Cortesía de elEconomista.es

GIJÓN, España.- El empresario español, Carlos Zúñiga, se defendió de las críticas vertidas por la organización Anadel en contra de las corridas de toros de la Feria de Begoña por los efectos que tienen en los menores que las ven, y arremetió contra el colectivo LGTBI, al asegurar que "las fiestas del Orgullo Gay sí que hacen daño a la vista de los niños".

En declaraciones a Europa Press y publicadas por el periódico elEconomista.es, el empresario, quien es copropietario de la empresa Circuitos Taurinos, adjudicataria de la plaza de toros de El Bibio en Gijón, ha pedido a la Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad (Anadel) que respete la "tradición ancestral" de los toros, al igual que él "respeta" otras fiestas.

"A mi no me gustan muchas de las fiestas que defienden ellos como las del Orgullo Gay, pero no voy y lo respeto; eso sí que hace daño a la vista de los niños", ha asegurado.

Zúñiga hizo referencia a las críticas emitidas el pasado jueves por la organización defensora de los animales, en las reprochaban la presencia de menores en las corridas de toros, algo que afirmó "no hace daño".

Sobre los motivos que pueden estar detrás de las demandas de Anadel, aseguró que se trata de algo más que la defensa de los animales. "Todas las elucubraciones son pantomimas para ir en contra de la fiesta nacional y en contra de todo lo que suene a la palabra España".

Puntualizó que su "único" problema es que “no respetan al prójimo" y "solo defienden su postura".

Zúñiga también defendió la cría del toro de lidia, a razón de que son criados durante cuatro años para morir en la plaza y “está tratado mejor que ninguno”, según la publicación de elEconomista.es.

"Los trozos de carne que nos comemos al sentarnos a la mesa, esos son de terneras cebadas de siete u ocho meses, esas sí que sufren maltrato animal, no estos toros, a los que se les da el derecho a vivir".

El empresario defendió además las corridas de toros por el rendimiento económico que generan, asegurando que son el espectáculo cultural que más dinero proporciona a las arcas del Estado, "nada comparable" con el cine o el teatro.

Lamentó, sin embargo, que los empresarios taurinos reciban en contrapartida "cero euros en subvenciones", a pesar de que es una actividad que "genera muchos puestos de trabajo y mucha riqueza".

Niega sea homófobo 

El pasado jueves, Zúñiga rechazó en la popular red social Twitter que sea homófobo, esto, ante las críticas recibidas por el colectivo, por lo que estaría dispuesto a rectificar si es necesario.

Pidió disculpas a quien pudiera haberse sentido ofendido por sus declaraciones, las cuales, dijo, buscaban demandar respeto para los toros, que son patrimonio cultural de España y que a él había otras cosas que no le gustaban y no por ello pedía su abolición.

"No soy homófobo, solo digo que no voy en contra de lo que no me gusta. Lo respeto y punto. Ese respeto es el que pido", subrayó.

"Solo he pedido respeto. Decir que no me gustan pero que las respeto ¿es herir? Mis disculpas públicas si es así para el que se haya ofendido", publicó el empresario.