SAN FRANCISCO DE MACORIS.- El Consejo Regional de Desarrollo (CRD) llamó a los padres dominicanos asumir los cambios que urge el país, “conduciendo a los integrantes de las nuevas generaciones a ser valientes y decididos” y para que tomen “en sus manos la eliminación de las barreras que impiden la transición general y los cambios que requieren los partidos, el Estado y todas nuestras instituciones”.
La entidad, que tiene entre sus principales ejecutivos a Ysócrates Andrés Peña Reyes, Jaime Antonio Marizan y a monseñor Jesús María de Jesús Moya, resaltó en un comunicado que “a los padres del país les corresponde encabezar, junto a sus hijos (la lucha hasta) vencer el letargo social y el miedo”.
De esta manera, añade, se logrará que “tomen acciones sabias que conduzcan a la erradicación de los liderazgos mesiánicos y al endiosamiento en nuestras entidades políticas y sociales”.
E esa tónica, dijo que “República Dominicana no necesita dioses y mesías políticos, sino que nuestros partidos y demás instituciones realmente se renueven, para que tengan la fuerza moral y la capacidad de llevar a las funciones públicas y a los liderazgos a personas que, además de ser honestas, reciban la suficiente preparación para conducir con eficiencia las dependencias estatales y entidades que se les encargue dirigir y administrar”.
La historia política nacional, prosigue el comunicado, “nos ha enseñado que hemos tomado un camino equivocado al creer que la solución de nuestros problemas los puede solucionar un determinado hombre junto un reducido grupo de personas”.
“Quienes permiten que se les presente como mesías y redentores de la solución de los problemas nacionales les corresponde reflexionar sobre su comportamiento”, porque así “contribuyen a la profundización de los males que nos afectan y agobian”
El mesianismo y el endiosamiento en nuestra clase política y social, remata el texto del CRD) “ha servido para convertir a los partidos, los estamentos del Estado y las diferentes entidades, en presas fáciles de ambiciones desmedidas” y, además, “para ahondar la delincuencia, la pobreza y el atraso social”, remarca.