Washington (EFE).- El exgobernador de Nuevo México Gary Johnson fue elegido este domingo en la convención del Partido Libertario líder de la formación y candidato para las presidenciales de Estados Unidos, en las que esta alternativa política podría obtener un número récord de votos.
Johnson obtuvo más del 50 % de los votos de la convención del partido que se celebraba este fin de semana en Orlando (Florida).
El Partido Libertario, de ideología conservadora y ácrata, podría tener un papel importante en estas elecciones si consigue posicionarse como una alternativa a demócratas desencantados con la élite que representa Hillary Clinton y a los republicanos de Donald Trump.
Gary Johnson fue también candidato en las elecciones de 2012 en las que recibió el 1 % de los sufragios, la primera vez que esta formación registraba más de un millón de votos.
Johnson cuenta con un 10 % de intención de voto, según una encuesta publicada esta semana por Morning Consult, y si llegara al 15 % tendría derecho a participar en los debate presidenciales que en este país suelen ser cosa de dos: republicanos y demócratas.
La elección del candidato presidencial libertario fue accidentada por el descontento de algunos miembros de que el candidato a vicepresidente sea el exgobernador de Massachusetts Bill Weld, un político de larga carrera en el Partido Republicano y que milita en los libertarios desde hace solo dos semanas.
Los oponentes de Johnson que más votos recibieron fueron el activista Austin Petersen y el polémico emprendedor y creador del antivirus que lleva su nombre John McAfee.
Los libertarios abogan por un papel mínimo del gobierno federal, respeto a ultranza del individualismo y dar la opción a elegir en temas como el aborto o la legalización de la marihuana.
Este discurso también podría procurar a los libertarios votos en la izquierda que representa el senador Bernie Sanders, el rival de Hillary Clinton, que aboga por el fin de la política de las élites y de las millonarias donaciones.
La entrada de un tercer partido en las presidenciales estadounidenses, tradicionalmente cosa de dos partidos, podría introducir un elemento de incertidumbre aún mayor en los comicios y restar apoyos a ambos favoritos. EFE