SAN FRANCISCO DE MACORIS, República Dominicana.- En medio de empujones, patadas y gritos de improperios, el alcalde municipal Félix Manuel Rodríguez Grullón, que está acusado de un caso de corrupción por más de RD$400 millones, repartió en dádivas navideñas a personas pobres de esta ciudad.
Según la alcaldía, las dádivas, que consistían en dinero en efectivo, sumaron más de 6 millones de pesos de los fondos municipales, repartidos en partidas de 500 pesos para las personas pobres. Además del dinero en efectivo, fueron repartidos 10 mil pesos en bonos para compras.
Hombres y mujeres, jóvenes y envejecientes, fueron vejados y golpeados por policías y militares que supuestamente mantenía el orden durante el reparto, que llevó a cabo en las instalaciones de la cancha San Martín de Porres, ubicadas en las inmediaciones del Palacio de Justicia.
María Pérez, una señora del barrio Ventura Grullón, dijo que fue agredida con una pistola eléctrica que le causó heridas en la espalda, por lo que debió salir del lugar, sin obtener la dadiva
Miles de personas comenzaron a aglomerarse desde temprano, afectando el tránsito y las labores de algunos negocios. En su desesperación, algunos jóvenes que pensaron que no alcanzarían a recibir los 500 pesos, treparon por las paredes de la cancha techada con la intención de entrar por los estrechos espacios de ventilación.
El propio alcalde del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Félix Manuel Rodríguez, quien está acusado por la Procuraduría General de la República de un desfalco por más de 400 millones, acompañado de sus custodios y amigos cercanos, entregaba mano a mano bonos de 500 pesos a las personas que acudían al lugar.
Mujeres embarazadas, ancianas, jóvenes, “tígueres”, drogadictos y niños desde tempranas horas comenzaron a llegar al lugar. Era el rostro de la pobreza de San Francisco de Macorís.
Otros al no poder entrar a las instalaciones del club debido a la multitud, algunos comenzaron a trepar las paredes, exponiéndose a un accidente y hasta a perder la vida.
Al pasar las horas, debido al agotamiento y al calor, en el reparto de los bonos varias personas sufrieron desmayos.
María Pérez, una señora del barrio Ventura Grullón, dijo que fue agredida con una pistola eléctrica que le causó heridas en la espalda, por lo que debió salir del lugar, sin obtener la dadiva.
Luis Manuel García se quejó de la forma en que los agentes tratan a las personas desesperadas que lo único que buscan es comer, señalando que los militares y policías en vez de poner el orden siembran el desorden golpeando sin compasión a las personas pobres que acuden a recibir las dádivas del alcalde.