SANTO DOMINGO, República Dominicana.-El dirigente revolucionario Narciso Isa Conde afirmó que quienes odian a los haitianos en República Dominicana se escudan en un falso patriotismo.

Asimismo, afirmó que el anti haitianismo ha sido perversamente fomentado durante casi dos siglos por la clase dominante gobernante.

Argumentó que esa clase dominante que ha gobernado República Dominicana, manipula la separación de Haití, inyectándola de hispanofilia y de pro-norteamericanismo.

Sostuvo que de esa manera se exculpa a las potencias coloniales blancas, soterrando el racismo y sus crueles expresiones.

“Es una especie de paraguas o disfraz de una ideología que tiene mucho de neonazi”, sostuvo el emblemático dirigente de la izquierda revolucionaria dominicana.

"..para intentar recuperar fuerza política explotando el anti-haitianismo histórico, después de saquear el patrimonio nacional y el erario con el consiguiente descrédito y de traficar a su antojo con la pobreza haitiana y sobreexplotar su fuerza de trabajo.."

Isa Conde expuso sus puntos de vista en un artículo publicado en el periódico El Nacional, este domingo 8 de diciembre. A continuación el artículo completo:

Racismo frente Haití

En nuestra República Dominicana el negro cruelmente discriminado no es el estadounidense, ni el jamaiquino, ni el martiniqueño, ni el brasileño, ni el venezolano…

No lo es el propio negro o mulato dominicano, que es capaz de discriminar incluso brutalmente a los negros de la vecindad.

Tampoco aquí el africano es objeto de gran escarnio.

Existe prejuicio racial, racismo atenuado, desprecio al negro o la negra desde los primacía de la cultura blanca; existe complejo de ser negro o negra, mulato, mulata…

Pero la negritud despreciada, maltratada, semi-esclavizada, estigmatizada, considerada “raza inferior”…es la haitiana y su descendencia dominicana.

“Si te portas mal, llamo al haitiano para que te coma”

Narciso Isa Conde“En accidente mueren dos hombres y un haitiano”. Las pestes “vienen de Haití”, aunque la hayan traído europeos o invasores gringos; igual las enfermedades raras, aunque se fabriquen en laboratorios estadounidenses.

El dominicano emigra para buscársela. El haitiano nos “invade” para “destruir” nuestra identidad, “enfermarnos”, “dañar nuestra raza”, “degradar nuestra cultura”…

Eso no es cosa de ahora, aunque ahora se haya retomado para potenciar el odio entre ambos pueblos y naciones, para desviar hacia ese fantasma -y no hacia recolonización neoliberal y el despojo imperialista- el sentimiento patriótico; para intentar recuperar fuerza política explotando el anti-haitianismo histórico, después de saquear el patrimonio nacional y el erario con el consiguiente descrédito y de traficar a su antojo con la pobreza haitiana y sobreexplotar su fuerza de trabajo indocumentada.

El anti haitianismo, perversamente fomentado durante casi dos siglos por la clase dominante gobernante, manipulando la separación de Haití, inyectándola de hispanofilia y de pro-norteamericanismo, exculpado las potencias coloniales blancas, soterrando el racismo y sus crueles expresiones concretas, es una especie de paraguas o disfraz de una ideología que tiene mucho de neonazi.

Es el escudo de un falso patriotismo que confunde tanto que empuja a una parte de la población dominicana a practicar el racismo inconscientemente.