La salida de Juan Bosch para visitar a España por tres meses, desde el 26 de noviembre de 1966, se prolongó hasta abril de 1970, mientras que el Partido Revolucionario Dominicano bajo la dirección del doctor José Francisco Peña Gómez, se enfrentaba al gobierno que amenazaba con aniquilar a sus más importantes dirigentes. El máximo líder permanecía en el extranjero a la espera de las condiciones favorables para su regreso, dedicando parte de su tiempo a la redacción de libros de literatura y de historia, y en especial a las tesis que serviría de sustento teórico al PRD, la que ya estaba completamente escrita a mediados de 1969.

El país vivía a la puerta de las elecciones generales que se iban a celebrar en mayo de 1970, en las que el presidente Balaguer se preparaba para participar como candidato a la presidencia por el Partido Reformista, impulsado por un amplio movimiento reeleccionista. Eran tiempos difíciles para las agrupaciones de oposición y al PRD se le tenía como la principal fuerza; además de que se le señalaba como relacionada con los grupos de izquierda que intentaban el desplazamiento del líder reformista a través de la lucha armada.

Para la gobernabilidad las autoridades privilegiaban el autoritarismo y la represión, mientras que las fuerzas revolucionarias organizaban proyectos contestatarios que iban desde el adiestramiento guerrillero en Cuba y otros países, hasta la elaboración de líneas políticas y la creación de   estructuras armadas que trataban de impulsar la lucha armada contra el gobierno: el adiestramiento guerrillero de “los Palmeros” de Francisco A. Caamaño en Cuba; la propuesta de “Lo mejor al campo” del MPD; la lucha guerrillera “del campo a la ciudad” que predicaba el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, “Los Comandos de la Resistencia” de Amaury Germán Aristy, y las tesis “Guido Gil” e “Hilda Gautreaux” del MPD que privilegiaba la creación de pequeñas unidades de guerrillas urbanas llamada “Comandos Revolucionarios Clandestinos” y “el golpe de Estado revolucionario”. Todo esto encuadrado en “la guerra fría” que enfrentaba a los países capitalistas y socialistas en el campo internacional.

El crimen era la norma de la cotidianidad dominicana, con las muertes interminables marcadas por motivos políticos y de seguridad y sustentadas en acciones de organizaciones paramilitares entre las que sobresalía el grupo de “Los Incontrolables”. Parecía como si todavía la guerra de 1965 no había llegado a su fin.

La prensa refleja con nitidez la situación de los enfrentamientos políticos: movimiento reeleccionista, conflictos entre el presidente Joaquín Balaguer y el vicepresidente Francisco Augusto Lora que se enfrentaban por el interés del primero en prolongar su mandato de gobierno, cuando el segundo esperaba su designación como candidato del Partido Reformista.

El cuadro presentado por los periódicos en 1969 no podía ser más sombrío: La represión a la prensa era denunciada de manera permanente; los familiares seguían buscando sus “desaparecidos” como los eran Henry Segarra Santos, Guido Gil y Geovanny Gutierrez ; los campesinos apoyados por sectores de la iglesia y de la izquierda impulsaban movimientos de ocupación de tierras; el gobierno amenazaba y perseguía los “curas rebeldes”; la Universidad era tiroteada cada cierto tiempo por tropas policiales; los apagones se hacían interminables,  y el tema de los braceros haitianos se hacía preocupante para la producción. Cada cierto tiempo corría como pólvora el rumor de que el gobierno había sido derrocado, víctima de un golpe de Estado, y el presidente seguía manipulando a sectores militares produciendo enemistades entre generales. 

En esas condiciones, la llegada al país de la tesis “Dictadura con apoyo popular” a mediados de mayo, resultó preocupante para las autoridades. Enviada por Juan Bosch al PRD y traída al país en dos copias por el senador Pablo Rafael Casimiro Castro, fue anunciada a la prensa el 23 de mayo.  La comisión del Partido Revolucionario Dominicano que se reunió con el Profesor Bosch en Paris, estuvo integrada por José Francisco Peña Gómez, Jottin Cury, Pablo Rafael Casimiro Castro y Gilberto Martínez.

La tesis de la “Dictadura popular” se entregó al doctor Máximo Lovaton Pittaluga. Además se cedió un ejemplar de la misma al director de la revista Ahora con el fin de que fuera publicada. La comisión que regresó de Europa dijo que llegó a varios acuerdos con Bosch, entre ellos de hacer una oposición resuelta contra el terror y los propósitos reeleccionistas de Balaguer. Además, se indicó que el líder del partido de oposición regresaría al país cuando los organismos  directivos correspondientes  lo decidieran.

Su publicación fue ampliamente difundida y publicada por la revista Ahora en su edición número 292 del 16 de junio de 1969,  bajo la premisa de que sería debatida y adoptada como línea política en la convención que el PRD celebraría antes de las elecciones de mayo de 1970.

La “Dictadura con Respaldo Popular” escrita por Juan Bosch, hace un extenso análisis de la situación económica y política de América Latina evidenciando el empeoramiento del nivel de vida de la población y proponiendo luchar contra lo que Bosch llamó el “frente oligárquico” contrario a lo que proponían los grupos de izquierda que preferían enfrentar a la burguesía.

En cuanto a lo que el líder del PRD entendía sería un gobierno normado por su, lo explicaba diciendo que sería un nuevo tipo de Estado que garantizaría el trabajo, la salud, educación, las libertades públicas, la supresión del hambre y el terror policial y gubernamental, que contemplaba la verdadera igualdad entre todos los dominicanos.

La influencia extranjera—se planteaba en el extenso texto—sería  cortada de raíz para que pudiera prevalecer la independencia; serían nacionalizadas las empresas extranjeras, el latifundio, la banca y el comercio exportador-importador,  y en el gobierno tendrían espacios todas las organizaciones del pueblo, incluyendo las religiosas, deportivas y militares que apoyaran y defendieran su aplicación. Pero el régimen no sería anti burgués aunque se regularizaría la inversión de capitales.

Ofrecía que las empresas del Estado iban a ser administradas por los trabajadores y la educación llegaría a todos los niveles, incluyendo el universitario, de manera totalmente gratuita. También, que los mandos de las Fuerzas Armadas estarían en manos de los soldados que asumieran la defensa del régimen de la Dictadura con apoyo popular.

“La dictadura con Respaldo Popular—dice la tesis elaborada por Bosch—no  será la llamada democracia representativa, sistema político propio de la sociedad burguesa,(….). No lo será porque la democracia representativa, (….) no puede garantizar trabajo, salud y cultura para todo el mundo, no puede garantizar las libertades fundamentales del ser humano”.

La respuesta del gobierno a la propuesta que era evidentemente considerada como insurgente para los sectores conservadores, fue definitivamente de enfrentamiento. La situación provocada por el auge que iba tomando la discusión y propaganda en torno a la tesis de Juan Bosch tomó matices preocupantes para las libertades públicas, cuando el PRD celebró en Santiago, el 26 de octubre, una manifestación popular en que el tema de la Dictadura popular ocupó los discursos más importantes.

El día 28 el doctor Balaguer pronunció un encendido discurso para declarar al PRD fuera de la ley, supuestamente por la violación de la constitución de la República y por haber acusado al gobierno de ser responsable de las muertes de dominicanos por razones políticas; además de aclamar la “Dictadura con respaldo popular”. El presidente ordenó que se impidiera al PRD la celebración de “manifestaciones al aire libre cuando tuvieren carácter subversivo”. Acusó de extremistas a los que dentro de ese partido son partidarios de la “Dictadura” y opuestos a las elecciones, señalando que en esa organización también existían sectores moderados y democráticos.

“Ha llegado el momento en que el Gobierno no puede postergar más su actitud frente a la llamada Dictadura con Respaldo Popular”, anunció el presidente Balaguer, acusando a los que promovían la tesis de estar apoyado “esta vez no se sabe sino en los comandos dirigidos por pequeños líderes populares, semejantes a las bandas armadas que durante la guerra de 1965 impusieron la ley del más fuerte en Ciudad Nueva”, que llamaban a la desobediencia civil, derrocar el gobierno e incentivar la rebelión armada; pero que se tenga conocimiento, solo el Partido Comunista Dominicano defendió públicamente la formación de un frente para defender la propuesta del PRD. El mandatario llamó al secretario de Interior y Policía para que negara los permisos para las manifestaciones públicas que el PRD se proponía hacer y ordenó el cierre del programa “Bastión Democrático” de la Juventud Revolucionaria Dominicana, apéndice del PRD.

Como era de suponerse, la represión política contra los opositores se hizo más frecuente y violenta, aumentaron los asesinatos en las calles a manos de desconocidos y las cárceles incrementaron la cantidad de prisioneros por motivos políticos. La situación era tal, que el 17 de diciembre el doctor Peña Gómez denunció ante la opinión pública que el gobierno de Balaguer era el responsable de poner en ejecución un macabro plan de las “fuerzas incontrolables” para destruir al PRD.

Las  manifestaciones de protestas contra los afanes continuistas  de Balaguer no impidieron la reelección del líder del Partido Reformista en 1970, mientras la tesis de la Dictadura con respaldo popular fue quedando en el olvido sin que las fuerzas que la sustentaban pudieran convertir en realidad, lo que posiblemente fuera el esfuerzo teórico-político de más trascendencia producido por el Profesor Juan Bosch, quien muy pronto abandonó sus pretensiones y se acogió a la teoría marxistas defendida por los comunistas.

Primera parte:

Inicio del gobierno de Balaguer en 1966 provocó salida negociada de Juan Bosch hacia España (1 de 2)