SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA.- Ya a las 9:30 de la mañana el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto estaba repleto de delegados perredeístas que habían llegado de todas las provincias para participar en el acto en que sería proclamada oficialmente la candidatura de Hipólito Mejía, el hombre que los representará ante los electores en los comicios presidenciales de mayo del próximo año.
Desde la mesa principal, sentados uno al lado del otro, Miguel Vargas y Luis Abinader esperaban junto a otros altos dirigentes la llegada de Mejía, mientras escuchan la animación de un artista que es conocido como El Papá del Rapero (¿o El Rapero de Papá?), aunque canta al ritmo de mambo.
A las 10 y media, mientras el rapero canta el tema “Llegó Papá”, la llegada del candidato presidencial perredeísta al Palacio de los Deportes era transmitida por las pantallas grandes y, cinco minutos después, se produjo su aparición en tarima. Naturalmente, siguieron los extensos tres minutos de aplausos, saludos y abrazos antes de que Mejía levantara los puños y, tras oír reforzado su aplauso, se dispusiera a ocupar la silla que se le había reservado, justo entre Abinader, su compañero de boleta, y Vargas Maldonado, su reciente contendor en la convención del 6 de marzo.
En lo que llega la hora del inicio formal de la actividad, escuchan al artista Charlie Mosquea, que está ahora a cargo de animar a la multitud. Vargas se pasa la mayor parte del tiempo con la cara seria, pero tocando con los dedos sobre la mesa, a ritmo de salsa.
A las 11 de la mañana empezó formalmente la asamblea. Los primeros en intervenir fueron Milagros Ortiz Bosch y Orlando Jorge Mera.
Bosch destacó el trabajo que hizo la Comisión Organizadora de la Convención. Mientras, Miguel Vargas, quien hasta hace algunas semanas sostenía que era el verdadero ganador de los comicios internos, tomó un trago de agua, porque hacía mucho calor o quizás para digerir mejor la realidad. Milagros comenzó a leer los resultados finales de las votaciones internas del PRD, y de nuevo Vargas apura desu vaso de agua (Mejía había ganado con el 53.44% de los votos y Vargas había obtenido sólo el 46.56%). Justo en ese momento todos levantaron la mano derecha para aprobar a Hipólito Mejía como el candidato oficial del PRD.
Sin embargo, Vargas en su condición de presidente del PRD, llamó a los perredeístas a integrarse a la campaña de su contrincante y sonrió, aunque de manera muy discreta, al momento de proclamar oficialmente a Mejía como el candidato presidencial del PRD.
Vargas tomó a Mejía del brazo y lo alzó en señal de victoria antes de que se dieran un simbólico abrazo.
En el discurso de Mejía, la primera cita destacada en negrita hacía referencia justamente a la “unidad del partido”.
Después de referirse a temas como educación, economía, salud, corrupción, violencia y otros, terminó prendiendo el famoso “jacho”, que simboliza al partido blanco, que había estado apagado durante toda la actividad, justo detrás de la mesa principal.
A pesar de la importancia del acontecimiento para los perredeístas y de la gran multitud que se había dado cita, se percibía un aire de sobriedad, una virtud que no suele abundar en este tipo de actos masivos.
Las singulares manifestaciones de algarabía tradicionales en estos eventos fueron escasas. La mayor parte del tiempo imperaba una sobriedad que era casi desgaste o desgano o la madurez de la dirigencia media del PRD que integra la matrícula de los delegados.
Adentro, los perredeístas se limitaban a aplaudir con la entrada de los principales dirigentes del Partido o cuando algunos de ellos tenía alguna intervención. Sin muchos carteles, sin frases proselitistas vociferadas a coro, sin gritos apasionados, sólo con un calor inmenso que estropeaba sus vestimentas tan blanca.
Sin embargo, hubo momentos excepcionales en que dominaron las expresiones de emoción, como cuando fue recibida en el pódium la ex vicepresidenta de la República y miembra de la Comisión Organizadora de la Convención del PRD, Milagros Ortiz Bosch, quien disfrutó de una excelente acogida por parte del público. Los aplausos y vivas se escucharon también cada vez que se mencionaba el nombre del doctor José Francisco Peña Gómez, líder histórico del PRD, fallecido en 1998.
A las 12:30 había terminado todo. Los vendedores deambulaban por todas partes, adentro y afuera, algunos contribuyendo a que salir del Estadio Olímpico sea una tarea de titanes en medio de aquella multitud y, en algunos casos, dando muestras claras de su inconformidad con los perredeístas dizque porque no habían comprado casi nada, ni siquiera los atuendos promocionales alusivos a la candidatura de “Papá”, como se hace llamar Mejía en esta contienda.
Ante este comentario, cuyo autor fue un vendedor de cordones que les ofrecía a sus clientes “cuatro años más por sólo 10 pesitos”, uno de los delegados explicó que se debe a que los perredeístas están empezando su lucha por el poder y, en consecuencia, la mayoría está en “prángana”, todavía no se dispone de los recursos del Estado ni de los de generosos aportes que suelen aparecer en los momentos más intensos de la campaña. En esas circunstancias “es difícil que aparezca el billete pa’ la fría”.
El homenaje a Miolán
El momento más solemne fue el homenaje al recientemente fallecido don Ángel Miolán, uno de los líderes fundadores del PRD en La Habana, Cuba, en 1939, e integrante de la avanzada que llegó al país a raíz del ajusticiamiento del tirano Rafael Trujillo en 1961.
Los hijos de don Ágel, Nina y Macho Miolán, y varios de sus nietos y bisnietos recibieron el reconocimiento de parte de MiguelVargas, Milagros Ortíz Bosch e Hipólito Mejía.