Viena, 15 oct (EFE).- Austria ha dado un vuelco a la derecha en las elecciones legislativas que ha ganado hoy el conservador Sebastian Kurz y que deja a los ultranacionalistas a las puertas del Gobierno como socio clave para formar cualquier mayoría.
El Partido Popular (ÖVP) de Kurz, de tan solo 31 años de edad, ha logrado el 31,7 % de los votos, según el recuento al 97,7 % del escrutinio, incluyendo una estimación para el voto por correo, en unas elecciones que han registrado una participación del 79,4 %.
Le siguen el Partido Socialdemócrata (SPÖ), del canciller federal, Christian Kern, con el 26,9 % y en tercer lugar se queda el ultranacionalista Partido Liberal (FPÖ) con el 26,0 %.
Mientras que los conservadores han aumentado sus votos casi en 8 puntos porcentuales y los ultranacionalistas 5,5 puntos respecto a las elecciones de 2013, los socialdemócratas se mantienen con los mismos apoyos que hace cuatro años.
Los grandes perdedores son los opositores Verdes ecologistas, que han perdido más de 8,5 puntos porcentuales para quedar en un 3,9 % de los votos, insuficiente para entrar en el próximo Parlamento.
Este descalabro se produce casi un año después de que el exlíder de los Verdes Alexander Van der Bellen lograse la presidencia austríaca frente al ultranacionalista Norbert Hofer.
Van der Bellen ya ha avanzado que dará el encargo de formar Gobierno a Kurz.
Todos los analistas coinciden en que su socio más probable de coalición serán los ultranacionalistas del FPÖ de Heinz-Christian Strache, conocidos por sus posiciones euroescépticas y contra la migración.
"Este resultado es un claro mandato para cambiar Austria", dijo Kurz, quien se mostró "muy feliz" por un resultado que ya avanzaban las encuestas desde hace meses.
"Si recibimos un encargo para formar gobierno voy a hablar con todos", dijo el líder democristiano quien puede convertirse en el jefe de Gobierno más joven de Europa.
Desde que Kurz se hiciera con las riendas del ÖVP en mayo pasado, desplazó a la ultraderecha en las preferencias de los votantes con un programa que endurece las políticas migratorias, recorta ayudas para solicitantes de asilo y refuerza las medidas de integración.
El joven político, conocido por sus trajes ajustados y su pelo engominado peinado hacia atrás, pescó así en el caladero de votos de la ultraderecha.
Kurz, todo un mago de la autopromoción, ha logrado convertirse en el candidato que encarna el "cambio" para una gran parte del electorado pese a que su partido lleva 31 años en el poder.
"Un 60 por ciento del electorado ha votado el programa político de FPÖ", declaró hoy Strache, quien volvió a acusar a Kurz de "robarle" sus ideas y, por otra parte, destacó las coincidencias ideológicos de ambas formaciones.
Los ultranacionalistas se han quedado cerca de su mejor resultado histórico, logrado por el fallecido Jörg Haider en 1999 con el 26,9 %, que luego formó una coalición con el ÖVP.
Ese gobierno causó entonces un escándalo a nivel europeo incluyendo sanciones diplomáticas de los socios de la Unión Europea (UE) contra Austria, un escenario impensable hoy.
Mientras, el líder socialdemócrata y actual jefe de Gobierno, Christian Kern, tuvo un mejor resultado del que le auguraban las encuestas tras verse su formación inmersa en un escándalo por una campaña sucia contra Kurz.
"Austria ha vivido un vuelco a la derecha. El SPÖ es una alternativa al populismo conservador", dijo Kern, cuya posición parece reforzada en su partido a pesar de no haber logrado la victoria.
Según todos los estudios, los temas que más preocupaban a los austríacos son el "abuso de las ayudas públicas" y la "inmigración", asuntos en los que conservadores y ultraderechistas se movieron con más comodidad frente a un SPÖ con un discurso más social.
"Es definitivamente un resultado que refuerza a los dos partidos de derechas, que han subido mucho sus votantes", explicó a Efe el politólogo Thomas Hofer.
"Los refugiados y la inmigración han sido el gran asunto de la campaña electoral, también en relación al abuso de ayudas sociales o el mercado laboral, una temática que ha beneficiado a los partidos conservadores", agregó el analista.
En caso de una coalición de entre ÖVP y FPÖ, Hofer considera que la política exterior austríaca puede adquirir ahora un tono más euroescéptico y alejarse del eje París-Berlín que vertebra la UE.
"La política que se ha producido desde la entrada de Austria en la UE en 1995, en la que la mayoría de veces se ha ido junto a Alemania en los grandes temas, posiblemente cambie y vaya por otros caminos", vaticina. EFE