En días pasados había pautado una reunión con la encargada de un departamento de la institución para la que trabajo. Es una chica joven y un tiempo razonable antes de la hora acordada, me escribió por WhatsApp para decirme que nuestro encuentro debía ser pospuesto, pues tenía la menstruación, que cada mes le provoca dolor y malestar anímico. Yo leí el mensaje y luego de aceptar su propuesta me dije a mi misma "oh Solange, esta ya no es para ti una razón de suspender una reunión". El descubrimiento fue una sorpresa que me provocó una sonrisa y me conectó con el momento actual que estoy viviendo.

Me dio ganas de escribir acerca de esto en mi primer artículo del 2017, un año con promesas de ser de transformación y buenas cosas.

Quiero escribir a las mujeres de mi rango de edad, 53 cumplidos,  decirles que la pasión también es parte de este momento de la vida. El trabajo que hago me pone en contacto con muchas mujeres de todas las edades, niveles socio educativos y económicos y a pesar de la explosión de información y la mejoría en la calidad de vida a través de los años de los seres humanos, todavía muchas mujeres viven la menopausia desde la carencia, la desventaja y la sensación de estar incompletas.

El cambio es parte de la vida y de lo que se trata es de vivir estos cambios desde lo que te dan y no desde lo que te quitan. Si en el pasado, por este mismo ciclo de la vida familiar, los hijos e hijas eran el centro del universo, en este momento tenemos más tiempo para disfrutar de lo que realmente nos gusta, de completar asignaturas pendientes y desarrollar la verdadera autonomía, que solo la madurez permite.

Con pareja o sin ella es posible ser mujer y recibir los años con gallardía, dignidad y alegría.

La salud deberá cuidarse y hacer ejercicio es parte del cuidado personal. La madurez da disciplina y persistencia, estos son dos grandes ingredientes para este elemento.

Cuidar sin exceso el cuerpo que nos ha sido dado y que tan bueno nos ha salido con el paso de los años, en una actitud de agradecimiento por lo que nos aporta, es necesario a esta edad. Recuerdo que al llegar a la menopausia hice la ceremoniosa visita a mi ginecóloga para que me diera el manual de instrucciones y lo primero que me dijo es que debía hacer tres jornadas a la semana de ejercicios de resistencia y dos de cardio, esto por lo de la pérdida de masa muscular, huesos, osteoporosis y todo lo demás. En principio me pareció exagerado, más negocié conmigo una formula personal adaptada a mis necesidades y estilo de vida donde la flexibilidad me ayudó a poner en programa las cosas importantes.

La sexualidad, gran tema tabú a esta edad se soluciona, primero buscando información confiable, luego negándose a renunciar a ella, valorando el placer por estar viva, lo cual lleva a sentir cada momento como real defendiendo el derecho al disfrute. Finalmente y en un sentido más práctico, incluir en los objetos de uso personal un buen lubricante.

Las amigas son el gran bastión que sirven de apoyo y crecimiento a las mujeres en todo tiempo, pero sobre todo a esta edad. Hacer lecturas compartidas, ver series, documentales, preguntarse y hablar acerca de lo que sienten, experimentan y viven en estos momentos de cambio, es un gran aporte de solidaridad y sostén. Acabo de iniciar la lectura del segundo libro en un hermoso grupo de mujeres que hemos decidido crecer juntas. Las edades oscilan entre 40 la menor y 68 la mayor, una experiencia única e irrepetible. Pero además tengo otros grupos: las del colegio, las compañeras del trabajo actual y de anteriores, mis hermanas de sangre y credo, en fin, me hago acompañar de mujeres valiosas que al igual que yo quieren una vida con calidad y  en alegría.

Buscar ayuda terapéutica también puede ser importante a esta edad, abordar temas pendientes, conciliar dolores y heridas  familiares, ofrecer perdones añejos, es necesario en esta edad donde de aquí en adelante solo vale la pena hacer lo que se quiere de acuerdo al propio pensar y sentir, ese permiso lo dan los años.

De manera que basta ya de hablar de lo que fue como si no fuese posible seguir siendo, SIEMPRE SOMOS, nosotras decidimos si lo hacemos para vivir o para morir en vida.