Washington, 11 feb (EFE).- Los aspirantes a ser el nominado del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de noviembre en EE.UU., Hillary Clinton y Bernie Sanders, reflejaron hoy sus diferencias en materia migratoria, a la vez que cruzaron acusaciones sobre sus respectivos historiales en esta cuestión.
Tras las elecciones primarias de Nuevo Hampshire el pasado martes, en las que Sanders se impuso por un amplio margen sobre Clinton, las próximas paradas para los demócratas son Nevada y Carolina del Sur, con gran presencia de minorías, por lo que las cuestiones raciales y la inmigración centraron buena parte del debate.
"Yo voté a favor de una reforma migratoria integral cuando estaba en el Senado; el senador Sanders votó en contra", recriminó a su adversario la ex secretaria de Estado y exsenadora por Nueva York Hillary Clinton, quien, según las encuestas, goza de mayor popularidad que Sanders entre negros y latinos.
El senador por Vermont respondió recordando que grandes organizaciones latinas también se opusieron entonces a la reforma porque no garantizaba condiciones laborales de los inmigrantes y podía llevar a casos de explotación, y pidió la regularización de los 11 millones de indocumentados que se calcula residen en EE.UU.
Además, Sanders insistió en sus críticas a parte de las políticas migratorias del presidente de EE.UU., Barack Obama, especialmente con las deportaciones de inmigrantes llevadas a cabo a principios de este año.
"Cuando vemos a gente huyendo de Honduras y países con tantos problemas de violencia en Centroamérica, no creo que los debamos echar", sentenció el senador, a lo que Clinton respondió que "hay que mandar el mensaje a las familias de Centroamérica de que no envíen a sus hijos a este viaje tan peligroso".
"No sé a quién estás mandando un mensaje. Estos son niños que huyen de la guerra", le afeó Sanders.
Clinton sube el tono en el debate
Hillary Clinton, por otra parte subió el tono contra su rival Bernie Sanders, al que atacó insistentemente en el debate celebrado desde que el martes perdiese por un amplio margen en las elecciones primarias celebradas en Nuevo Hampshire.
Nada más empezar, las moderadoras preguntaron a Sanders cuánto calculaba que la aplicación de sus programas podría aumentar el volumen del Gobierno federal en caso de que él fuese elegido presidente, y tras la respuesta del senador, Clinton intervino sin que se le ofreciese la palabra.
"En base a las propuestas del senador Sanders, el tamaño del Gobierno federal aumentaría en un 40 %. Todos los economistas progresistas que han hablado sobre su programa de sanidad gratuita universal dicen que los números no cuadran", criticó la exsecretaria de Estado sobre los planes de su contrincante.
Este episodio inicial marcó el tono de lo que fue el resto del debate, más belicoso que los anteriores, y durante el que Clinton insistió en múltiples ocasiones en que el pueblo estadounidense "necesita saber específicamente" cómo funcionarían las propuestas del senador, autoproclamado socialista democrático.
"Habiendo estado en las trincheras luchando por esto (la cobertura sanitaria), dejadme que os diga que no somos Inglaterra, no somos Francia. Yo he sido muy específica con mis propuestas diciendo cuánto costarían", apuntó la exprimera dama.
Sanders respondió a los ataques de Clinton y al hecho de que repitiese en varias ocasiones la frase "cuando yo sea presidenta" con un escueto "Hillary, todavía no estás en la Casa Blanca".
El debate, celebrado en Milwaukee (Wisconsin) y organizado por la televisión pública PBS, volvió a sacar a relucir la cuestión de la financiación de las campañas políticas, y Clinton se desmarcó de los grupos de acción política (SuperPACs) formados por grandes donantes y que le dan apoyo.
"No puedo responder por ellos", aseguró, para inmediatamente negar que éstos puedan tener algún tipo de influencia política en caso de que llegue a la Presidencia.
"No insultemos a la inteligencia de la gente. ¿Por qué Wall Street, las farmacéuticas y las petroleras gastan millones de dólares en campañas? ¿Sólo por diversión?", le recriminó Sanders, quien financia su campaña sólo a partir de aportaciones ciudadanas, con una media de 27 dólares por donante.
Clinton también afeó a su rival que hubiese criticado la figura del presidente Barack Obama y que le llamase "débil" y una "decepción", al asegurar que se esperaba "esas palabras de un republicano pero no de una persona que se presenta por el Partido Demócrata".
Ante ello, Sanders le preguntó si había estado en desacuerdo con el presidente alguna vez, aseguró que un senador "tiene derecho" a estar en desacuerdo con el presidente "aunque haya hecho grandes cosas" y recordó que fue precisamente Clinton quien se presentó contra Obama en 2008. EFE