“Soy mujer y soy persona, antes, durante y después. Todo el tiempo soy mujer y que me baste con eso para ser. No quiero ser excusada, ni aceptada, ni respetada, ni validada por ser mujer. Porque soy persona, y no necesito ser disculpada. Nuevamente me hago presente, logro mi espacio, con mi voz interna, con grito o con susurro, y no tendré que ser aceptada, porque llego y haré, y que me baste con eso para ser aceptada.
No me obsequies respeto por ser mujer. Soy persona. El respeto que me tengas habla más de ti que de mí, que puedes llegar a pensar que ni lo merezco, que debo hacer cosas para ganármelo. Soy persona y soy mujer, y que me baste con eso para ser respetada, aun cuando tenga pendiente la tarea de reencontrarme con mi propio respeto. No me evalúes, no me valides. No soy tarea o asignatura, no soy un auto que va en prueba. No me interesa el monto que me has otorgado. No me define. Soy de valor, no de precio. Soy persona y mujer, y que me valga con eso para ser valiosa. No conoces mi historia, más aún, has hecho con ella cuanto has querido, por tanto, no me juzgues.
Me has arrebatado demasiado. Desde aquel tiempo en que El Universo me habitaba. Cuando yo era su voz, y mi vientre, mis mamas y mis caderas eran la habitación del tiempo y el devenir; cuando la sabiduría vivía dentro de las abuelas y la luna era mi hermana; ambas vivíamos los ciclos juntas, porque quiero que sepas que no soy solo mujer, sino que soy muchas mujeres, sin perder mi esencia. Quizá por eso insistes en no entenderme, y solo tienes que aceptar que voy siendo de muchas formas y que todas ellas soy yo. Que no busco ser entendida todo el tiempo, sino que acompañada. Que me tomas por histeria, falta de control, desproporción y desmedida, y estas equivocado. Y puedo trabajar fuerte como nadie, sin comprometer mi feminidad, y también es posible que quede en silencio por un momento más largo del que puedas esperar y sencillamente no ocurra nada por ello. Que desato nudos, que creo proyectos, que preveo crisis, que soy calma y furia según se amerite la una o la otra. Que soy dirigente y gerente, líder y liderada.
También me has hecho olvidar la conexión con mi divinidad, mi voz interna y mi sabiduría.
Y se por qué lo has hecho. Siempre supiste de mi poder, de todo lo que puedo hacer y has sentido miedo, te has petrificado y te viste obligado a relegarme, mutilarme, asesinarme, cosificarme, golpearme, torturar mi mente, convencerme de todo eso. Y has tomado las palabras y las has vuelto hombre y por ello has convencido a mi mente; le has conferido calidad de débil a todo lo que es empatía, sentimiento, amor, sinceridad, sensibilidad y mucho más. Lo has hecho por tanto tiempo, que un gran número de nosotras se convence que es así y que somos algo secundario; por eso todo nos ha costado sangre, siglos, vida, y hemos pagado el doble. Muchas apenas sobrevivimos y moriremos sin saber que vivimos.
Has tomado mi sexualidad y la has limitado a un póster, a una imagen. La has genitalizado, y en el camino, ambos prostituimos la verdadera naturaleza del acto sacro del sexo. Me has llevado al renglón de cosa. Te ha tomado tiempo y la empresa ha sido de tal éxito que hasta te ayudamos a hacerlo.
Actúas como un ser cobarde egoísta, y apenas te enteras de todo lo grandioso que podemos hacer juntos, si apenas abandonaras tu codicia, tu maldita codicia, tu poder, ese que recorre tus arterias como pus venenosa. También estas confundido -aunque no lo sepas-, porque en medio de toda esta agenda, tan antigua como el tiempo posterior a las lunas, también extraviaste tu destino, has confundido tu poder, se ha desvirtuado tu rol. Estas perdido y ahora no encuentras el camino de vuelta y es justo por eso que necesitas volver a mí, a nosotras.
Necesitas con urgencia volver al origen. Porque soy persona, soy mujer, soy génesis, y con eso me basta.”
En honor a todas las mujeres que fueron referente de lucha, perdiendo la vida o no en la antigüedad, durante la Revolución Francesa, el Movimiento Obrero. Las Sufragistas -en cada país donde se llevaron agendas por esta causa- Las mujeres obreras que murieron calcinadas en la fábrica de camisas en Nueva York y por otras mujeres trabajadoras que sufrieron circunstancias similares en otros países. Por las científicas opacadas por sus colegas varones. Por todas las mujeres que perdieron la vida en la empresa Polyplas y por cada madre, hermana, tía, abuela, esposa, novia, de cualquier persona que también falleció a causa de este penoso accidente. Por la madre de cada recién nacido y recién nacida que perdió la vida en los hospitales de República Dominicana, por negligencia de nuestro fallido sistema de Salud Pública.
Por cada mujer que trabaja, estudia, y mantiene su hogar, postergándose casi siempre por el bienestar de los suyos. Por las madres que han perdido un hijo, una hija. Por las niñas y mujeres que han sido víctimas de mutilación genital en gran parte de África, Asia, y Medio Oriente. Por las mujeres que luchan en las Favelas de Brasil y por las que ya han sido asesinadas. Por cada niña obligada a parir porque así dicta la Ley. Por cada mujer obligada a abortar. Por las miles de mujeres secuestradas en el negocio de trata de blanca. Por las mujeres obligadas a ejercer la prostitución en la india.
¡Son tantas, tantas! Ellas saben que son. Vivas o muertas, ellas saben que son y siempre serán.
En honor a todas las mujeres en todo el mundo que insisten en la tarea de hacer de este un mundo menos desigual, más inclusivo, donde todas y todos podamos vivir en pleno ejercicio y uso de derechos y deberes, sin detrimento para nadie y en beneficio de todos y todas.