Ayer en sesión plenaria en Versailles, en plena pompa a la francesa, el presidente François Hollande pedía la Unidad Nacional a todas las fuerzas política de Francia.

El discurso fue una pieza propia para la ocasión: intenso, nacionalista y europeo a la vez, una mezcla rigurosa cuya prosa tenía a veces ribetes épicos, en recuerdo a la grandeza de aquella nación.

No podía ser para menos, el presidente Hollande tenía que apelar a todos los resortes posibles de la tradición francesa ortodoxa para cubrir con su discurso a una derecha y a una ultraderecha presentes en la convocatoria general del parlamento, de tal modo que no rechazaran por flojas las medidas y las peticiones del Presidente Hollande en las actuales circunstancias.

En otras palabras, el tono se comprendía, habría ahora que analizar las consecuencias de ese discurso y los bombardeos posteriores con efectos colaterales in situs, a sabiendas que la inteligencia aérea francesa ha necesitado de la ayuda de Rusia y de Estados Unidos para realizar dichos bombardeos, golpe de efecto de una nación agredida y que hace uso de su legítima defensa, según lo afirma a lo largo de todo su discurso el Presidente Hollande.

  1. Los cambios a la Constitución para justificar el estado de emergencia

Dos son los artículos citados por el presidente Hollande en su discurso del 16 de noviembre a Versailles:

  1. A) El artículo 16 sobre los Poderes Excepcionales acordado al Presidente.
  2. B) El artículo 36, sobre el estado de excepción (l’état de siège).

Según el Presidente Hollande, ninguno de esos dos artículos en su estado actual en la constitución francesa tiene la amplitud operativa que la actual situación demanda. De modo especial se refirió al retiro de la nacionalidad a todo aquel atrapado en un acto de terror contra Francia.

El reclamo de residencia permanente obligatoria en caso de compromiso serio de sospechosos de terrorismo. Etc.

Una reflexión pertinente sobre las libertades civiles y la lucha contra el terrorismo

El tema del terrorismo supone una reflexión sobre supresión de libertades y modos o estilos de vida.

¿Estas medidas en Francia propuestas por el Presidente Hollande con la excusa del combate al terrorismo no es darles la razón a los propios terroristas en su plan de encerramiento y campaña de miedo en Europa?

¿Dará el pueblo francés en nombre de la unidad nacional un cheque en blanco al Presidente Hollande al final de su quinquenato el mismo Presidente despreciado en las encuestas de popularidad hace apenas meses?

En el día de hoy la prensa europea, a fondo en tv y prensa escrita, analiza el tema de la guerra tal y cómo lo ha declarado en su discurso el Presidente François Hollande.

¿Unanimidad europea al sonar del clarín de guerra francés?

A petición de Francia los ministros de interior de la Unión Europea se han reunido de emergencia, pero de modo sutil y diplomático todo ha terminado en acordar un régimen de intercambio de información inmediata en caso de emergencia o situación de excepción. Como se observará, ha existido, a   pesar de la gravedad de los atentados del 13 de noviembre, una distancia con el término de la declaración de guerra de Hollande. Con lo cual se asume que si el jefe de estado francés hace esa declaración, tiene más un valor de situación interna, más no vinculante con el resto de de la Unión Europea, por momento.

Concertar sus visiones de seguridad interior con la derecha y la ultraderecha francesa: discurso de unidad nacional

Y ello tiene una explicación interna en Francia: el Presidente Hollande tiene ante sí el drama de las ideas de las formaciones de derecha y ultraderecha en Francia, cuyo fuerte de publicidad política por tradición ha sido la llamada “mano dura” en materia de soluciones de seguridad y migración. Si el tono del discurso en Versailles ayer hubiese sido más tibio, es muy probable que su reclamo de unidad nacional no hubiese logrado el consenso buscado.

François Hollande
François Hollande

En consecuencias, si bien el gobierno de Hollande, no muy popular en los últimos años, estaba obligado a dar una muestra de fuerza ante la población que ha resentido los atentados con un dolor profundo (no es para más, dado el carácter cobarde de los mismos) su desafío era en ese discurso convencer a la derecha, musclé, como se le suele llamar.

Lo que sobre este tema resulta difícil de digerir es el binomio Estado de Derecho Vs Estado y Derecho a la Seguridad. En este sentido, tradicionalmente la derecha francesa, autoritaria siempre, nunca ha podido lograr el puente sereno necesario entre un espacio y otro, aún en circunstancias que no eran las de hoy. Un nombre en este sentido es de pavor: Charles Pascua, aquel ministro de interior 1986-1988 y luego en 199-1995, cuyas posiciones son el modelo típico de esa derecha ultra.

Las 3 preguntas esenciales luego del discurso presidencial de Versailles

Quedan serias preguntas frente a todas estas medidas del Estado francés en alerta roja total:

¿Resistirán gentes libres la rigurosidad de estas medidas sin una explicación profunda y pertinente, mucho más allá que un discurso de convencimiento a la clase política francesa del jefe de estado en Versailles?

¿Dará el pueblo francés en nombre de la unidad nacional un cheque en blanco al Presidente Hollande al final de su quinquenato el mismo Presidente despreciado en las encuestas de popularidad hace apenas meses?

¿Será efectiva una coalición de una Rusia ofendida (que negó al atentado aéreo cometido contra su aviación comercial contra toda apuesta hasta el día de hoy que hay una enérgica reacción oficial) Francia y Estados Unidos contra el Estado Islámico sin buscar antes o después un reordenamiento político en Siria?

El tiempo transcurre y en Francia hay más revelaciones sobre los atentados del 13 de noviembre. Provienen informaciones desde Austria, Bélgica y Alemania, nada será igual en Europa luego del 13 de noviembre, macabra despedida del 2015, que había comenzado en enero de igual modo. (CFE)