Cuando iniciamos el proceso de cuarentena y se dictó el toque de que por el Covid-19 muchas personas, en su mayoría jóvenes de nuestros barrios, asumieron la práctica de hacerse videos para subirlos a las redes sociales cuyo contenido eran básicamente dos cosas: falta de respeto a la autoridad y violentar el orden que establecía el toque de queda.
Algunos influencers de alguna manera contribuyeron a esto porque se prestaban a subir sus videos en su plataforma de Instagram y los mismos pasaban de 300 mil reproducciones y hasta 5 mil comentarios. Cualquier persona hoy en día anda buscando algo así.
Aclaro que quizá su objetivo supuestamente, denunciar que se estaba violentando la ley lo que al final se consiguió es que cada día más jóvenes hicieran videos porque las altas cantidades de reproducciones no lo lograba ni siquiera un artista de los más famosos del país y si algo tienen las redes sociales es que te pueden convertir en estrella en cuestiones de minutos si logras hacer algo que impacte sea positivo o negativo.
Pienso que esta situación hizo alimentar la idea de que solamente se estaba apresando a los pobres de los barrios y no a los ricos y que esta situación se le fue de las manos a las autoridades.
Con respecto a la idea de que solamente se apresa a los empobrecidos de los barrios es importante aclarar lo siguiente. Este virus comenzó por la clase social alta, o sea afectando a los ricos. Si se observa el perfil de los primeros contagios son personas de trascendencia pública: políticos, empresarios, artistas, etc. Esta situación me parece que hizo creer a la población de los barrios que el problema no es con ellos, incluso una página de internet hizo una entrevista a personas que hacían fila en un banco de reservas.
La periodista se acercó a un joven que no tenía guantes ni mascarillas y le preguntó por qué no se protegía y su respuesta fue la siguiente “ese virus solamente ha atacado a los ricos, no he visto caso en los barrios”. La joven insistió en que debía protegerse y su respuesta, como si estuviéramos en un programa de superación personal fue “yo creo y confío en mí”.
No podría asumir estas respuestas como termómetro y juzgar toda una realidad por eso, sin embargo, violentar el toque de queda se ha visto con más intensidad en los barrios del país que deberían ser los principales preocupados en que el virus llegue a sus puertas por las condiciones de hacinamiento e insalubridad en que viven la mayoría de ellos.
Otro elemento a considerar es el siguiente. En Estados Unidos se considera un cargo criminal resistirse a un arresto, pero a diario vemos videos de personas peleando a puñetazos con la policía, como casi todo el mundo lo graba también la policía ha asumido grabar muchos arrestos porque con facilidad la gente solamente observa una parte de la realidad.
Es importante que la policía no aproveche esta coyuntura para ejercer y legitimar la violencia sobre la ciudadanía pues en ocasiones también actúan con irracionalidad y abuso de poder, pero también hay que entender que todavía se sigue violentando el toque de queda, la gente se reúne a jugar dominó, volar chichiguas (cometas), tomar alcohol y si ven que llega la policía abandonan todo para salir a correr y hay que estar persiguiéndolos.
Ahora es cuando empieza la parte difícil de todo esto porque ya el virus es de transmisión local lo que significa que para usted infectarse no tiene que tener contacto con un extranjero que haya dado positivo, usted ahora puede infectarse en cualquier parte sin saber dónde lo adquirió porque todos somos potencialmente infectantes.
Me preocupa que tengamos que llegar al nivel de la aplicación de la fuerza para que la gente entienda que hay una norma que debemos cumplir y que el toque de queda es apenas es de 5:00 pm a 6:00 am, después tenemos todo el día para hacer cualquier diligencia. Ojalá tomemos conciencia y asumamos esto en serio, vamos a dejar el relajo.