Santo Domingo.- Carlos Amarante Baret, precandidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, llamó a la Cámara de Diputados a que demuestre sensatez, responsabilidad y cordura y sin más dilación apruebe el Proyecto de Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas en la presente legislatura prorrogada por el Presidente Danilo Medina.
El aspirante presidencial dijo que el PLD está llamado a desarrollar una misión histórica en el país, la cual está en curso en el gobierno de Medina, por lo que entiende que a pesar de las aparentes posiciones encontradas, ese partido irá unido a las elecciones presidenciales de 2020.
Sin embargo, Amarante Baret no niega que llama la atención que por primera vez algunos legisladores peledeístas asuman una actitud de distanciamiento respecto del presidente de la República. Se refirió a la decisión de varios diputados oficialistas que se abstuvieron de votar cuando se discutía una moción de legisladores opositores que pedían indagar supuestos pagos extraordinarios al publicista brasileño Joao Santana por asesoría al presidente Medina.
“Eso no se había visto antes públicamente, y esperamos que esta sea una actitud pasajera y que se llame al orden respecto a eso”, explicó Amarante, miembro del Comité Político del PLD.
Afirmó que hay sectores que son minoría en el Congreso Nacional que han banalizado la Ley de Partidos Políticos porque no quieren que el país cuente con ese instrumento que eliminaría el desorden que se advierte a lo interno de los partidos.
“Esos sectores apuestan por acuerdos de aposento que en definitiva lo que traen son resultados nefastos para la democracia y el sistema de Partidos en la República Dominicana”, apuntó. Está confiado de que la Ley de Partidos será aprobada, pues el proyecto cuenta con una mayoría calificada dispuesta a sancionarlo positivamente.
Para Amarante Baret el proceso de masificación que ha vivido el PLD ha corroído su disciplina interna, “y eso evidentemente tiene una solución que pasa por la Ley de Partidos, instituyendo el que las convenciones de los partidos sean supervisadas, sean dirigidas hasta cierto punto en término de la administración del proceso, por la Junta Central Electoral”
Rechazó la postura de esos sectores que llamó minoritarios, pero que mantienen importantes cuotas de poder, porque a su criterio, “la Ley de Partidos es un instrumento para la democracia interna de los partidos políticos y para la consolidación del sistema de partidos en la República Dominicana. Si a mí me preguntan cuál sistema me conviene más, no se trata de qué es lo que más me conviene en términos personales. Yo estoy preparado para el escenario que sea; dentro del Partido de la Liberación Dominicana tenemos una historia”.
Recordó que el Comité Político del PLD dejó en libertad a sus legisladores para que voten como ellos quieran respecto a la Ley de Partidos, lo que significa que cada cual puede mantener su posición hasta el final, ”pero con respecto a otros aspectos, lo que ha predominado es una unidad de criterios dentro de los bloques de legisladores”.
Dijo que por eso es que llama la atención la actitud de algunos legisladores peledeístas, porque hay acciones que, según él, no se corresponden con la sensatez que debe primar en un órgano legislativo tan importante como lo es la Cámara de Diputados.
Recordó que en el año 2015 en el PLD se vivió una experiencia traumática, cuando se forzó un pacto mediante el cual apenas el diez por ciento de las candidaturas locales fueron elegidas por la matrícula peledeísta, situación que provocó enfrentamientos internos que causaron dos muertes, urnas robadas o quemadas y disturbios como nunca se habían visto en ese partido.
Para Amarante Baret el proceso de masificación que ha vivido el PLD ha corroído su disciplina interna, “y eso evidentemente tiene una solución que pasa por la Ley de Partidos, instituyendo el que las convenciones de los partidos sean supervisadas, sean dirigidas hasta cierto punto en término de la administración del proceso, por la Junta Central Electoral”.
Amarante Baret considera que a lo interno de los partidos mayoritarios no hay árbitros para hacer un proceso de elección desde un vocal hasta la Presidencia de la República.