Los Ángeles (EE.UU.), 7 ago (EFE).- El debate entre los aspirantes republicanos a la Presidencia de EE.UU. dejó frustración y desencanto entre líderes y activistas defensores de los inmigrantes que oyeron llamados a reforzar el control de la frontera y nada que valore la aportación de los inmigrantes.
"En inmigración, incluso Jeb Bush, quien una vez apoyara un camino a la ciudadanía, repitió su dura agenda de cumplimiento de la ley y a continuación dijo que respalda un plan para el estatus legal", lamentó Ben Monterroso, director ejecutivo de Mi Familia Vota.
"Luego, si usted sobrevive las políticas de deportación, ¿usted tendría una oportunidad para el estatus legal? Eso es deshonesto y no es realista", criticó Monterroso.
El exgobernador de Florida afirmó que "hay que controlar la frontera" y abogó por eliminar las llamadas "ciudades santuario", en las que las autoridades locales protegen de la deportación a inmigrantes indocumentados.
"El GOP (sigla por Grand Old Party, como se le denomina también al Partido Republicano) ignoró un hecho importante: para ganar la Casa Blanca en noviembre de 2016 el republicano nominado tiene que obtener 47 % del voto latino", aseguró el responsable de MFV.
Gran parte de la atención estaba centrada en lo que pudiera decir el magnate inmobiliario Donald Trump, quien argumentó que, gracias a él, el tema de la inmigración ilegal ha saltado al primer plano de la campaña.
"Tenemos que construir un muro y tiene que ser rápidamente", enfatizó Trump, aunque agregó que haría "una puerta grande y bella" para que entren los inmigrantes legales.
"No hemos visto ningún plan ni propuesta de Donald Trump en inmigración. Solo más fanfarronería, insultos y divisionismo", criticó en Twitter Janet Murguía, directora ejecutiva del Concejo Nacional de La Raza (NCLR).
"Estoy más convencida que nunca de que Trump no es más que un traje vacío, muy costoso y hecho a la medida, pero vacío", agregó la directora de la mayor organización nacional hispana de derechos civiles.
César Vargas, codirector de la Coalición Dream Action y que recientemente logró convertirse en el primer abogado indocumentado con licencia profesional en Nueva York, lamentó en Twitter que Trump continuase "con sus posiciones sin sentido en inmigración", aunque apuntó que "ninguno presentó soluciones concretas".
Otros líderes sintieron el mismo desencanto sobre la falta de propuestas favorables a los indocumentados.
"Queríamos escuchar cuáles eran los planes (de los candidatos) para los 8 millones de inmigrantes que todavía no tienen una solución y lo que vimos es que ninguno de los candidatos nos quiere ayudar al ciento por ciento", declaró a Efe Omar Gallardo, de la Coalición Comunitaria Unida de Arkansas.
"Si los candidatos republicanos quieren ganar el voto latino tienen que hablar mucho más de la reforma de inmigración y sabemos que sin el voto latino no van a ganar la Presidencia como ya se demostró con Barack Obama", agregó Gallardo.
Para Diana Colín, directora de Programas Cívicos de Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA, en inglés), la participación republicana fue extremista.
"Hemos quedado sorprendidos con el Partido Republicano más de lo que esperábamos. La verdad es que ayer exageraron: nadie habló de una reforma migratoria ni de un camino a la ciudadanía", declaró Colín a Efe.
La activista señaló que la comunidad votante hispana mostrará su descontento con los republicanos si no cambian su posición en referencia a la inmigración.
Ni siquiera el senador Marco Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, se salvó de las críticas de los activistas, al mostrarse de acuerdo con la necesidad de controlar la frontera.
"Aunque su familia es inmigrante Marco Rubio no está apoyando a los inmigrantes", anotó Gallardo, quien aseguró que "debería hacerlo porque sus padres fueron inmigrantes y (gracias a eso) él ha podido realizar sus sueños". EFE