MOSCU – Rusia ha decidido reabrir un puesto de espionaje electrónico en Cuba que cerró hace más de una década, mientras recupera un símbolo de su estatus de superpotencia mundial de antaño, dijeron el miércoles funcionarios rusos e informes de  prensa.

La información fue resaltada publicaciones de Rusia, Cuba y el periódico The New York Times, con un trabajo firmado por Adrew E. Kramer.

Indica que el presidente Vladimir V. Putin acordó con el líder de Cuba, Raúl Castro, durante una visita a este país la semana pasada volver a abrir el puesto. A cambio, Putin acordó condonar el 90 por ciento de la deuda de la era soviética de Cuba a Rusia, unos US$32 mil millones. La noticia del alivio de la deuda se conoció la semana pasada, pero el acuerdo para reabrir el puesto de escucha fue reportado por primera vez el miércoles por el diario ruso Kommersant.

Los miembros del Parlamento de Rusia confirmaron el informe en las declaraciones públicas que elogiaban lo que parecía ser un paso dado por Rusia hacia el restablecimiento de una presencia militar en Cuba, en momentos en que el conflicto en Ucrania ha colocado las relaciones ruso-estadounidenses en descenso en su nivel más bajo desde el fin de la Guerra fría.

En su apogeo, la señales soviéticas de la base de inteligencia de Lourdes le permitieron a Moscú escuchar las transmisiones de microondas de conversaciones telefónicas en el sureste de Estados Unidos, mantener un ojo sobre la Marina de los Estados Unidos en el Atlántico, el seguimiento del programa espacial en Cabo Cañaveral, y comunicarse con sus espías en suelo norteamerican

Rusia evacuó el sitio de escucha de Lourdes en las afueras de La Habana en 2001. En ese momento, Putin se refirió a la tensa situación de las finanzas del gobierno ruso postsoviético y dijo que la guerra en Chechenia era una prioridad mayor que el mantenimiento de una reliquia de la Guerra Fría a un mundo de distancia.

El Congreso de los Estados Unidos también había presionado a Rusia para que saliera de Lourdes, y había vinculado el abandono del sitio con ofertas para reestructurar la pesada deuda externa de Rusia.

Rusia cerró igualmente en esos días el puesto de escucha en Cam Ranh Bay, Vietnam, también. El miércoles no hubo señales de que el Kremlin pretenda revivir ese puesto.

En su apogeo, la señales soviéticas de la base de inteligencia de Lourdes le permitieron a Moscú escuchar las transmisiones de microondas de conversaciones telefónicas en el sureste de Estados Unidos, mantener un ojo sobre la Marina de los Estados Unidos en el Atlántico, el seguimiento del programa espacial en Cabo Cañaveral, y comunicarse con sus espías en suelo norteamericano. En 1993, cuando Castro era el jefe de las fuerzas armadas cubanas, se jactó de que Rusia obtuvo el 75% de su información de inteligencia estratégica en los Estados Unidos a través de Lourdes.

La instalación incluye una gran variedad de antenas parabólicas y otras antenas repartidas en cerca de 28 kilómetros cuadrados, a unos 150 kilómetros de la costa de Florida. El informe de Kommersant dijo que una década de auge en los ingresos del petróleo significa que Rusia podría volver a darse el lujo de operar Lourdes, y que el deterioro de las relaciones con los Estados Unidos ha dado lugar al deseo de reabrir una mirilla sobre un “enemigo potencial”.

Cuando estuvo recientemente en La Habana, Putin habló en público de un renacimiento de la cooperación militar y tecnológica con Cuba, pero no dio detalles.

El informe de Kommersant, que cita a funcionarios del aparato de seguridad de Rusia cuyos nombres no reveló, dijeron que Putin y Castro habían llegado a un acuerdo en principio, pero que los detalles quedaban pendientes. “Solo puedo decir una cosa: ¡Al  fin!”, refiere el periódico citando a uno de los funcionarios

No está claro que podría quedar de los equipos en Lourdes, o lo útil que serían después de 13 años de avances tecnológicos y la gravitación de gran cantidad de tráfico de comunicaciones mediante fibra óptica y enlaces satelitales. Aun así, Víctor I. Mujarovsky, un coronel retirado, dijo en una entrevista telefónica que los militares rusos estaban “extraordinariamente interesados” en la reactivación del puesto, lo que podría ayudar a medir el grado de preparación de los militares estadounidenses, entre otras cosas.

Vladímir Putin, presidente de Rusia, y Raúl Castro, presidente de Cuba.
Vladímir Putin, presidente de Rusia, y Raúl Castro, presidente de Cuba.

“No es ningún secreto que cuando nos fuimos en el 2001, esperábamos lanzar una flota de satélites de radio de vigilancia electrónica”, dijo. “Pero nunca logramos conseguir el dinero, y ‒hablando en voz baja‒ nuestras capacidades de vigilancia por satélite son todavía modestas”.

Mujarovsky dijo que es poco probable que el Kremlin envíe tropas rusas para proteger la base, trabajo que una vez correspondió a la División de Infantería Motorizada 20. Esa unidad se fue de Cuba en 1993, dijo.

Ruslán Pujov, director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, dijo que Putin abandonó las bases en Cuba y Vietnam al comienzo de su primera presidencia, cuando las relaciones con los Estados Unidos aún no habían cuajado.

“Fue un gran error perder esta instalación en 2001”, dijo Pujov. Las conversaciones para revivir la base comenzaron hace varios años, dijo, pero se aceleraron después que comenzó la crisis en Ucrania: “No es una coincidencia que esto suceda ahora, y no, por ejemplo, hace cuatro años”.