Conozco a un chico hermoso, atlético, musculoso, alegre, cariñoso, que toca el piano, juega golf, monta caballo, es nadador, maneja la tecnología, sabe conducir y de hecho maneja con uno de sus padres al lado. Este chico pasa de los 25 años y  es autista. Es medallista de oro y plata en las olimpiadas especiales en las disciplinas de natación y golf. Pero lo más importante es que él y su familia son felices y están orgullosos de él y de sus logros.

Con cierta frecuencia veo en el consultorio a familias con hijos e hijas especiales para hacer el trabajo de aprender a vivir y ser felices con  la condición de esos hijos e hijas.

En principio, como es natural, hay mucha resistencia y negación de la situación, los padres necesitan un poco de tiempo para vivir el duelo que implica tener unas expectativas y que no sean cumplidas.

En los primeros años los padres insisten en el tema académico, intentando que se ajusten a un sistema educativo que no esta hecho para su condición. Se enfocan sólo en este aspecto olvidando la integralidad del ser humano que nos da la posibilidad de desarrollar múltiples áreas.

Claro que los padres y las madres no lo hacen con la intención de dañar, pues ellos mismos sufren mucho en el camino. Esto ocurre más por la presión de un mundo y una sociedad estandarizada, competitiva  y discriminatoria de todo lo que se aleje de la norma. Y claro que estos hijos se alejan de la norma, no sólo en lo intelectual y académico sino en su capacidad de amar y expresar amor, disfrutar y tener una percepción de la vida que podría convertirlos en maestros de todos los que, supuestamente, estamos dentro de los parámetros y las normas.

Quiero compartir algunas recomendaciones para los padres y madres, de manera que vivan este tránsito hacia la aceptación de la condición de sus hijos con menor dolor y angustia:

En cuanto se entere de la condición especial de su hijo, busque ayuda profesional, no para cambiarlo a él o ella, sino para que toda la familia aprenda a vivir con su condición.

Investigue y busque. En nuestro país existen organizaciones y asociaciones de casi todas las condiciones especiales. Esto ofrece oportunidades de desarrollo para los niños y niñas, así como orientación y compañía para los padres y madres. Busque, busque, busque, no se canse de buscar.

Como en todas las demás áreas, las familias de escasos recursos estarán en desventaja, esto obliga, con mayor razón,  a reunirse, organizarse con otras familias que compartan esta situación. Si no esta creada la organización, busque aliados y fórmela usted porque así han nacido la mayoría de estas organizaciones.

Busque información en internet, todo esta en la red. La información da poder y estrategias para avanzar.

Busque las luces de su hijo,  como yo les llamo. Son esas destrezas y habilidades que no son académicas y que le permitirán una o varias áreas de desarrollo.

Explore en las áreas deportivas, todas, ofrézcale la oportunidad de que vaya probando.

Explore en las artes, ofrézcale la oportunidad de que experimente para que se descubra.

Explore el área de la tecnología.

Integre a su hijo o hija en todas las actividades de la familia, no lo aísle pues esto limita su desarrollo.

Hable claramente en la familia sobre la condición, no con vergüenza, misterio o como un castigo. Todo lo contrario como una oportunidad de desarrollo para todos en la familia.

Todo esto hágalo con cariño, aceptación, alegría y con la frente en alto, nunca, nunca sienta vergüenza por la condición de su hijo o hija. Aproveche para desarrollar la tolerancia, la paciencia y sobre todo el amor.

solangealvarado@yahoo.com

Twitter: @solangealvara2