REDACCIÓN.-El periodista francés Jean-Michel Caroit, de Le Monde, analiza cómo el movimiento de protesta social influyó en las elecciones de Guatemala celebradas el pasado domingo.

Resalta que el comediante Jimmy Morales (Frente de Convergencia Nacional, de derecha), un novato político, ganó la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Guatemala, el domingo 6 de septiembre, con el 26,5% de los votos, según los resultados preliminares que arrojó del 71% de los votos. En una segunda ronda deberá competir el 25 de octubre contra Manuel Baldizón (Líder, derecha) o la ex primera dama Sandra Torres, quien competía por el segundo lugar.

Muchos guatemaltecos, especialmente los jóvenes, cuestionaban el futuro de la “Primavera Guatemalteca” después de estas elecciones organizadas sin reformar el sistema político corrupto vigente durante tres décadas. El movimiento de protesta pacífica contra la corrupción lanzado en abril obtuvo una victoria sin precedentes en este país, largo tiempo paralizado por el miedo después de la guerra civil que dejó más de 200,000 muertos entre 1960 y 1996, la mayoría indígenas masacrados por el ejército.

“Voto estratégico”

Con la procuradora Thelma Aldana y el apoyo de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), un organismo creado por las Naciones Unidas, el 3 de septiembre, los jóvenes indignados lograron la renuncia y el encarcelamiento del Presidente, el general Otto Pérez Molina, acusado de corrupción en un gran escándalo de fraude aduanero. “Yo podría haber huido del país, pero decidí dar la cara”, dijo Pérez.

El ambiente no era de fiesta el domingo en las urnas, donde los votantes parecían menos numerosos que en consultas anteriores. “Yo voté por un candidato minoritario, porque si uno de los tres que encabezan las encuestas gana, nada va a cambiar”, expresó Anabella Orellana, de 48 años, a la salida de un colegio electoral en Colonia Alameda, uno de los barrios asolados por la violencia de las pandillas. En el exclusivo barrio Zona 10, Luis Alberto Gil, un joven vendedor de coches, justificó su voto a favor de Jimmy Morales, un humorista y ex estrella de la pequeña pantalla que se lanzó a la carrera presidencial hace sólo tres meses. “Este es un voto estratégico contra Baldizón y Sandra Torres, que representan el pasado”, justificó Gil.

El movimiento de protesta podría extenderse a través de los países vecinos de América Central que enfrentan problemas similares de corrupción, violencia, mala gobernabilidad y pobreza. “Estamos en contacto permanente con el movimiento de los ‘indignados’ en El Salvador y Honduras”, afirma Álvaro Montenegro, estudiante y periodista independiente de 27 años. “Estamos planeando un día común de protesta el 15 de septiembre, Día de la Independencia en América Central”, añadió el militante, que sueña con difundir masivamente el ensayo de Stéphane Hessel “Indignez-vous!” –“¡Indígnense!]

“Jimmy no tiene ningún programa, presentó un plan que tiene seis páginas con algunas ideas vagas acerca de la salud, la educación, el empleo y la ‘seguridad integral’”, expresaba inquieto un diplomático. Para atraer los votos de los jóvenes manifestantes, prometió “tolerancia cero contra la corrupción”.

Pero detrás de su candidatura se oculta la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala (AVEMILGUA), a la que pertenecen funcionarios de extrema derecha responsables de masacres durante la guerra civil. Según el sitio Internet Nómada, el coronel Edgar Ovalle Maldonado, miembro de la asociación, es el cerebro de su campaña.

Apodado el “Berlusconi del Petén”, centro del tráfico de drogas, armas y migrantes en la frontera con México, Manuel Baldizón parecer disponer de fondos inagotables. Su compañero de fórmula, el exgobernador del banco central, está acusado de lavado de dinero.

Después de que su partido Líder fue sancionado por el tribunal electoral por exceder el límite máximo de gastos autorizado, continuó su campaña a través de un tercero. Partidario de la restauración de la pena de muerte, se hizo cargo de un proyecto de ley del CACIF, la patronal local, que otorgaría exenciones fiscales de cincuenta años a inversores y reduciría el salario mínimo en 2,400 a 1,500 quetzales (de unos 280 a 174 euros).

Sandra Torres, por último, se dio a conocer durante la presidencia de su marido Álvaro Colom (2008-2012), cuando dirigía programas sociales teñidos de clientelismo. “La renuncia del Presidente y el vicepresidente han servido de válvula de escape, pero al nivel del Parlamanto nada se ha hecho”, lamenta Helen Mack, una figura emblemática de la lucha contra la impunidad. Las reformas de la ley electoral, los partidos políticos, la justicia y los contratos públicos están en las manos de los parlamentarios.

El movimiento ciudadano, sin un líder o portavoz, se ha dividido de cara a las elecciones. El viernes, frente al tribunal electoral, varios cientos de indígenas corearon: “En estas condiciones, no queremos elecciones”. “En primer lugar, debemos reunir una Asamblea Nacional Constituyente para reformar el sistema”, explicó Daniel Pascual, de la Asamblea Social y Popular.

Al día siguiente, los manifestantes vestidos de negro enterraron simbólicamente a las elecciones y los partidos corruptos durante una marcha en el centro de la capital. Otros activistas se manifestaron contrariamente en las redes sociales, y a favor de la votación para traer nueva sangre al Congreso y para avanzar en las reformas.

Fuente: http://www.lemonde.fr/ameriques/article/2015/09/07/l-indignation-bouscule-les-elections-au-guatemala_4747881_3222.html