SANTO DOMINGO, República Dominicana.-El movimiento ciudadano Congreso Cívico declaró que el pueblo dominicana está dando muestras de tener la voluntad para impulsar un cambio político en las elecciones de este año.

Al mismo tiempo, mostró preocupación por la presencia de la Organización de Estados Americanos (OEA) en labor de supervisora y observadora de las elecciones dominicanas.

El Congreso Cívico hizo un llamado de alerta a las fuerzas democráticas y opositoras,  ante el hecho de que  con las elecciones municipales prácticamente siguen gravitando en el ambiente político signos ominosos que amenazan con viciar la voluntad popular, con todas las consecuencias que esto pudiera provocar para la suerte de la causa democrática.

Manifiesto del Congreso Cívico

Síntomas preocupantes y una OEA indigna de confianza

El Congreso Cívico, constata la existencia de una clara voluntad de cambio, que expresa que una mayoría quiere que en las próximas elecciones sean escogidas autoridades  distintas a las del partido que gobierna durante dieciséis años ininterrumpidos.

Somos un movimiento ciudadano, que desde hace más de dos años ha actuado en las diversas regiones, en acción conjunta con otros movimientos de naturaleza semejante, en franca y enérgica oposición al continuismo peledeísta; enarbolando los Lineamientos Básicos propuestos por la Coalición Democrática por la Regeneración Nacional, que han servido de base al acuerdo de seis fuerzas políticas opositoras; todo esto, en busca de un cambio de gobierno como paso inmediato en nuestra lucha por lograr las reformas políticas e institucionales, indispensables para llevar a feliz término la transición democrática que viene pendiente de culminación desde los tiempos mismos de la fundación de la República.

Desde esa condición, y en interés de que una vez más el pueblo no sea víctima de un nuevo trauma electoral, el Congreso Cívico llama al alerta a las fuerzas democráticas y opositoras,  ante el hecho preocupante de que  con las elecciones municipales prácticamente sobre nosotros, siguen gravitando en el ambiente político signos ominosos que amenazan con viciar dichos comicios, con todas las consecuencias que esto pudiera provocar para la suerte misma de la causa democrática.

A lo largo del  proceso que transcurre, la mayor parte de los partidos opositores, muchas de las voces más autorizadas, instituciones de prestigio moral y peso social, como las de obispos y ministros de las iglesias, representantes del empresariado, de sectores profesionales, organizaciones sociales, entre otros, han librado una batalla sostenida en demanda de condiciones apropiadas para unas elecciones limpias y con el mayor nivel de justicia y equidad posibles.

Ese clamor se ha dejado sentir en los medios de comunicación, en los pulpitos religiosos, en encuentros y asambleas, en los “caceroleos” que se registran tanto en barrios populares como en los de clase media, en las plazas públicas, que acaban de ser escenarios de manifestaciones multitudinarias, a las cuales concurren contingentes juveniles que, con el mayor civismo y una encomiable vocación pacifica, reiteran el mismo grito de juego limpio y garantías precisas, de quienes tienen la mayor obligación de proporcionarlas: la Junta Central Electoral y el gobierno.

Esas luchas han logrado conquistas importantes y se han convertido en muro de resistencia frente a los desmanes del grupo en el poder. Pero las amenazas aún persisten. La JCE, asediada por las presiones del poder, penetrada hasta la médula por los órganos de inteligencia del Estado, debilitada en su credibilidad, con su autoridad en entredicho, especialmente tras el fracaso de las elecciones del 16 de febrero y la imposibilidad de esa institución de dar una explicación convincente de las causas reales del fracaso.

En cuanto al gobierno, su parcialidad activa está de sobra en evidencia. El propio presidente de la República se ha encargado de confirmarla abiertamente, y a diario se observa cómo los recursos del Estado se ponen al servicio del Partido de la Liberación Dominicana y sus candidatos. Los planes sociales, las obras públicas, en algunas de las cuales, como en el asfaltado de las calles,  suelen ser vistos vehículos oficiales con afiches de candidatos oficialistas, en franca violación a la ley electoral, sin que la JCE logre impedirlo.

Asimismo, ronda en el ánimo público, la amenaza de que, desde horas antes de las votaciones, cuadros políticos peledeístas monten sus acostumbrados “operativos”, copen los alrededores de los centros de votación para instalar los puntos de compra y venta del voto, sin que esta práctica aborrecible y corruptora merezca las sanciones que las leyes prescriben.

Y más aún. La Junta y el destino mismo del proceso electoral han sido puestos cada vez más bajo la intervención de organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos, la OEA, con su inefable Secretario General, señor Luis Almagro, a la cabeza. Por su historial pasado y reciente, en todo el Continente y muy desgraciadamente en nuestro país, la OEA es indigna de la más mínima confianza, carece de autoridad moral para ejercer una mediación equilibrada y su presencia en cualquier lugar solo presagia perjuicios para las naciones y los pueblos de nuestra América. Los recientes hechos de Bolivia acaban de probarlo por enésima vez.

Con todos esos riesgos a la vista, el Congreso Cívico llama a la vigilancia y al alerta, a la defensa cívica del derecho del pueblo a elegir sus representantes y a hacer valer su decisión por encima de cualquier maniobra fraudulenta. La voluntad nacional de cambio está patente, la mayor parte del electorado dice que el cambio va, y mal pudieran el descuido y la negligencia de los partidarios de ese cambio, permitir que las presiones, el clientelismo, el soborno y el fraude lo impidan.

Es preciso un esfuerzo más por rematar la obra que se ha venido construyendo. Hay que ir a las urnas a votar el próximo día 15 por los candidatos del cambio, pacífica y ordenadamente, y al mismo tiempo, en la resuelta disposición de salir a la plaza pública si es preciso, a defender una vez más lo que la voluntad del pueblo diga con sus votos.

Maestro de la Medicina doctor Erasmo Vásquez Henríquez

Rafael Chaljub Mejía, Vocero Público

Doctor Fermín Álvarez

Doctor Aulio Collado Anico

Maestro de la Medicina Doctor Ricardo Corporán

Ingeniero José Reyes

Efraín Sánchez Soriano

Doctor Manuel María Mercedes

Ingeniero Roberto Sánchez

Ingeniero Bienvenido Mejía

Agrimensor Mario Suriel

Agrimensora Tirsa Rimer Caraballo

Arquitecto Danny Minaya

Licenciado Rubén Carbonell

Licenciado Manuel Heredia

Licenciado Wagner Gomera

Doctor Ángel Veras Aybar

Profesor Isidoro Pérez Reyes

Emilio Vásquez

Ingeniero Héctor González

Raúl Fernández

Balerio Castillo

Ingeniero Francisco Rosario

Arquitecto Elvis Bruno

 

Provincia Duarte:

Profesor William Hernández

Sor Minerva Duarte

Profesora Maria Mercedes

Ricardo Paredes

Profesor Daniel Almánzar

Ana Argelia Raposo

José Rafael Then

Wellington Joaquín Fernández

Eleuterio Rodríguez

Delcio R. Joaquín Paulino

Ramón Holguín

Roberto de la Cruz

Pedro Vargas Safadit

Sergio Darío Monegro

Ramón Rojas

Juan José Jeréz

Vicente Almonte

Nércido Urbáez

María Delfina López

César Trinidad

Juan R. Jáquez

 

Ramona Altagracia Valerio

Héctor Castillo

Salvador Bautista

Ana Libez García

Jazmín A. Flores

Guillermina Alvarado

María Victoria de Jesús

Orquídea Reyes

Elvis González

José Ignacio Rivera

José Hernandez Antigua

Alexandra Fernández

Nolberto de León

Jesús Santos Eusebio

Clara Maria Herrera

María Santos

Carolina Jiménez

Franklin Germosén

Eribel Duarte

Celenia Rodríguez

Genaro Villa Pérez

Yvelise de Jesús

Noel Fernández

Eridania Rodríguez

Lidia López Santos

Ydalber Hernández

Eugenio Reyes

 

La Vega:

Doctor José Luis Pichardo

Doctora Dilcia Rocío Vásquez

Licenciada Léisida López

Doctor Manuel Espinal

Tec. Vanadis Vásquez

Señor José Lugo

 

San Juan de la Maguana:

 

Profesor Roberto Rosado

Profesor Menegildo de la Rosa

José Altagracia Luciano

Máximo Quevedo

Juan Félix Taveras

Mao:

 

Profesor Rafael Darío Herrera

Roman Echavarría

Barahona:

Licenciado Moneydi Gómez

Cláudio Nova

Nagua:

Agron. Olivo Baldera

Samaná:

Doctor Francisco Sánchez

Azua:

Licenciado Marcial González

Bonao:

Profesor Bartolomé Deschamps

Epifanio Polanco

Darío Paniagua

Peravia:

Léurys Soto

Mercedes Arias

Elizabeth Canario

Perla Bobadilla

Elvin Cabral

Higuey:

Rafael Castillo

Doctor Félix Valdéz

Ramona Telemín

El Seybo:

Doctor José Guzmán

San Pedro de Macorís:

Periodista José dolores Pea

Hato Mayor:

José Zorrilla

Puerto Plata:

Domingo Vásquez

Amarilis Grullón

Luis Bencósme

Profesor Tiburcio Severino

Licenciado Kelvin Vargas

  1. UU:

Periodista Julio Disla

Licenciado Maribel Tavárez Correa

Donald Saillant

Ingeniero Juan Sánchez

José Pichardo

Ramón Marcelo Pacheco

Luis Gil

Ángel Berto Almonte

Baldemar Baret

Ingeniero Agron. Juan Antonio Familia