SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Un 27 de febrero que se vistió de luto una semana antes de conmemorarse, un país lanzado a las calles y una oposición ausente, matizaron el discurso de un presidente que prefirió dibujar cifras antes que arte.
El año pasado, los que se amotinaron en los alrededores del Congreso Nacional reclamaban cuatro años más para el actual presidente Danilo Medina. Después de la crisis electoral, que llegó a su punto más alto con la suspensión de las elecciones municipales, la duda de si se haría la acostumbrada “bullita” en la rendición de cuentas y memorias, era un misterio.
“Dicen que ellos quieren alcanzar al millón aquí para opacar la protesta”, dijo uno mientras esperaba la llegada del mandatario.
A las 8:00 de la mañana la avenida Winston Churchill, en el tramo próximo a la avenida Independencia, estaba desierta. Sin embargo, ya a las 9:40, cuando debía pasar aquel que “les simpatiza como líder”, las cabecitas llenaban la calle.
A Medina lo esperan todos sus funcionarios en formación, casi en consonancia con los militares que adornaban la alfombra roja por la que cruzarían detrás de él.
Algunos de los más esperados, como el procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, y el ministro de Salud Pública, Rafael Sánchez Cárdenas, cruzaron como balas al desfilar por la explanada.
Sonaron los trabucazos. Las bocinas entonaron el himno nacional. A diferencia de la multitud que se aglomeró en la Plaza de la Bandera, en el Congreso Nacional ninguno lo cantó. En la mañana de este jueves, a los presentes se les quedó la “viva voz” en sus casas.
Una vez terminó el himno, dentro de la Asamblea Nacional se dio un concierto de números y aplausos. Entre los presentes no había rebeldes, todos eran de raza morada.
Al salir, la ausencia de la oposición se hizo notar. A pesar de que la multitud que acudió a hacer su “bullita” no conoce el país de cifras que describió el presidente, el empresariado y los representantes del partido oficialista expresaron satisfacción con el discurso del mandatario.
A las 12:30 del mediodía, cuando Danilo salió, la calle estaba vacía.