sus atropellos a los derechos humanos y la multiplicación de actos de corrupción. EFE