Querido amigo, gracias por tu e-mail. Su contenido me huele a ricos aceites y bálsamos de Lo Alto.
Te comento. Quería escribir hermosas líneas pero me parece que las musas se escaparon, temerosas de contagiarse con mis molestias óseas imprevistas en este enero, plagado de recuerdos y juguetes de los reyes magos; ¡vivencias cubiertas de blasones de dolor y lágrimas perdidas en cualquier pañuelo viejo!
Quería plasmar hermosas "estampas", pero ante la gama de emociones que a muchos nos asaltan en este primer mes del año que apenas empieza- salpicada de la sangre y muerte de muchos de nuestros hombres valerosos-, los tonos de mi paleta se ¡tornan pálidos! y más aún, los pinceles se esconden entre los recovecos de los lienzos y caballetes. Imposible "pintar" hermosas palabras, mucho menos trenzarlas y lograr unas líneas que refresquen el alma y alegren el corazón.
Repasando nuestras efemérides, recordar como homenaje y gratitud a quienes cayeron en sus luchas por las libertades de nuestro país. Enero robó la vida de muchos de los integrantes de “Los Panfleteros de Santiago”, del “Movimiento Clandestino 14 de Junio”, así como también de “Los Comandos de la Resistencia” (Los Palmeros), cuyos nombres prefiero no enumerar, ante la posibilidad de que alguno se me escape, quizás por olvido, omisión que resultaría imperdonable.
Enero, ¡regresa a tu primer sitial del calendario! y aunque retornes, pondremos paliativos a la cotidianidad del diario vivir, para dar paso a un febrero multicolor, la reaparición de entrañables y alegres personajes, así como vivir despreocupados con los bullicios de nuestra temporada carnavalesca y el recogimiento espiritual de la cuaresma.
En igual contexto, también conmemorar las valientes acciones de “Los Trinitarios”, las que nos permitieron el logro y disfrute de nuestra independencia, libre de toda autoridad foránea.
Te saludo Febrero, con tu abanico pletórico de ricos matices y una bandera victoriosa, ¡ondeando altiva y orgullosa por los cielos Quisqueyanos!