Madrid, 15 ene (EFE).- El presidente fundador del Partido Popular, Manuel Fraga, que ha fallecido hoy a los 89 años, ha sido una figura clave en la historia reciente de España, no en vano tuvo un papel decisivo durante la dictadura de Franco, la transición y la democracia, en la que trabajó de forma decisiva como padre de la Constitución.
Fundador de Alianza Popular (AP) y ministro de Información y Turismo con el dictador Francisco Franco, Fraga promovió, entre otras cosas, la legalización de asociaciones y partidos políticos e impulsó la primera Ley de Prensa y la actual red de paradores de España.
Doctor en Derecho, Ciencias Políticas y Económicas, letrado de las Cortes y diplomático, Fraga nació en la localidad lucense de Vilalba el 23 de noviembre de 1922 y era hasta hoy el único político en activo que había desempeñado cargos relevantes durante el Franquismo, la Transición y la Democracia.
Inició su carrera política con 29 años como secretario general del Instituto de Cultura Hispánica y, desde entonces, se mantuvo siempre en puestos importantes.
Fue ministro de Información y Turismo con Franco, embajador de España en el Reino Unido e Irlanda del Norte; vicepresidente para Asuntos del Interior y ministro de la Gobernación con Arias Navarro; diputado de las Cortes españolas y del Parlamento Europeo, y presidente de la Xunta de Galicia durante más de 15 años.
También fue presidente de Alianza Popular entre 1979 y 1987, y en 1989 del refundado Partido Popular, cargo éste último del que dimitió para dar paso a su sucesor en el PP, José María Aznar.
Desde entonces, la mayor parte de su vida transcurrió en Galicia, comunidad que llegó a gobernar con mayoría absoluta hasta 2005, fecha en que regresó a Madrid para ocupar, pocos meses después, un escaño en la Cámara Alta como senador por designación autonómica.
Como presidente gallego, reclamó las máximas transferencias en materia de pesca, la reforma constitucional del Senado -para que se convirtiera en una auténtica cámara de representación territorial- y un mayor protagonismo de las regiones en Europa.
En los últimos meses del 2000, su gestión al frente de la Xunta de Galicia se vio empañada por la aparición de las primeras "vacas locas" en la Comunidad y, un año después, por la catástrofe del "Prestige" frente a las costas gallegas.
Unos hechos por los que tuvo que hacer frente a sendas mociones de censura presentadas por el BNG y por los socialistas gallegos, respectivamente, de las que salió airoso amparado por la mayoría absoluta de su partido en la cámara.
Pese a que en los últimos años la salud del líder gallego se vio resentida en varias ocasiones, Fraga volvió a optar a la Presidencia de la Xunta en las autonómicas del 19 de junio de 2005, que perdió al quedarse a un escaño de la mayoría absoluta y la decisión del PSOE y BNG de gobernar en coalición.
Se despidió de su militancia en 2005 y fue sustituido al frente de partido en Galicia por Alberto Núñez Feijoo en el Congreso extraordinario celebrado en enero de 2006, en el que fue designado presidente de honor vitalicio de la formación.
No obstante, su relevo no significó su despedida de la vida política, ya que fue elegido senador en representación de la Comunidad Autónoma de Galicia el 7 de febrero siguiente.
Renunció a su cargo de diputado en el Parlamento gallego y en marzo de 2006 juró en la Cámara Alta. Fue reelegido senador por Galicia en marzo de 2008, cargo que desempeñó hasta la anterior legislatura.
A primeros del pasado mes de septiembre, fuentes de su entorno familiar informaron de que abandonaba la política activa y que no se iba a presentar a la elecciones del 20N.
Desde la primavera de 2011, Fraga redujo su actividad política tras sufrir una caída en su domicilio de Madrid que le provocó una lesión en la cadera, de la que fue intervenido quirúrgicamente.
En 1996, el dirigente 'popular' fue objetivo del "comando Galicia" de ETA, que planeó atentar contra él cuando era presidente de la Xunta de Galicia mediante un coche-bomba, aunque el atentado lo frustró la Guardia Civil.
Es autor de un centenar de libros, tenía una quincena de doctorados "honoris causa" de distintas universidades españolas y extranjeras y era profesor honorífico de varias instituciones académicas.
Entre las numerosas condecoraciones que posee figuran las grandes cruces de Carlos III, de San Raimundo de Peñafort, de Isabel la Católica, del Mérito Naval, del Mército Civil, del Mérito Militar, del Mérito Aeronáutico, de Cisneros; la Gran Cruz de la Orden Militar de Cristo y Gran Cruz de la Orden del Infante Don Enrique de Portugal. Fue Premio Europa 1997 de la Academia de Estrasburgo.
Al cumplirse el XXV aniversario de la entrada en vigor de la Carta Magna, Fraga y los otros "padres" de la Constitución fueron distinguidos con el Collar de la Orden del Mérito Civil, que les impuso el Rey el 24 de junio de 2004.
De su matrimonio con María del Carmen Estévez Eguiagaray tuvo cinco hijos: María del Carmen, María Isabel, José Manuel, Ignacio y Adriana. Su mujer falleció el 23 de febrero de 1996 tras una larga enfermedad. EFE
El velatorio comenzará este lunes con las personas más allegadas
MADRID, España.- La capilla ardiente de Manuel Fraga será instalada a partir de las 10.30 horas de este lunes en el domicilio madrileño del expolítico y, por expreso deseo de la familia, a la misma sólo asistirán las personas más allegadas. Como 'Padre de la Constitución' se barajaba la posibilidad de que, al igual que ocurrió con Gabriel Cisneros, la capilla ardiente fuera instalada en el Congreso de los Diputados. No obstante, la familia de Fraga ha declinado esta opción y ha optado por que la despedida del expresidente de la Xunta de Galicia se realice en su domicilio de Madrid, en el que falleció este domingo.
Nació en Vilalba el 23 de noviembre de 1922, una localidad de la provincia de Lugo. Profesor de Derecho, diplomático y político, ocupó altos cargos públicos durante el franquismo, la transición y la democracia.
Con 17 años se trasladó a Santiago de Compostela para comenzar sus estudios universitarios en Derecho, que concluyó en la Complutense de Madrid. En la capital obtuvo el doctorado y también cursó la carrera de Políticas y Económicas.
En 1945 sacó plaza en las oposiciones al cuerpo de Letrados de las Cortes. A partir de ese momento comenzó a cultivar sus inquietudes académicas y profesionales desempeñando varios cargos: Cátedra de Derecho Político en la Universidad de Valencia, Profesor de Teoría de Estado y Derecho Constitucional en la Facultad de Políticas de la Complutense, Secretario general del Instituto de Cultura Hispánica…
Pero de los numerosos cargos que ocupó, los más relevantes de toda su carrera fueron el de Ministro de Información y Turismo -ha quedado para la Historia como el impulsor del boom turístico en España, el creador de la red de Paradores de Turismo o el redactor de la Ley de Prensa e Imprenta de 1966 que estableció una forma de censura más sutil que la que había imperado con anterioridad- y Embajador de España en el Reino Unido e Irlanda del Norte durante el régimen de Franco. Tras la muerte de éste, ocupó el cargo de Vicepresidente de Interior y ministro de Gobernación durante la corta presidencia de Arias Navarro.
En 1977 fundó Alianza Popular, el futuro PP. Fue uno de los ‘padres de la Constitución’. Con el hundimiento de la UCD, a partir de las elecciones de 1982, se convirtió en el líder de la oposición al gobierno socialista de Felipe González. En 1987 se pasó al ámbito de la UE, donde fue diputado del Parlamento europeo, y finalmente decidió entregarse a la causa de la Xunta, donde desde 1990 fue presidente, hasta 2005, cuando Touriño le arrebató el cargo.
De Fraga se han dicho muchas cosas, unas buenas y otras malas. Su imagen ha sido siempre la de un hombre hiperactivo y autoritario. Para unos, es la imagen de Galicia y ejemplo de cómo un político puede adaptarse a los tiempos. Para otros, representante del inmovilismo y último resquicio de la dictadura de Franco.
Entre los servicios que prestó al régimen de Franco destacan las operaciones de prensa y propaganda montadas por Fraga en el año 1962, como ministro de Información y Turismo, para contrarrestar los efectos de la huelga de mineros asturianos y del acuerdo de la oposición franquista en Munich (Alemania). O un año después, en 1963, la gran campaña pública montada para justificar el fusilamiento del dirigente comunista Julián Grimau.
Tras el accidente sufrido en 1966 por un bombardero estadounidense, a consecuencia del cual se produjo una fuga radioactiva y la caída de varias bombas de hidrógeno una en el mar y tres en tierra, dos de las cuales esparcieron material radioactivo en una superficie de 226 hectáreas, Fraga se bañó aparentemente en Palomaresen un intento de calmar a la opinión pública y demostrar que no había riesgo alguno. Muchos años después se supo que el famoso baño tuvo lugar no en Palomares, sino en otra playa almeriense en la que lógicamente no había peligro alguno.
Fraga estuvo todas su vida en la política pero nunca consiguió alcanzar sus cotas más altas. Ni Franco, durante la dictadura, ni el rey Juan Carlos, durante la transición confiaron lo suficientemente en él como para encargarle la presidencia del Gobierno. En este último caso, pesaron demasiado los sucesos de Montejurra con dos muertos y varios heridos tiroteados por militantes de la extrema derecha internacional que acudieron a España. Estos acontecimientos debilitaron su imagen de reformista y hombre de centro.
Entonces Fraga formaba parte del Gobierno de Arias Navarro como ministro de la Gobernación, cargo que desempeñó en 1975 y 1976. En el 76, se produjeron los sucesos de Vitoria, durante los que pronunció la célebre frase “la calle es mía”.
Todavía prohibidos los derechos de reunión, manifestación y de huelga, los sindicatos, ilegales también, convocaron huelgas en toda España. Tuvieron especial importancia en el cinturón industrial madrileño y en Vitoria. La respuesta del gobierno fue la habitual represión policial, que en Vitoria produjo cinco manifestantes muertos y varios centenares de heridos, el 9 de marzo durante, una carga antidisturbios. Los altercados se multiplicaron y las huelgas generales de protesta se sucedieron durante varios meses.
En la actualidad, y a pesar de estar retirado de la vida política, Fraga seguía teniendo una posición propia y su propia área de influencia dentro de su partido. Defendió posiciones claras en polémicas internas. Así, mostró su simpatía por el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, en quien veía a un líder capaz de captar el voto progresista, defendió la reforma del Estatuto de Andalucía pese a la adjetivación como nacional que contiene para esa comunidad, advirtió de los peligros de hacer seguidismo a la cadena radiofónica de los Obispos (COPE) por sus posiciones que él juzgaba demasiado extremistas, abandonó una votación en el Senado para no ir en contra de una de sus ideas autonomistas (la participación autonómica en la designación de los magistrados del Tribunal Constitucional) y animó a una línea reformista sin renunciar a los valores tradicionales de la derecha española.
También respaldó las declaraciones de Jaime Mayor Oreja, dirigente del Partido Popular que se negó a condenar el franquismo. Consideró que la España de la década de 1930 “‘no era para vivir”, comentando el asesinato de Calvo Sotelo. Al mismo tiempo criticó al Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero: ”Todo esto de la Memoria Histórica … un intento de ir a contramarcha de la historia”.
En 2009 declaró a El Faro de Vigo que Ava Gardner le había invitado a tomar unas copas, pero que el la rechazó y eso le sentó mal a la diva.
El 2 de septiembre de 2011 finalmente anunció su renuncia a la política activa.
Sobre su vida personal, destacar que estuvo casado con María del Carmen Estévez, que murió en 1996. De su matrimonio nacieron cinco hijos. Uno de ellos, Carmen, ha seguido los pasos de su padre, y se dedica a la política, ocupando el cargo de eurodiputada y vicepresidenta del PP europeo.