mar (EFE).- El expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) afirmó este sábado que la única salida a la crisis que vive el país es la destitución de la jefa de Estado, Dilma Rousseff, por medio del juicio político que trata de promover la oposición en el Congreso.

Cardoso, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), hasta ahora se resistía a apoyar un proceso que considera "doloroso" como un juicio político y le había sugerido a Rousseff que renunciase "en un gesto de grandeza".

En una entrevista publicada en la web del diario O Estado de São Paulo, Cardoso admitió que cambió de idea por la "incapacidad" que tiene el Gobierno para "funcionar" y por la "resistencia" de Rousseff para buscar una solución.

"Creo que ahora el camino es el 'impeachment' (juicio político) Si entendí bien, lo que gritaron las calles es eso. Las calles gritaron: renuncia, fin, 'impeachment'", dijo Cardoso, en alusión a las manifestaciones multitudinarias celebradas el domingo pasado en ciudades de todo el país.

El expresidente reiteró que un juicio político continúa siendo un proceso "doloroso", pero aseguró que lo es tanto "ver el desfallecimiento de la economía y la sociedad".

El pasado miércoles, Rousseff nombró a Lula ministro de la Presidencia, pero esta decisión fue anulada de forma cautelar por el Tribunal Supremo, al considerar que la mandataria trató así de obstruir el curso de la justicia

También aseguró que las instituciones brasileñas están "más sólidas" que en 1992, año en el que fue destituido el entonces presidente, Fernando Collor de Melo, en un juicio político similar al que enfrenta Rousseff, y aseguró que "no hay temor de un retroceso institucional".

El pasado jueves la Cámara de los Diputados instauró una comisión especial, compuesta por 65 parlamentarios, que analizará y votará la posible apertura de un juicio político contra Rousseff.

El proceso contra Rousseff se abrió con base en unas maniobras irregulares realizadas por el Gobierno para maquillar sus resultados fiscales en los dos últimos años, pero las deliberaciones de la comisión serán principalmente políticas.

Si esta comisión acepta iniciar el juicio político, este se realizará con votaciones sucesivas en la Cámara de los Diputados y el Senado. EFE

PT pide el fin del juicio a Rousseff para que Brasil recobre estabilidad

(EFE).- El gobernante Partido de los Trabajadores (PT) manifestó que Brasil sólo podrá recobrar la estabilidad si se abandona el juicio político con el que la oposición pretende destituir a la presidenta, Dilma Rousseff.

El presidente del PT, Rui Falcão, afirmó que las manifestaciones celebradas este viernes a favor de Rousseff mostraron "que no hay estabilidad con los intentos de deposición del Gobierno".

"La estabilidad se da con el fin del golpe, con el fin del impeachment (juicio político) y con los cambios en la política económica que hemos apuntado", dijo Falcão en un vídeo difundido después de una reunión del PT para valorar las marchas.

Según el dirigente, "un millón de personas" participaron en las marchas del viernes en todo el país para mostrar su "compromiso con la democracia y contra el golpe", en alusión al juicio político que trata de promover la oposición.

La apertura del posible juicio político se votará en una comisión de la Cámara de Diputados que fue instituida el jueves pasado y que, antes de tomar su decisión, celebrará quince sesiones y escuchará los argumentos de Rousseff.

El proceso se abrió con base en unas maniobras irregulares realizadas por el Gobierno para maquillar sus resultados fiscales en los dos últimos años, pero las deliberaciones serán principalmente políticas.

Si la comisión acepta iniciar el juicio político, este se realizará con votaciones sucesivas en la Cámara de los Diputados y el Senado.

Las investigaciones abiertas contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por supuestos delitos de lavado de dinero y falsificación han agravado la crisis política que atraviesa el Gobierno.

El pasado miércoles, Rousseff nombró a Lula ministro de la Presidencia, pero esta decisión fue anulada de forma cautelar por el Tribunal Supremo, al considerar que la mandataria trató así de obstruir el curso de la justicia.

El magistrado del Supremo Gilmar Mendes, responsable de la suspensión cautelar, argumentó que "claramente" se realizó el nombramiento para "impedir" que Lula pudiera ser arrestado por orden de un juez de un tribunal convencional, ya que el cargo de ministro le concedería fuero privilegiado, con lo que sólo podría ser procesado en la corte suprema. EFE