William Schneider, profesor de la George Mason University y académico residente de Third Way expone cinco hechos que, según su percepción se producirían el año próximo en Estados Unidos y Europa

Estos son, en esencia, los sucesos que según él ocurrirán durante el año que está a punto de comenzar:

1. El apogeo de Obama llegará, finalmente. Pero será más bien como un “pequeño boom”.

Los estadounidenses han estado esperando el “boom” desde que eligieron al presidente Barack Obama durante la crisis financiera de 2008. Después de todo, elegimos a Ronald Reagan durante una recesión económica en 1980, y estando en su segundo mandato, la economía dio un vuelco (“Morning in America”). Elegimos a Bill Clinton en una recesión económica en 1992, y en su segundo mandato la economía había tenido una gran recuperación (el “boom de las punto-com”, ahora conocido como la “burbuja de las punto-com”). Ahora nos encontramos muy avanzados en el segundo mandato de Obama. ¿Dónde está ese “boom”?

Pues al fin está comenzando. No sólo parece que la economía se está recuperando, sino que estamos empezando a ver el crecimiento del salario real. Lo que está deteniendo el ritmo es la falta de estímulo fiscal. El gasto público está “secuestrado”. La recuperación completa ha estado impulsada por la Reserva Federal (las tasas de interés cero). La caída en los precios del petróleo también está ayudando. (Pero no al mercado de valores. Las acciones de energía están arrastrando a la baja al mercado.)

Los demócratas aceptarán cualquier recuperación fuerte que puedan conseguir. Y tal vez eso les salve a ellos la Casa Blanca en 2016.

2. El populismo va a prosperar -el de izquierda y el de derecha- en Estados Unidos y en Europa.

Lo vimos en la votación sobre el presupuesto en la Cámara el jueves que evitó el cierre del Gobierno. La mayoría de los demócratas desafió a Obama y votó “no”. ¿Su queja? El populismo. El proyecto de ley de presupuesto alivia una regulación encaminada a frenar el comercio arriesgado en Wall Street.

Casi un tercio de los representantes republicanos también desafiaron a sus dirigentes del partido y votaron “no”. ¿La queja? El populismo. A los republicanos del Tea Party no les gusta el hecho de que la Ley aumenta los límites de contribución de campaña de los donantes ricos. Están preocupados de que le dé al sistema del partido -Wall Street de nuevo- demasiada influencia y aplaste la revuelta del Tea Party.

En Europa, los movimientos populistas antisistema amenazan con sacudir el orden político: el Partido de la Independencia del Reino Unido, el Frente Nacional en Francia, el movimiento Pegida en Alemania; en España, Podemos, y los Demócratas en Suecia. Todos se alimentan en el resentimiento populista de los inmigrantes y de las minorías.

¿Por qué sucede esto? Debido a que las elites financieras europeas impusieron un régimen descabellado de austeridad en sus países, basado en la fantástica teoría de que la reducción de la deuda nacional daría lugar a la recuperación económica. Lo que consiguieron fue una recesión interminable. Y una ola de indignación populista enfocada hacia los extranjeros.

3. Los índices de aprobación de Obama van a mejorar, pero sólo un poquito.

Probablemente veremos subir las calificaciones del Presidente desde los 40 bajitos, donde están ahora, a cerca de 50 por ciento.

Sus calificaciones no pueden subir mucho más porque el país está intensamente polarizado. Los que apoyan a Obama y la oposición están prácticamente trabados. Él quizás no lo llegue hasta donde llegó Clinton en su drama de la impugnación (una aprobación de más del 60%). Y es poco probable que caiga tan bajo como el presidente George W. Bush durante la guerra de Irak y el huracán “Katrina” (menos de 30%).

4. Hillary Clinton se postulará para la nominación del partido Demócrata de 2016

Ella tiene que hacerlo. Si no se postula, los demócratas nominarán al vicepresidente Joe Biden, y este perderá (“un tercer mandato de Obama”).

Clinton tiene su marca propia. Ella ha estado en el ojo público mucho tiempo, desde antes de que nadie oyera hablar de Obama. Ella fue la rival de Obama en las primarias demócratas de 2008. Esta vez, Clinton no va a esperar hasta el final de la campaña para sacar el “techo de cristal”. La perspectiva de elegir a la primera mujer presidente será fundamental en su mensaje. Y creará una verdadera sensación. Ella va a reforzar esa emoción cuando nombre a un latino como su compañero de fórmula. Muy probablemente Julián Castro, el exalcalde de San Antonio y actual secretario de vivienda y desarrollo urbano.

Pero Clinton enfrentará el desafío de la izquierda en las primarias demócratas. Una gran cantidad de progresistas sospechan de su “guerrerismo” (hawkishness) en la política exterior y centrismo en la política interna ‒demasiado cerca de Wall Street, el “cuco” de los populistas. No sabemos quién será su rival todavía ‒probablemente, no la senadora Elizabeth Warren (D, Massachusetts), el nuevo icono de la izquierda. Pero alguien surgirá para dar la pelea. Y perderá frente a Clinton.

5. El exgobernador de La Florida, Jeb Bush, buscará la nominación republicana.

El sistema del partido está listo para lanzar cubos de dinero a favor de Bush. Lo necesitan para salvar al Partido Republicano del temido Tea Party, la escalofriante derecha religiosa y los poco confiables libertarios. Bush terminará el año 2015 como el principal candidato republicano -pero sólo por poco margen. El resto de la votación primaria republicana se dividirá entre cinco o seis candidatos de los diversos clanes conservadores.

Es más probable que Bush gane la nominación porque la felicidad en la política está en una oposición dividida. Así fue como Mitt Romney obtuvo la nominación republicana en 2012. Y como dice el proverbio chino: “Si esperas junto al río el tiempo suficiente, veras pasar flotando los cuerpos de tus enemigos”.

Bush será el último republicano en pie. Todo ese dinero lo va a garantizar. Del mismo modo que lo hizo a favor de Romney.

¡Otra carrera presidencial con un Bush frente a un Clinton en el 2016! No es de extrañar que los estadounidenses estén hartos de la política.

* William (Bill) Schneider (08/10/1944), periodista estadounidense. De 1990 a 2009 se desempeñó como analista político de CNN. Es un distinguido miembro senior y Académico Residente de Third Way, un centro de análisis con sede en Washington. Schneider también es profesor en la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad George Mason.

Fuente: http://blogs.reuters.com/great-debate/2014/12/16/top-5-political-predictions-for-2015/