Los partidos políticos de RD en su mayoría adolecen de plataforma ideológica, porque su misma naturaleza es mercantilista, y su vocación es de alcanzar o retener el poder como un fin en sí mismo; cuando esto es así, ser coherentes ideológicamente es un estorbo. Pueden tener una plataforma liberal, progresista o aparentemente conservadora, la cual es dejada de lado cuando las matemáticas de votos indican que tienen que negociar o flexibilizar o contradecir sus supuestas posiciones ideológicas, si estas son confrontadas con el pragmatismo de que los números no les dan.
Los partidos políticos saben que el voto cristiano evangélico es de una magnitud tal que puede ser un voto decisivo ("swing vote" ), por la cantidad de personas que están en ese sector. En ese orden de ideas es posible ver partidos con propuestas abiertamente anticristianas (llamados ahora "progresistas") que favorecen el aborto, la ideología de género y el movimiento LGBTIQ, o el feminismo ultra radical, que quieren tener figuras representativas del cristianismo o al menos de personas que se llamen cristianas militando; ellos entienden que esto serviría de cebo al voto cristiano ingenuo, que lamentablemente abunda en el sector evangélico y de otras denominaciones que se inscriben como cristianas.
He visto a evangélicos entrar en estas tratativas bajo la premisa de que ellos pueden ser un elemento de cambio dentro de esos partidos y "convertirlos" a posiciones favorables al cristianismo, o halarlos a posturas menos anticristianas. La verdad es que creo que esto indica una ingenuidad muy grande, o una auto justificación para quizás aplacar los dictados de una conciencia intranquila.
Creo que el cristianismo que esos hermanos dicen profesar debe ser revisado, ya que el Señor al que ellos dicen seguir los llamó a un compromiso con sus leyes y estatutos que no permite las negociaciones que el pragmatismo de los políticos incentiva y tolera .
En el evangelio de Mateo (12:30) dice Jesucristo:
"El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama."
No podemos estar en un movimiento que adversa de manera abierta los mismos mandamientos de Dios, y pensar que agradaremos al Señor haciendo un servicio a la nación o al testimonio de la fe en el mundo; todo lo contrario, seríamos un elemento que traería a confusión a muchos hermanos y aún a no creyentes, pensando que podemos estar unidos en un yugo desigual; es decir, entrar en alianza con alguien que se opone abiertamente adoctrinas fundamentales de la palabra de Dios , y al mismo tiempo pensar que nosotros seremos "luz del mundo y sal de la tierra" desde una plataforma similar.
El apóstol Pablo en 2 Co 2:6, nos dice :"No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?"; este pasaje habla acerca de no buscar atarnos en matrimonio entre alguien que dice ser creyente y una persona no creyente, (a menos que haya sucedido antes de la conversión de ese individuo), pues la misma debe estar en luz, es decir haber abrazado la misma fe (que incluye las mismas doctrinas fundamentales) que ese cristiano.
Este principio puede aplicarse a muchas situaciones, aún a la política.
Siendo realistas, la mayoría de los partidos de la nación tiene un clóset muy grande de desvaríos y corrupción, y de líderes que son corruptos; si un creyente quiere estar en política, (lo cual es bueno si tiene los dones para servir a su patria , y va a eso buscando el bien de la nación y no el suyo), va a darse cuenta rápidamente que no hay partidos perfectos; por lo tanto probablemente tendrá que tomar opciones de militancia en partidos que tienen una gran cola, o con líderes que no son los más idóneos.
Ahora bien de ahí a militar en una organización, o seguir líderes que de manera abierta y militante tienen una plataforma que adversa los postulados básicos cristianos plasmados en mandamientos como no matarás, o que cuestionan el diseño de Dios del hombre y la familia, hay una grandísima diferencia, pues estaríamos dando al mundo un testimonio de que los mandamientos del Señor son secundarios a los planes nuestros.
La interacción del cristiano con un mundo caído siempre estará limitada por el mandato de que "debemos obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hch 5:29). Si no respetamos esa barrera entraremos en una decepción, que puede revelar que lo que gobierna nuestras decisiones son apetencias personales por encima del plan de Cristo de que demos gloria a Su nombre en este mundo.
Muchos cristianos de esta nación han sido afectados por la cultura pragmática, de tal manera que sus pensamientos contienen los mismos principios del mundo al tomar decisiones: el cielo aquí y ahora.
El cristianismo que cambiará esta nación es aquel en el cual los principios del evangelio sean vividos por los creyentes, y las decisiones sean tomadas bajo la perspectiva de que la gloria de Dios esta por encima de mis planes y propósitos temporales y pasajeros. De lo contrario los evangélicos de esta nación seguirán siendo usados por los políticos y su participación en la política será absolutamente intrascendente o trágicamente adversa.
No podemos seguir el ejemplo del cuestionable accionar político al que estamos acostumbrados, que busca lo suyo propio en todo, de lo contrario sería mejor que cuando militen en esos partidos con propuestas anticristianas no se identifiquen como cristianos; eso sería más "cristiano".