Se equivocaron aquellos que esperaban ver al presidente venezolano Nicolás Maduro en una posición más conciliadora frente al gobierno colombiano luego de las fuertes declaraciones en ese sentido del presidente de la Asamblea Diosdado Cabello y el canciller Elías Jaua.
Y eso ha puesto a algunos colombianos a temer por el futuro del proceso de paz con la guerrilla de las FARC.
El jueves por la noche Maduro arremetió contra su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, por haberse reunido con el excandidato presidencial y líder opositor Henrique Capriles durante una visita de este último a Bogotá.
Santos: "descabellado" hablar de conspiración
El presidente colombiano Juan Manuel Santos respondió el viernes a las versiones de Caracas según las cuales las autoridades en Bogotá están vinculadas a planes contra el gobierno venezolano.
Hablando en la ciudad de Palmira, el mandatario colombiano expresó lo siguiente:
"Aquí tiene que haber un malentendido, porque es descabellado pensar que el Gobierno colombiano esté enterado o, peor aún, que esté apoyando algún tipo de acción para desestabilizar al Gobierno de Venezuela. Si nosotros somos los más perjudicados con cualquier problema que tenga Venezuela. Lo que queremos es que le vaya bien a Venezuela. Por eso tiene que haber algún malentendido y por eso vamos a resolver cualquier diferencia en forma prudente, por las vías diplomáticas".
El presidente venezolano, quien dijo estar evaluando "todas las relaciones bilaterales" con Colombia, confirmó que, como consecuencia de ese encuentro, su gobierno estaba reconsiderando su participación como facilitador del diálogo de paz.
"Estoy evaluando si Venezuela continúa en ese proceso (…) porque dudo de la sinceridad del presidente Santos, cuando le mete una puñalada a Venezuela por la espalda" declaró Maduro, visiblemente alterado, al tiempo que insistía repetidamente en la necesidad de "rectificaciones a tiempo" por parte de Bogotá.
Pero aunque el gobierno de Santos ya hizo saber que intentará solucionar el impasse lejos de los micrófonos, para el analista Jairo Libreros eso podría no bastar para apaciguar a un Maduro interesado en utilizar el tema para consolidar su posición a lo interno del país.
"La amenaza (de retirarse del proceso de paz) es real y es factible por un motivo básico: Maduro en casi mes y medio no ha podido tener un tema que le permita reconducir la agenda política venezolana y demostrar que está en capacidad de conducir los destino de Venezuela como sucesor de Chávez", le dijo a BBC Mundo.
"Yo no creo que en ningún momento lleguemos a una ruptura de relaciones diplomáticas, como ha ocurrido en el pasado, ni a una militarización de la frontera. Pero Maduro tiene muy claro que su mejor opción (para intentar mostrar liderazgo) es ponerse duro con Colombia" aseguró.
¿Efectos positivos?
Libreros, sin embargo, considera el impacto de un eventual retiro venezolano sobre las negociaciones puede llegar a ser positivo para las mismas.
"Los negociadores de las FARC son racionales, son conscientes de la debilidad de Maduro y saben que no hay nada más peligroso que tener un interlocutor inseguro que no es capaz de sostener su palabra y ante cualquier ataque reacciona de esa manera", dijo el profesor de Relaciones Internacionales y Seguridad de la Universidad Externado en Bogotá.
"Y al darse cuenta de la fragilidad del gobierno de Maduro, van a tener más miedo de no negociar que cualquier otra cosa. Yo creo que eso va a terminar como un acelerador de la firma de uno o dos acuerdos este año para estar más tranquilos", aventuró.
El ex viceministro colombiano de Defensa Rafael Guarín, sin embargo, opina todo lo contrario.
"Las FARC no se van a levantar de la mesa así se retire el gobierno venezolano, porque nunca durante los 30 años en los cuales se han realizado procesos de paz han sido las FARC las que se han levantado de la mesa pues eso es lo que les da rentabilidad política", le dijo a BBC Mundo.
"Pero se perdería un garante y un elemento que podría estimular a las FARC para que den el paso seriamente a la desmovilización. Puede perjudicar la posibilidad de llegar a firmar un acuerdo rápidamente, como ha propuesto el presidente Santos", explicó.
"Mensaje político"
Este análisis, sin embargo, no es compartido por el director del Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto, Jorge Restrepo, quien pertenece al grupo de quienes creen que la crisis podría terminar acelerando el proceso.
"En este momento, dada la situación de las FARC, cada vez es menos importante el santuario que les ofrecía Venezuela. Y lo que tenía Venezuela para ofrecerle a las FARC, que era probablemente dinero y ese santuario, ya no tiene como ofrecérselo", le dijo a BBC Mundo.
"Y yo creo que Santos tomo la decisión (de poner en riesgo las relaciones con Venezuela al recibir a Capriles) en gran parte para enviarles ese mensaje a las FARC. Es una manera de apretarlos políticamente", aventuró Restrepo.
"El proceso de paz en estos momentos no depende de Venezuela. Yo creo que Venezuela ya cumplió su papel y lo que está haciendo Santos es mostrándole eso a las FARC", insistió.
Sin embargo, con la guerrilla todavía guardando silencio sobre el tema, el único de los integrantes de la mesa de diálogo de La Habana que se ha pronunciado al respecto lo hizo para destacar la importante contribución del gobierno venezolano.
"Confío en que esto se supere. Realmente, el papel de Venezuela ha sido muy importante en la conducción de los diálogos. Nosotros queremos que esto no se interrumpa", dijo el jefe negociador del gobierno colombiano, Humberto de la Calle.
"Queremos seguir contando con Venezuela en la mesa de La Habana", aseguró.