Ciudad del Vaticano, 22 abr (EFE).- El papa visitará Cuba en septiembre y lo hará como etapa previa a su periplo por Estados Unidos y con la intención de afianzar el histórico acercamiento entre La Habana y Washington, en el que ha tenido un rol central.
La Santa Sede ya había reconocido la pasada semana que el pontífice estaba estudiando un viaje a la isla caribeña pero, por entonces, su realización se encontraba aún en un "estado demasiado inicial" como para que se pudiera oficializar.
La confirmación llegó hoy, cinco días después, mediante un escueto mensaje del portavoz vaticano, Federico Lombardi.
"Puedo confirmar que el Santo Padre Francisco, habiendo recibido y aceptado la invitación por parte de las autoridades civiles y de los obispos de Cuba, ha decidido efectuar una etapa en dicha isla antes de llegar a Estados Unidos con motivo del viaje anunciado hace tiempo", según el comunicado.
Así, Cuba constituirá la primera etapa del viaje que llevará al pontífice también a Estados Unidos, concretamente a Washington, Nueva York y Filadelfia.
A falta de un programa oficial, se sabe que el 23 de septiembre será recibido por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su esposa, Michelle, en la Casa Blanca y que ese mismo día canonizará al franciscano español Junípero Serra en Washington.
Asimismo, la Secretaría General de las Naciones Unidas (ONU) ha confirmado que el papa Francisco pronunciará un discurso ante la Asamblea General el 25 de septiembre y mantendrá varios encuentros bilaterales, uno de ellos con el secretario Ban Ki-moon.
Posteriormente, está previsto que clausure el VIII Encuentro Mundial de las Familias, organizado por la Iglesia Católica en la ciudad de Filadelfia entre los días 22 y 27 de septiembre.
Esta visita será el colofón a una intensa labor diplomática ejercida por el Vaticano en pro del histórico acercamiento entre las autoridades de Cuba y Estados Unidos, enfrentadas durante más de cinco décadas.
En sus respectivos mensajes al mundo del pasado mes de diciembre, tanto Obama como Raúl Castro encomiaron la mediación en el proceso de "deshielo" del pontífice argentino, que ha hecho de "la cultura del encuentro" uno de los lemas capitales de su ministerio.
Esta situación quedó ilustrada los pasados 10 y 11 de abril, durante la VII Cumbre de las Américas en Panamá, en la que Obama y Castro se estrecharon la mano y se reunieron por primera vez en medio de un clima de sorprendente cordialidad y en el que el líder estadounidense llegó a declarar: "La Guerra Fría ha terminado".
En la cita del istmo estuvo presente el más estrecho colaborador del papa, su secretario de Estado, Pietro Parolin, quien con su presencia manifestaba el apoyo a este proceso de aproximación entre ambos Estados.
Con motivo de aquella cita, el papa remitió una misiva al presidente panameño, Juan Carlos Varela, para animarle a que la cumbre constituyese un "punto de encuentro del norte y el sur" que, mediante "un diálogo sincero", contribuyera a superar las diferencias y a afrontar "con realismo" los problemas del continente.
Por otro lado, la visita del primer papa latinoamericano a Cuba cobra especial relevancia si se tiene en cuenta que durante este 2015 la Santa Sede y la isla celebran los 80 años del inicio de sus relaciones diplomáticas.
Además, desde hoy y hasta el 28 de abril permanecerá en la isla caribeña otro colaborador cercano al papa, el prefecto de la Congregación para el Clero, Beniamino Stella, nuncio en Cuba desde 1993 a 1999 y que desempeñó un papel determinante en las relaciones entre la Santa Sede y el Gobierno de Fidel Castro.
Así, Francisco será el tercer papa que visite la isla, después de su antecesor, Benedicto XVI, que acudió en marzo de 2012, y el proclamado santo Juan Pablo II, en 1998. EFE