SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El dirigente político, Luis Abinader, expresó su preocupación por la recomendación de un fuerte ajuste fiscal hecha por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y aseguró que no se entiende que el FMI dice, por un lado, que la economía está robusta y por otro que hay que aplicar un plan de ajuste.
Abinader reprochó que esa receta pudo ahorrarse si el gobierno del presidente Danilo Medina hubiera atendido las sugerencias del Partido Revolucionario Moderno (PRM), y del sector empresarial para que hiciera un alto en su carrera de endeudamiento desenfrenado y hubiese mejorado la calidad del gasto público.
El excandidato presidencial precisó que tanto él como la dirección del PRM, economistas independientes y sectores empresariales advirtieron reiteradamente al gobierno sobre los riesgos a que sometía a la economía dominicana con su irresponsable política de endeudamiento.
“No sólo porque mucha de esa deuda ha tenido un destino dudoso, como ha sido cubrir sobreprecios de obras públicas en el marco de la más absoluta impunidad, como las de Odebrecht, la compra de aviones Super Tucano, la remodelación de hospitales y construcción de aulas escolares, entre otros, o cubrir gastos corrientes y dispendio del gobierno, sino por el elevado costo de los préstamos”, planteó el economista.
En ese aspecto, citó que el país paga una tasa de interés promedio de entre 8 y 9 % por la deuda pública, lo cual conlleva dedicar cada vez más recursos al pago de intereses, tanto como RD$ 140 mil millones en 2017 o el 28 % de los ingresos tributarios.
“En esta situación el gobierno dominicano no tiene legitimidad para recibir un centavo adicional por más impuestos, hasta que no se termine con las desviaciones de fondos fraudulentas. Es inaceptable transferir más recursos a un gobierno que se ha negado a mejorar la calidad del gasto, que se ha negado a la transparencia y a enfrentar la corrupción”, puntualizó.
Dijo estar consciente de que el desarrollo necesita recursos adicionales, pero estos solamente podrán fluir hacia el Gobierno cuando se haga un uso eficiente de ellos, es decir, cuando haya garantías de que habrá mejoría de los servicios públicos y se enfrente la corrupción, pues siguiendo los actuales criterios del manejo de los recursos públicos del presidente Medina, es sencillamente, transferir dinero a un “barril sin fondo”.