MIAMI, Estados Unidos (EFE).- Miembros de la comunidad haitiana del sur de Florida, la más numerosa fuera del país caribeño, se mostraron hoy divididos en torno a la victoria del cantante Michel Martelly, sin experiencia previa de Gobierno, en las elecciones generales haitianas del pasado 20 de marzo.
"La gente votó y eso es lo que debería respetarse. Fue una votación y elección legal y la gente puso a alguien en el poder", por lo que la "comunidad nacional e internacional debería respetar este resultado democrático", dijo a Efe Robes Charles, sacerdote católico haitiano de la Archidiócesis de Miami.
Charles consideró un triunfo de la democracia la victoria de Martelly, de 50 años, conocido popularmente como "Sweet Micky", en la segunda vuelta de los comicios presidenciales y legislativos de Haití.
Según los datos preliminares dados a conocer ayer por el Consejo Electoral Provisional (CEP), Martelly obtuvo cerca el 67,57 % de los sufragios emitidos el 20 de marzo pasado, frente al 31,74% de la exprimera dama Mirlande Manigat, una intelectual de 70 años que salió puntera en la primera vuelta de las elecciones.
"Es la persona que la gente eligió para dirigir nuestro país", resaltó el sacerdote, quien discrepó de la idea de que Martelly vaya a polarizar a la sociedad haitiana.
"Lo que sé es que es un artista de éxito y, como presidente, no tiene que saberlo todo", expresó Charles, sacerdote de una comunidad que supera el medio millón de residentes en el sur de Florida, entre documentados e indocumentados.
En ese sentido, expresó su convencimiento de que los haitianos "deben darle una oportunidad" y no asumir de entrada opiniones que le señalan como poco competente para dirigir el destino de la nación caribeña.
"Deseamos que sea bueno para Haití", agregó Charles, quien insistió en que "la comunidad nacional e internacional debe respetar los resultados" electorales en la nación caribeña, afectado por recientes desastres naturales y una inestabilidad política de años.
Sin embargo, Jean Robert Lafortune, activista haitiano, opinó que "no es un buen día para Haití" la elección de un "comediante" tras unos comicios "impuestos por EE.UU. y la ONU".
"La nación haitiana no quería estas elecciones, pero ha sido el Departamento de Estado de EE.UU. y la ONU" los organismos que han forzado estas elecciones contra la voluntad de la nación, criticó Lafortune, director de la Coalición de Base Haitiano-Americana.
Por ello, agregó, no puede hablarse de una nación soberana ni de una victoria democrática en estas elecciones, ya que "fueron pagadas y compradas por EE.UU.".
Se trata de una "falta de respeto y ataque a nuestra dignidad como pueblo", apostilló, para aseverar con ironía: "Esta elección es un juego de comedia y ganó un comediante, Martelly, que sabe cómo hacer el juego".
A su juicio, el músico y cantante Martelly, conocido también como "Tet Kale" ("cabeza rapada" en creole, lengua oficial de Haití junto al francés), "no tiene la experiencia ni el conocimiento para dirigir un país tan complejo y complicado como Haití".
"No creo que una persona con su perfil tenga el conocimiento necesario para dirigir el destino de unos diez millones de haitianos", la gran mayoría en situación de pobreza en un país "en proceso de reconstrucción nacional", precisó.
El candidato de la formación Respuesta Campesina sustituirá en mayo próximo a René Préval, el único presidente democrático haitiano que completó dos períodos de Gobierno de cinco años, ya que ejerció por primera vez el poder durante el quinquenio (1996-2001). EFE